Ilustración de portada: Guillermo Burgos
Fotos: Coyuntura.co
Antigua Guatemala, Guatemala. – En catorce días, el presidente electo Bernardo Arévalo será juramentado y tomará posesión como mandatario de la República de Guatemala, pese a las zancadillas que desde el Ministerio Público (MP) se gestan y seguramente continuarán incubando bajo la Fiscalía de Consuelo Porras.
Debilitado en el Congreso Nacional y con un MP antagónico que ha intentado minar su ascenso al poder desde el anuncio de su victoria por parte del Tribunal Supremo Electoral (TSE), Arévalo asumirá el Ejecutivo en gran parte gracias a una ciudadanía políticamente consciente, más no partidaria, que salió a defender los resultados.
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Entre la ciudadanía que no se dejó callar se encuentran los pueblos indígenas, especialmente los 48 Cantones de Totonicapán, una organización indígena integrada por comunidades K’iche’, en el municipio de Totonicapán, en el occidente guatemalteco.
En perenne vigilia frente al Ministerio Público de la Ciudad de Guatemala, los 48 Cantones de Totonicapán no han bajado los brazos en relación con su exigencia a que se respeten los resultados de las elecciones de segunda vuelta realizadas el 20 de agosto de 2023, que dieron la victoria al binomio a César Bernardo Arévalo De León y Karina Larissa Herrera Aguilar, ambos del Movimiento Semilla.
Entre el 2 al 26 de octubre de 2023, los 48 Cantones de Totonicapán lideraron bloqueos nacionales por 24 días, siendo el 10 de octubre la fecha en que se registraron el mayor número, con 138 puntos bloqueados en todo el territorio.
Los bloqueos nacionales finalizaron, pero los 48 Cantones de Totonicapán continúan presentes en una toma representativa frente al Ministerio Público –el gestor de la mayor parte del conflicto político-democrático– y ni las fiestas decembrinas le han puesto un alto al reclamo popular.
EL ORIGEN DEL PARO NACIONAL
Los 48 Cantones de Totonicapán hicieron un llamado a la defensa de los resultados electorales, dos semanas después del primer allanamiento a las oficinas del Tribunal Superior Electoral (TSE) realizado por el Ministerio Público de Consuelo Porras el 12 de septiembre.
La irrupción fue llevada a cabo por la Fiscalía Especial contra la Impunidad (FECI), pese al rechazo por parte del TSE que declaró la operación como ilegal. La FECI –que ya lleva a cuestas la persecución política contra el periodista y director del fenecido medio elPeriódico, José Rubén Zamora, entre otras y otros– abrió las cajas electorales de la primera vuelta celebrada el 25 de junio.
La acción atropelló la autoridad del TSE en pleno proceso electoral, argumentando la FECI que su accionar respondía a una denuncia presentada por un ciudadano correspondiente a los resultados de la primera vuelta electoral del 25 de junio. A partir de este momento, la Fiscalía intentó cancelar el partido Movimiento Semilla, pese a que su candidato era el presidente electo.
Lo que la FECI obvió es que la denuncia fue interpuesta por el Movimiento Semilla en un intento por transparentar las elecciones y denunciar la irregularidad con respecto a una firma que ellos mismos detectaron.
Tras el gane de Arévalo, quien era visto como un contendiente que no obtendría la victoria, la FECI, un día después –el 26 de junio de 2023– todo estaba listo para arremeter contra el Movimiento Semilla y su binomio presidencial.
Entre allanamientos e irrespeto a la autoridad investida sobre el Tribunal Supremo Electoral de Guatemala, la FECI allana nuevamente las oficinas del TSE entre el viernes 29 y el sábado 30, agotando la paciencia de la ciudadanía en general, entre estos a quienes integran la organización de los 48 Cantones de Totonicapán.
El domingo 1 de octubre, los 48 Cantones de Totonicapán en conferencia de prensa llamaron a un paro nacional a partir del lunes 2, serían ellas y ellos con el acompañamiento de la ciudadanía consciente quienes pausarían el llamado “golpe de Estado a cámara lenta”, denunciado por Arévalo tras sostener reuniones con funcionarios del Departamento de Estado en Estados Unidos.
LOS 48 CANTONES DE TOTONICAPÁN, UNA FUERZA SUBESTIMADA
A inicios de noviembre, Criterio.hn entrevistó a la historiadora guatemalteca Ana Luisa Arévalo –no está emparentada con el presidente electo, pero tampoco niega su simpatía hacía él– para conversar sobre el papel que ha jugado la organización indígena de los 48 Cantones de Totonicapán en el paro nacional y la exigencia al respeto a la soberanía.
Muchas y muchos conocerán a la historiadora Arévalo desde la red social TikTok, donde además de explicar el contexto histórico que construyó a la Guatemala actual, ahonda en la crisis postelectoral y la relevancia de los 48 Cantones de Totonicapán.
Ana Luisa Arévalo señaló que “los 48 Cantones [de Totonicapán] son una fuerza súper subestimada”, esto a causa de un país en el que racismo, el clasismo y el machismo son la norma.
“Ese menosprecio que estructuralmente se les ha dado a los 48 Cantones y a la comunidad maya, en general indígenas, nativas, ha hecho que ellos generen un Estado paralelo que viene de la herencia colonial, desde la invasión y tienen estructuras bien sólidas, una muy buena organización y eso nos ha ayudado muchísimo”, apuntó.
