Por: Redacción CRITERIO
Tegucigalpa.- La situación del empleo es algo trágico en Honduras, más de un millón y medio está desempleado en un país de 8 millones de habitantes. El hondureño se las ingenia para sobrevivir y es parte de la economía informal que general muchos empleos y le permite a muchos catrachos sobrevivir y llevar el sustento para su familia.
A las autoridades municipales de las dos ciudades del país: Tegucigalpa y San Pedro Sula parece importarles poco esta situación y despojan a los vendedores ambulantes de sus puestecitos de trabajo y lo que es peor, les decomisan su producto con la venta del cual se ganan la vida diariamente.
Aquí les contaremos el caso de Don Fernando Paniagua Maglioni, quien es un ciudadano honrado, luchador que se gana la vida vendiendo frutas en la ciudad de San Pedro Sula, según lo cuenta el blog La Honduras Valiente y que criterio.hn reproduce a continuación.
A don Fernando lo hemos visto parado en la misma esquina día tras día, año tras año hasta donde la memoria nos llega, en su carrito pick up rojo vendiendo fruta en la intersección de la avenida Circunvalación de San Pedro Sula con la quinta calle, frente a Coffee Cup, a una cuadra del Instituto La Salle. En un sector repleto de comidas rápidas don Fernando vende fruta, la mejor opción si usted quiere cuidar su salud.
Resulta que el día de hoy los policías municipales de San Pedro Sula le decomisaron su carrito, cuya paila utilizaba para mostrar la fruta. «Solo se lo llevaron», nos dijo. «No me dejaron ningún papel y me dijeron que lo van a tener en la 20 calle. Me dijeron que vendiera en el suelo».
Comprendemos la postura de los municipales, que los carros viejos contaminan el ambiente puesto que queman el combustible de manera ineficiente. Pero profundizando en la conversación nos dimos cuenta de que don Fernando no utiliza el carro para transportarse, lo deja a una cuadra del sitio donde trabaja y viaja todos los días en taxi cargando sus frutas. El carro lo utiliza solo para mostrarlas y para tener un lugar donde descansar.
Don Fernando no utiliza el carro por una sencilla razón: padece de epilepsia gran mal. Una vez convulsionó mientras conducía y esto le impide utilizar el vehículo como medio de transporte. «Con la venta de la fruta sobrevivo»—nos dijo—«y también me sirve para costearme mi medicamento (Dilantin de 100mg BID). Es decir, don Fernando a pesar de su padecimiento incluso se ha negado a ser una carga para el Estado y se compra sus propias medicinas.
Tal vez los policías municipales piensen que el carro de don Fernando Paniagua Maglioni afea el ambiente, y que no sea favorable para los negocios de la zona. Nosotros pensamos diferente. Creemos que este señor es un icono de la industriosidad del sampedrano, que ha hecho de esta ciudad la más pujante del país.
Nosotros ayudaremos a don Fernando comprándole fruta a diario. Sustituiremos las calorías vacías de los dañinos refrescos de botella por bebidas naturales hechas con estas frutas, y esperaremos a que los municipales se toquen su conciencia (si la tienen) y le devuelvan su carrito.(tomado del blog La Honduras Valiente)
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Me encanta desafiar el poder y escudriñar lo oculto para encender las luces en la oscuridad y mostrar la realidad. Desde ese escenario realizo el periodismo junto a un extraordinario equipo que conforma el medio de comunicación referente de Honduras para el mundo Ver todas las entradas