Por Edgar Soriano Ortiz
La teatralización del universo individual de la casa con la agudización de la oferta y demanda del mercado expresado con brillantez en la obra teatral “Penúltima comedia inglesa” escrita por Marco Antonio de la Parra, bajo la dirección escénica de Sergio Masis y protagonizada por Arnoldo Ramos y Alejandra Portillo me evoca la búsqueda de interpretaciones partiendo de los análisis de pensadores como Marx, Nietzshe, Freud, Gramsci y Foucault como referentes inmediatos para poder intentar entender el subtexto del montaje teatral costarricense.
La obra muestra el comportamiento de una familia corriente de la pequeña burguesía que en las contradicciones de las relaciones socio-económicas profundizadas por el sistema capitalista se ven sujetas a convivencias prejuiciadas por sus percepciones existenciales de la realidad, enmarcadas en la superestructura –el mundo simbólico – de un sistema que limita las interacciones colectivas y las circunscribe a la compra y venta.
De Londres a los países ubicados en todos los continentes los comportamientos humanos cargados de miedo y encierro de las pequeñas burguesías desarticulan la fuerza de posibles formas de democratización de recursos y derechos socio-políticos. Sumando las relaciones de marginación de los grandes sectores poblacionales que se enfrentan día a día a la sobrevivencia frente las barrearas de la represión institucional y la explotación laboral.
La obra teatral “Penúltima comedia inglesa” nos introduce acertadamente a través de dos personajes que desde su intimidad de pareja entre sus cuatro paredes interpretan personajes de servidumbre entre nostalgia y crudos recuerdos de imaginarios parricidas. El público se integra a la obra reflexionando como los estereotipos ideológicos generan la teatralización humana, puesta en escena de la vida que limita la plena libertad y le da luz verde a las estratagemas violentas por mantener las apariencias.
Fuera de la casa está un mundo llenos de retos frente a los mecanismos de relaciones pragmáticas del capital. Las relaciones de producción en sus amplios espectros de inequidad vuelven más difíciles los retos de convivencias sinceras y capaces de abrir las puertas a nuevos paradigmas culturales.
Teatro Memorias abrió las puertas los pasados días 1, 2 y 3 de octubre propiciándole a los asistentes que desde las butacas penetraran en la búsqueda a través de la actuaciones de una pareja abierta y sin mascaras exponiendo sus emociones e ideas íntimamente. La pregunta final sería estamos dispuestos a derribar paredes y abrir puertas para construir espacio de mejores convivencias humanas.
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Me encanta desafiar el poder y escudriñar lo oculto para encender las luces en la oscuridad y mostrar la realidad. Desde ese escenario realizo el periodismo junto a un extraordinario equipo que conforma el medio de comunicación referente de Honduras para el mundo Ver todas las entradas