Para la historiadora esta organización con estructuras solidas ha sido vital en la lucha por el respeto a los resultados electorales, “porque si bien hay mucha rabia, hay mucho descontento, la gente de la capital […] mestiza no se organiza. Hay muchas diferencias de clase, educación, entonces es complicado. Ellos vinieron y le dieron orden y estructura y la gente dijo, bueno, nosotros le seguimos, y si algo tienen esas personas es que son pacientes, son persistentes”, compartió.
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Otras instituciones han buscado a los 48 Cantones de Totonicapán para ser capacitados en otras formas de organización, cuenta Ana Luisa Arévalo, lo que considera “ha dado un muy buen empujón, y dado una nueva visión” donde se acepte la “mayanidad” de la población guatemalteca.
“Creo que estamos en un momento de reestructuración, que planteo como la remodelación de una casa. Va a haber mucho polvo, va a haber mucho desorden, pero si lo haces bien quedará bien y los 48 cantones han venido a tomar un rol de liderazgo que no existía”, expuso.
Sobre los bloqueos, la historiadora admite que fue un momento “donde mucha gente no supo aguantar, había ciertas molestias, pero es porque la salud mental de la gente en la capital está bien afectada –porque se hacen cuatro horas de tráfico diariamente y claro, la clase alta es chillona y tiene altavoz”.
Ana Luisa Arévalo comentó con Criterio.hn una anécdota en que la propietaria de aproximadamente doce restaurantes le dijo que “le había afectado su economía una semana de bloqueo”, a esto suma los posicionamientos de los medios de comunicación corporativos.
“Mucho de ese estrés por los bloqueos es que las empresas no se solidarizan con las personas, los obligan a llegar, pero sí, yo espero que esto resulte en una nueva forma de ver nuestra herencia histórica, nuestra democracia y espera una politización de las personas. Aprender de política, aprender de historia, aprender de todo esto que nos da identidad y que nos permite empoderar”, afirmó.
LA LUCHA POLÍTICA –MÁS NO PARTIDARIA– PARA SOSTENER LA DEMOCRACIA
Mientras las acciones del Ministerio Público de Consuelo Porras son vitoreadas por el llamado “pacto de corruptos” e incluso aseguran que las movilizaciones fueron político partidarias en favor del presidente electo Arévalo, la historiadora desmiente este posicionamiento y asegura que las mismas buscan defender la democracia y evitar la instalación de una dictadura.
“Yo insisto en que no es acerca de Bernardo, para mí es estructural. Es la defensa de la democracia y si bien –esto me ha tocado explicarlo muchas veces– el sistema democrático es la mitad más uno. Es la mayoría, no son todos, entonces, es normal el disenso. Es estructural porque estamos peleando por mantener un sistema, que precarísimo, que más o menos existe y es evitar caer en una dictadura”, explicó.
Agregó: “Es mantener nuestras libertades democráticas, nuestro derecho al voto intacto, nuestro derecho a elegir nuestros representantes intactos. Incluso las personas que no votaron que no están tan de acuerdo con Bernardo, entienden muchos de ellos, que no es acerca de él”.
Para María Luisa Arévalo la idea de que el presidente electo de Guatemala está detrás de todas las acciones ciudadanas que buscan un traspaso ordenado del poder solo son repetidas por el aparato oficial y quienes se benefician de este.
“La inmensa mayoría con la que tú hablas sabe perfectamente que el problema es estructural. No es acerca de la persona de él y por eso tú ves [que] Bernardo se ha quedado un poco al margen”, sostuvo.
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“Él quería llegar al Ministerio Público, y los 48 Cantones le dijeron: ‘No es sobre usted, es sobre la democracia y esto no es partidista’. Entonces, él se apartó y él no aparece”, aun cuando muchos esperan más fuerza de su parte. “Mucha gente espera un Bukele, eso es un problema. Él está trabajando una línea muy delgada […] para no caer en la ilegalidad”.
Con respecto a si se retomarían las movilizaciones, Ana Luisa Arévalo, sustento [en noviembre] que no cree que se recobre el impulso. “La mayoría de la población tiene una vida muy precaria como para mantenerse permanentemente en esas circunstancias. Lo que están planteando los 48 Cantones es una reorganización”, explicó.
La historiadora observó que, por parte del oficialismo, la situación ha saltado a un ámbito intelectual, de convencer al público desde net centers [o call centers, en Honduras] sobre su posicionamiento.
“Ahí entra el papel nuestro de estar como necios y persistentes, yo siento que hay mucha voluntad de la población, de todas clases sociales, de estar informados” y ver sentado a Bernardo Arévalo en la silla presidencial, concluyó.
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Amante de la historia y la lectura, en permanente búsqueda del ritmo en las narrativas. Soy una periodista incisiva, las contradicciones son una invitación a investigar y la normalidad está sobrevalorada. Me rehúso a sobrevivir dentro de los pensamientos erróneos de una sociedad asfixiante. Investigo y construyo reportajes sobre el modelo extractivista y su impacto en los derechos humanos de los pueblos ancestrales, grupos vulnerabilizados y sociedad en general. Ver todas las entradas