Niñas y niños hondureños víctimas de la ruta migratoria

Niñez migrante: un viaje de peligro y un retorno sin protección

La violencia, la pobreza y la reunificación familiar siguen siendo las principales causas de esta migración, mientras las cifras reales podrían ser aún más alarmantes debido a los subregistros fronterizos

Tegucigalpa, Honduras. – La migración infantil en Honduras continúa agravándose. La mayoría de estos niños y niñas, emprenden el peligroso viaje en busca de mejores oportunidades y la reunificación familiar. Sin embargo, al regresar al país con sus mochilas vacías, enfrentan el desafío de reintegrarse en una sociedad que carece de los sistemas necesarios para garantizar su protección y educación adecuada.

Para Edgardo Molina, coordinador técnico del Proyecto Binacional de Migración Guatemala – Honduras, la migración infantil sigue siendo un tema preocupante en Honduras. Molina confirmó que, hasta la fecha, se han registrado más cinco mil niños y niñas emigrantes retornados. Sin embargo, esta cifra podría ser sólo una fracción del total, ya que se estima que el número real podría ser tres veces mayor debido a subregistros en las fronteras.

Edgardo Molina, coordinador técnico del Proyecto Binacional de Migración Guatemala – Honduras. Fotografía: Jorge Burgos/Criterio.hn

Estos niños y niñas, de acuerdo con Molina, tienen una característica: “la mayoría son niños pequeñitos, de cero a cinco años, y también niños de 10 a 17 años», explicó Molina. La situación se agrava debido a que muchos infantes migran en núcleos familiares, con la esperanza de obtener acceso para ingresar a Estados Unidos. Esta tendencia ha mantenido el número de niños y niñas migrantes casi igualado en términos de género, una realidad que, según Molina, ya no es temporal sino constante.

El Instituto Nacional de Migración de Honduras registra, desde el 01 de enero al 03 de agosto 6922 niños y niñas retornados, principalmente de Estados Unidos y México.

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VIOLENCIA, CAUSA CONSTANTE DE LA MIGRACIÓN INFANTIL

Las razones que impulsan a la niñez hondureña a abandonar su país son las mismas de siempre, señaló Edgardo Molina, entre ellas mencionó la pobreza, falta de oportunidades, reunificación familiar y violencia. “La violencia también es una constante, ya sea por pandillas o extorsiones familiares», afirmó Molina.

Entre 2019 y 2022, el Comisionado Nacional de los Derechos Humanos (CONADEH) atendió 132 quejas relacionadas con el reclutamiento forzado de niñas, niños y adolescentes, un fenómeno en crecimiento que alcanzó su punto más alto en 2022 con 46 casos registrados.

Este problema afecta principalmente a departamentos como Francisco Morazán, Atlántida, Cortés, Choluteca y Olancho, donde el 74% de los reclutamientos son realizados por maras y pandillas.

Elsy Reyes, coordinadora de la Defensoría de Movilidad Humana del CONADEH. Fotografía: Horacio Lorca/Criterio.hn

Según detalló Elsy Reyes, coordinadora de la Defensoría de Movilidad Humana del CONADEH, los principales detonantes de estos reclutamientos incluyen amenazas, asesinatos de familiares, acoso y violencia sexual, creando un ambiente de terror y desesperanza para los menores de edad y sus familias.

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EL DESAFÍO DEL RETORNO Y REINTEGRACIÓN

El retorno y la reintegración de estos niños a la sociedad hondureña representa un desafío significativo, convirtiéndose en una problemática compleja que va más allá del simple regreso a su país de origen. A menudo, se ven obligados a regresar del lugar del que huyeron, en donde se encuentran un sin acceso adecuado a servicios básicos como la educación y el apoyo psicológico.

 «Hay un sistema integral que proteja los derechos de los niños y niñas, muchas veces, los padres se quedan en el extranjero o vuelven a irse, dejando a los niños desprotegidos», explicó Edgardo Molina.

Además, Molina señaló que la reintegración debe abordar múltiples niveles, desde la comunidad y la escuela hasta el núcleo familiar. La violencia en estas áreas y la falta de apoyo integral hacen que el retorno sea complicado y muchas veces infructuoso.

Otra tendencia preocupante, de acuerdo con Edgardo Molina quien constantemente hace un recorrido por la ruta migratoria, es el aumento de migrantes estacionarios, es decir, familias que se quedan en México esperando cruzar a Estados Unidos y luego regresan a Honduras debido a la desesperación tras seis o siete meses intentando cruzar.

«Muchos niños retornan con sus documentos en mano, sin pasar por un proceso de reintegración adecuado. Estos niños trabajaban en México, a menudo en condiciones informales y sin acceso a la educación debido a la falta de documentos», agregó Molina.

En 2022, la Patrulla Fronteriza de Estados Unidos detuvo a 36,658 niñas y niños hondureños en la frontera sur, mientras que, en 2023, la cifra fue de al menos 31,865, sumando un total de 68,523 menores en dos años. De estos, el 90% viajaron no acompañados, lo que resalta la desesperada búsqueda de oportunidades y seguridad por parte de estos niños.

  • Amante de la lectura y la naturaleza, una mujer con la convicción firme que todos podemos hacer cambios significativos en la sociedad, por eso mi objetivo es exponer las injusticias que adolece la ciudadanía. Busco incidir, a través del periodismo, en la defensa y promoción de los derechos humanos, evitando caer en la complicidad de callar ante las injusticias y la corrupción. Ver todas las entradas
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