Por: Redacción AGENCIAS
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El fenómeno natural, originado en aguas del Pacífico y de un poder destructivo que puede provocar desde inundaciones hasta sequías, ha elevado los termómetros a niveles históricos y hace temer que su impacto llegue al registrado entre 1997 y 1998.
En Estados Unidos, las autoridades meteorológicas señalan que la principal consecuencia ha sido un menor número de huracanes en el Atlántico en la temporada pasada, así como que 2015 ha sido el año más cálido para la tierra desde que comenzaron los registros climáticos hace 136 años.
En América Latina, las autoridades han vinculado ese ascenso de las temperaturas con las condiciones para la propagación del mosquito “Aedes aegypti”, el vector del zika, el dengue, el chikunguña y la fiebre amarilla, que crece y se reproduce en climas tropicales y áreas de estancamiento de agua.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) teme que entre 3 y 4 millones de personas resulten afectadas por el actual brote del Zika en América durante 2016, por lo que ha convocado para el próximo lunes un comité para determinar si se trata de una emergencia internacional.
Brasil sufre desde hace meses pertinaces sequías en el noreste y caudalosas lluvias en el sureste que han causado inundaciones y movilizado a unos 220,000 soldados que reforzarán las campañas de prevención de enfermedades.
Según la Fundación Oswaldo Cruz, un organismo brasileño científico oficial, las lluvias han generado condiciones para la aparición de criaderos del mosquito “Aedes aegypti”.
En Brasil se teme que el Zika este asociado a los casi 4,200 casos de bebés con microcefalia, el crecimiento deficiente del cráneo en los recién nacidos.
En Colombia, el más reciente boletín epidemiológico habla de un total de 16,419 casos de zika, de los que 890 son embarazadas.
Según el Gobierno colombiano, el 57.5 por ciento de los casos de esas enfermedades se registra en zonas de clima tropical afectadas por las elevadas temperaturas, que en el caso de la capital han llegado al récord histórico de 25.6 grados centígrados.
El Niño también ha afectado con fuerza al Cono Sur, en donde las inundaciones han desplazado a miles de personas y han generado depósitos de agua propicios para la aparición de insectos.
Argentina ha sufrido las crecidas de los ríos en la zona noreste del país -conocida como El Litoral-, que provocaron fuertes inundaciones durante la pasada Navidad y obligaron a unas 30,000 personas a recibir el Año Nuevo evacuadas de sus casas.
La zona noreste es ahora también la más castigada por el dengue, con dos provincias (Misiones y Formosa, fronterizas con Paraguay y Brasil) en situación de emergencia por un “brote epidemiológico” de al menos un millar de casos diagnosticados.
Desde el Ministerio de Sanidad argentino apuntaron que las elevadas temperaturas y las lluvias han provocado que este año las semanas de mayor incidencia del dengue, que normalmente son en febrero y marzo, se adelanten.
Las inusuales precipitaciones también hicieron aumentar el caudal del río Paraguay, que anegó barrios enteros de Asunción, donde provocó que unas 100,000 personas abandonaran sus hogares.
Paraguay, en donde las temperaturas han alzando los 40 grados centígrados, decretó una alerta epidemiológica tras registrar desde 2015 unos 4,298 casos de chikunguña y detectar la circulación del zika en zonas fronterizas con Brasil.
El Niño mantiene hasta ahora una intensidad fuerte en la región Andina, específicamente en Perú con un calentamiento anómalo de la temperatura del mar que llega hasta los 3 grados por encima del promedio histórico, aunque no se han generado lluvias.
Ecuador ha pronosticado el incremento en la intensidad y frecuencia de las precipitaciones de forma progresiva, durante febrero y marzo de 2016, y ha confirmado 17 casos (9 autóctonos y 8 importados) de personas afectadas por el virus del Zika.
En Bolivia al menos 15 personas han muerto y 22,541 familias han resultado damnificadas por las lluvias y la sequía en los dos últimos meses como consecuencia de El Niño.
Cuba ha visto también un incremento de las lluvias durante el mes de enero, superiores en más del doble a la media histórica del mes, a pesar de tratarse de la estación seca del año.
Según datos del Centro del Clima del Instituto de Meteorología, El Niño contribuyó a que 2015 fuera el año más cálido en Cuba desde 1951.
En Centroamérica, las autoridades panameñas responsabilizan a El Niño de la severa sequía que se siente en la región, una de las peores en los últimos 100 años.
El Salvador está sufriendo un incremento promedio de temperaturas de 0.3 grados centígrados por El Niño y el caudal de los ríos podría disminuir, entre enero y abril, hasta un 85 por ciento.
Las autoridades de Nicaragua, en tanto, han dicho que no están preocupadas por los efectos de El Niño, pero los productores agrícolas y varias ONG sí han mostrado incomodidad por lo que pueda traer un tercer año con sequía a causa de este fenómeno.
En Guatemala, se estima que las familias afectadas por El Niño sean entre 150,000 y 170,000, pero están trabajando para implementar un plan de “contingencia” en marzo que permita paliar la situación, y han advertido que el impacto del zika será “potencialmente muy fuerte” de junio hasta octubre debido al aumento de las lluvias.
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