45 años de cárcel a expresidente que convirtió a Honduras en un narcoestado

El juez Kevin Castel describió la sentencia de 45 años de prisión y cinco años de libertad supervisada, impuesta este 26 de junio Día Internacional Contra el Uso Indebido y Tráfico Ilícito de Drogas, al expresidente hondureño Juan Orlando Hernández, como una advertencia para los narcotraficantes “elegantes”.

Al emitir la sentencia, el juez Kavin Castel, aclaró que Hernández estaba siendo condenado por narcotráfico, mientras que los actos de corrupción que cometió deben ser sancionados por el Estado de Honduras. 

Abogados consideran que, aunque la defensa está en el derecho de apelar, ven poco probable que el exgobernante logre revertir la situación. Asimismo, valoran que, para lograr reducir la sentencia, la defensa debe alegar buen comportamiento y una declaración pública de arrepentimiento.

Tegucigalpa, Honduras. – Los hondureños recibieron con sorpresa este miércoles la sentencia de 45 años de cárcel y cinco años en libertad supervisada para el expresidente Juan Orlando Hernández, pese a que la Fiscalía estadounidense ha reconocido que convirtió a Honduras en un narcoestado al haber movilizado 5,000 toneladas de cocaína hacía la nación del norte.

A pesar de las previsiones de numerosos abogados en Honduras y Estados Unidos, así como de exagentes de la Agencia para el Control de la Droga (DEA por sus siglas en inglés), quienes anticiparon una sentencia de cadena perpetua más 30 años de prisión para Hernández, similar a la impuesta a su hermano Juan Antonio “Tony” Hernández en 2021 por delitos de narcotráfico, la realidad fue diferente.

A las 11 de la mañana, hora de Honduras, el juez Castel dio lectura a la sentencia condenatoria basada en un veredicto de culpabilidad emitido el 8 de marzo por tres delitos relacionados con el narcotráfico. En la sentencia determinó 45 años de condena, es decir, cinco años más a la pena mínima que solicitó la defensa de Hernández.

“Señor Hernández, lo condeno a 45 años de prisión, seguidos de 5 años de libertad supervisada. Además, debe cumplir con las leyes de inmigración de EE. UU.”, declaró el juez dirigiéndose al acusado, su defensa y la fiscalía, según narró el portal de noticias Inner City Press.

Asimismo, el juez impuso a Hernández el pago de una multa de ocho millones de dólares.

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“SENTENCIA A UN NARCOTRAFICANTE ELEGANTE”

“SENTENCIA A UN NARCOTRAFICANTE ELEGANTE”

Antes de la lectura de la sentencia, el juez Kevin Castel presentó una serie de argumentos y conclusiones finales, reiterando los puntos desarrollados durante el juicio para fundamentar la decisión que estaba a punto de anunciar.

Previamente, permitió a Hernández hacer una última declaración que duró alrededor de 30 minutos, la cual sería, como lo expresó el propio Hernández su última oportunidad, pues está por cumplir 56 años, lo que probablemente lo lleve a enfrentar la cárcel de por vida.

Consciente, que sus palabras no tendrían ningún impacto en el veredicto final, el expresidente hondureño expresó su gratitud por el apoyo de su familia y reafirmó su inocencia, como lo ha hecho desde su arresto.

Según relatos de periodistas en la Corte del Distrito Sur de Nueva York, Juan Orlando Hernández, asistió a la lectura de la sentencia con un overol café que no se ajustaba bien a su cuerpo. Caminaba despacio, apoyado en un bastón, debido a una lesión, con un semblante de preocupación que se acoplaban a su barba en corte candado y cabello canoso.

Alegó que se ignoraron pruebas que podrían haberlo favorecido y señaló la ironía de ser sentenciado en el Día Internacional contra el Narcotráfico, mientras “los criminales han prevalecido”.

Hernández también recordó como logros de su gestión las felicitaciones recibidas de los últimos tres presidentes de Estados Unidos por sus esfuerzos en la lucha contra el narcotráfico, al tiempo que responsabilizaba a Estados Unidos por cualquier cosa que pudiera sucederle en prisión.

Mientras la fiscalía argumentó que el sentenciado había transformado el país en un narcoestado, en el que los políticos y traficantes intercambiaron papeles, persiguiendo dinero y poder a través del tráfico de cocaína.

“Los traficantes se convirtieron en políticos y los políticos se convirtieron en traficantes. [Juan Orlando Hernández] convirtió [Honduras] en un narcoestado”: Fiscalía de Estados Unidos.

Posteriormente, el juez Kevin Castel presentó sus argumentos finales, que fundamentaron la sentencia. 

El juez Kevin Castel aceptó la solicitud de la defensa para que Juan Orlando Hernández permanezca en la cárcel federal de Brooklyn durante los próximos 180 días antes de ser trasladado a otra prisión.

