Grupos criminales continúan infiltrándose en la Policía Nacional y Fuerzas Armadas 

Portada: foto de archivo

Tegucigalpa, Honduras.- Aunque en el pasado se llevó a cabo una fallida depuración en la Policía Nacional y, esporádicamente, las Fuerzas Armadas (FF. AA) limpian sus filas, todavía los grupos criminales continúan infiltrados en las instituciones, dejando entrever que las medidas no están teniendo resultados favorables.

La misma viceministra de Seguridad, Julissa Villanueva, aseguró que la institución que dirige el secretario Gustavo Sánchez está replegada de efectivos que tienen nexos con maras y pandillas que comprenden el crimen organizado y, de igual manera, con el narcotráfico.

“Esta institución de Seguridad del Estado siempre está infiltrada por las bandas de narcotráfico y crimen organizado”, confesó la funcionaria y, al mismo tiempo, defendió que, aunque esté replegada, también hay efectivos que se esmeran por cumplir con su deber.

Villanueva, que en los últimos meses ha cuestionado las decisiones que toma el ministro de Seguridad, confesó que ha identificado la manera de operar de los policías ligados a los criminales en departamentos como Olancho, Gracias a Dios y Santa Bárbara, lugares que son puntos clave para transportar la droga proveniente de Colombia.

“Son cadenas; son bandas las que hay, y requieren un proceso de depuración. Lo habíamos visto en Olancho, lo vemos en Gracias a Dios, en Santa Bárbara y también en Tegucigalpa”, mencionó en medios de comunicación la funcionaria.

Villanueva sostuvo que, debido a este mal, que no es nuevo, pero tampoco debe tomarse con normalidad, es importante priorizar integrar a civiles y veedores internacionales, para que cuestionen y estén al tanto de las decisiones que toman las máximas autoridades.

En 2016, durante el gobierno del presunto narcotraficante Juan Orlando Hernández, se nombró la cuestionada comisión interventora para depurar las filas de la Policía Nacional. Sin embargo, debido a la falta de investigación, sacaron de la institución a policías que no tenían antecedentes y dejaron a los que hoy están favoreciendo a las maras y pandillas.

De hecho, debido al déficit de uniformados que hay en la Policía Nacional, la presidenta Xiomara Castro ordenó reintegrar a los policías que fueron depurados de manera arbitraria durante el gobierno de Hernández, quien se encuentra privado de su libertad en Estados Unidos porque enfrenta acusaciones relacionadas con el narcotráfico y uso de armamento ilegal.

El tema de la infiltración del crimen organizado recobró importancia en los últimos días porque arrestaron y están enfrentando un proceso judicial, 10 funcionarios por habérseles encontrado que tienen arraigados nexos con el crimen y, además, se han aprovechado de operativos para robar pertenencias.

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                          REFORMA A LA POLICÍA        

La socióloga Leticia Salomón planteó que es necesaria una depuración efectiva y, de igual manera, sugirió que la institución policial urge de una profunda reforma, que se centre tanto en la preparación que reciben los uniformados, como en mejorar profundamente los métodos de investigación del delito.

 “Hay un tema pendiente con la Policía y es la reforma, el gobierno anterior se concentró en una depuración; una depuración que no estuvo sólida y, en este momento, estamos viendo que la Policía tiene que cambiar de dirección”, mencionó Salomón en pláticas con Criterio.hn.

Añadió que “reforma que abarque el sistema educativo; como se están preparando para hacer investigación criminal; cómo se están preparando para ser servidores de la ciudadanía. Esas cosas no se están consiguiendo, se tiene que hacer una reforma a profundidad”.

Recordó que la depuración de 2016 fue impulsada porque el gobierno de Hernández concluyó que la institución armada estaba infiltrada por el crimen organizado y, ese fue el vasto argumento, para desplegar el aparato militar por todo el país y, de igual manera, entregarles el control de las cárceles, bastante similar a lo que está pasando en el mandato de Castro.

“Tenemos una Policía que fue apartada de sus propias funciones en los 12 años de gobierno nacionalistas, diciendo que era una Policía corrupta y, por lo tanto, iban a poner militares a ejercer sus funciones (…) hasta ahora no se ha hecho ningún proceso de depuración, de forma que se llegue a decir ´esta es la Policía que necesitamos´”, valoró.

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                 DEPURACIÓN EN LA INSTITUCIÓN CASTRENSE

El coronel Ramiro Muñoz, encargado de dirigir la cuestionada intervención penitenciaria de la mano de la Policía Militar del Orden Público (PMOP), sugirió que se debería ejecutar una depuración en la institución, después que el director de La Tolva, ubicada en Morocelí, El Paraíso, fuera sorprendido mientras intentaba ingresar casi medio millón de lempiras para entregarse a privados de libertad cabecillas de la pandilla Barrio 18.

 “Esta sinverguenzada de estar tapando problemas a los delincuentes lo que nos trae es la destrucción de la institucionalidad, nosotros tenemos que depurarnos continuamente. No tenemos que estar tapando ilícitos; no importa quien sea”, precisó en medios de comunicación el coronel.

Agregó que “hemos sido contundentes al decir que, quien se coluda con los criminales irá a la cárcel, pueden ser los mismos jefes de las cárceles, pero si se coluden con reos, terminarán siendo huéspedes de las penitenciarías”.

Aunque la petición de Muñoz no está fuera de lugar, organizaciones de sociedad civil plantean los mismo, pero que la medida también sea aplicable para los uniformados que, amparados en la intervención penitenciaria y el estado de excepción, abusen del poder que se les otorga para vulnerar los derechos humanos.

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De hecho, según un trabajo de investigación de Criterio.hn, los militares y policías, gracias a las facultades que les otorga el estado de excepción, se han aprovechado para violentar los derechos humanos, lo que se puede evidenciar por las denuncias que tiene en su contra en el Ministerio Público (MP) y Comisionado Nacional de Derechos Humanos de Honduras (Conadeh).