Por: Marlin Oscar Avila
En los países europeos, como otros del hemisferio norte, que dan refugio, residencia y hasta nacionalidad a extranjeros con dificultades políticas en sus países de origen, estos extranjeros refugiados, asilados o no, buscan contactarse y formar sus propios grupos afines y en algunos casos se forman verdaderos guetos.
En Londres no fue la excepción. En esa dinámica, en la primera mitad de los setentas, tuve el honor de conocer al Dr. Salvador Moncada en Londres. El y su esposa ya trabajaban en un laboratorio químico cuando nos encontramos. De inmediatos nos pusimos a trabajar apoyando a la Comisión para los Derechos Humanos de Centro América.
En varias oportunidades, fue designado el representante de nuestra Comisión ante el público londinense. Él se presentó, indiferentemente, como salvadoreño u hondureño, puesto que conocía al detalle ambas situaciones. El siguiente año lectivo nos separó. El siguió con su profesión e investigaciones y este servidor tuvo que ir a seguir estudios en una universidad al noreste de Inglaterra.
Ocasionalmente nos enteramos de su vida en Inglaterra y en Holanda. La última vez que le vimos fue en Tegucigalpa, cuando en una visita a Honduras lo encontramos en compañía del Dr. Ramón Custodio (QEPD), de quien era muy amigo. Para entonces ya tenía el título de Sir y había logrado reconocimientos internacionales por resultados en sus investigaciones químicas.
Aun cuando el Sir Moncada, ha convivido la mayor parte de su vida en Inglaterra, seguramente debe mantener un buen análisis de la situación que existe en estas tierras de Morazán y Lempira. Por esta razón creemos que como embajador de Honduras en la China continental jugará un buen papel, puesto que las expectativas que tiene el pueblo con respecto a China, son bastante altas. Casi una sustitución de las relaciones existentes con los Estados Unidos de Norte América.
Pareciera necesario, no solamente bajar un poco esos niveles de expectativas económicas, pero también orientar mejor esa aureola que los medios le han dado al Sir Moncada. Poca falta para entrar en una actitud cuasi colonialista, de admiración “al tuerto en un país de ciegos”.
Honduras ha tenido, y tiene, profesionales de alta envergadura internacional. Lo que ocurre es que incide en esto el alineamiento o no, del profesional o científico, con quien coordina el partido en el poder.
Si no recibe la “bendición” de Manuel Zelaya Rosales, quien no tiene estudios superiores, puede tener dos o tres premios internacionales o el Nobel, dos o tres maestrías y doctorados, sí no ha prometido seguir los designios del Partido Libre, esos títulos de nobleza o de ciencias exactas, no valen en esta tierra de Lempira. Eso sucede ahora con un profesional que tiene más títulos académicos que ningún otro científico en economía. Pero no logra ni la vice rectoría de la UNAH, aunque es de un movimiento dentro del Partido Libre.
Por suerte para el pueblo hondureño el Sir Moncada, sí tiene la bendición necesaria para ser un alto funcionario. Como embajador en Pekín, estaría hasta el 2025 y, dudamos que, al concluir su período, quiera venirse a vivir al país que el Partido Nacional dejó en harapos y el gobierno de la presidenta Iris Xiomara Castro hace encomiables esfuerzos por encontrar como recuperar a este país.
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Graduado en Estudios para el desarrollo graduado en EE UU e Inglaterra. Gerencia de ONGs europeas y estadounidenses. Tres años fungió como alto funcionario de la cooperación canadiense para Centroamérica. Ver todas las entradas