Castel subrayó la culpabilidad de Hernández en tres delitos relacionados con el narcotráfico y destacó sus conexiones con narcotraficantes como Geovany Fuentes, Arnulfo Valle y Joaquín “El Chapo” Guzmán, respaldadas por registros contables. “A pesar de esto, Hernández sigue proclamando falsamente su inocencia”, expresó el juez Castel.

En este sentido, aclaró que el expresidente estaba siendo condenado por narcotráfico, mientras que los actos de corrupción que cometió deben ser sancionados por el Estado de Honduras. 

También recordó los beneficios que se le otorgaron al exmandatario, como el aplazamiento del juicio y la designación de un defensor público, a manera de respuesta a los argumentos de un supuesto juicio injusto.

“La sentencia en este caso es un mensaje a los narcotraficantes elegantes. El jurado vio a través de él, como un político de dos caras”, expresó el Juez Kevin Castel.

Finalmente, el juez Kevin Castel emitió su lectura final que declaró 45 años de de prisión y cinco de libertad condicionada como pena.

Con la pregunta sobre una objeción a la sentencia tanto al abogado de Hernández, Renato Estabile, y la fiscalía, el juez cerró la audiencia. 

Juez Castel: Condeno a Juan Orlando Hernández a 45 años de prisión. ¿Alguna objeción?

Renato Stabile: Sólo en caso de decomiso. (multa)

Fiscalía: No, señoría.

Así se retiraron los asistentes al tribunal del Distrito Sur de Nueva York.

Y, mientras adentro se leía la sentencia del exgobernante de Honduras, en las afueras de la Corte del Distrito Sur de Nueva York, cientos de personas se congregaron fuera del tribunal con pancartas y megáfonos, exigiendo la pena máxima para el sentenciado.

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FAMILIA CRITICA PROCEDER DE JUSTICIA NORTEAMÉRICA Y ANUNCIA APELACIÓN

En Honduras, la población aguardaba con expectación la sentencia. Mientras en una lujosa vivienda en una exclusiva zona de Tegucigalpa, la esposa de Hernández, Ana García y sus dos hijas, Daniela e Isabela Hernández, ofrecían una conferencia de prensa en la que reiteraron la narrativa de que su padre fue víctima de injusticia. Subrayaron supuestas irregularidades del proceso judicial estadounidense y anunciaron su intención de apelar la decisión.

Además, pidieron a la embajadora de Estados Unidos en Honduras que les permita visitar a Juan Orlando Hernández e instaron al gobierno estadounidense a cumplir con las normas de Mandela en favor de los privados de libertad.

Ana García también expresó su malestar y dijo: “a partir de lo que le hicieron hoy a mi esposo, ningún mandatario querrá combatir el narcotráfico, porque la justicia se ha torcido”, reprochó.

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LOS ESCENARIOS DE JOH TRAS SENTENCIA

Tras la sorpresiva sentencia, las reacciones sobre la posibilidad de reducirla no se hicieron esperar. El abogado Disney Thompson sugirió que, con buena conducta, la pena de Juan Orlando Hernández podría reducirse hasta la mitad.

Por su parte el abogado hondureño, Kenneth Madrid, explicó que la sentencia de 45 años de prisión, seguida de cinco años de libertad supervisada, permite a la defensa del exmandatario solicitar una revisión tras 30 años, argumentando buen comportamiento para optar a la libertad condicional.

 Madrid añadió que, de acuerdo con la sentencia, Hernández podría ser trasladado a un centro de reclusión de mediana seguridad, dado que el exmandatario está próximo a cumplir 56 años.

De su lado, el abogado y analista, Raúl Pineda Alvarado, opinó que la sentencia de 45 años es, en efecto, representa una condena de por vida, considerando la edad de Hernández.

Respecto al recurso de apelación que la familia del acusado anunció, Pineda expresó que es poco probable que altere la situación, ya que para revertir el veredicto se necesita presentar elementos nuevos que no hayan sido previamente debatidos.

En este contexto, Pineda mencionó dos posibles opciones: un arrepentimiento público para mejorar las condiciones en la prisión o un indulto presidencial, aunque esto último es casi imposible debido a la gravedad del delito.

“Estas opciones representan las únicas alternativas que le quedan a Hernández, ya que ha perdido la posibilidad de negociar con la fiscalía de Estados Unidos”, apuntó el jurista. 

A pesar que el gobierno estadounidense pretende enviar un mensaje claro al castigar a los “narcotraficantes elegantes”, analistas sociales como Rafael Jerez no creen que esto sirva como escarmiento para los políticos, ya que estos siguen siendo respaldados por partidos políticos para protegerse de ser castigados por ilícitos.

  • Periodista comprometida con Honduras, amante de los animales, las letras y la justicia. He escrito para medios nacionales e internacionales, creo fielmente que desde esta trinchera se puede incidir para lograr verdaderos cambios en favor de los sectores más vulnerables. Ver todas las entradas
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