Por: Redacción CRITERIO
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“La paz es agua potable en todos los pueblos y agua pura en todos los manantiales. No hay paz con los ríos envenenados, con los bosques talados y con los niños enfermos por el agua que beben.
La paz son pueblos bellos y ciudades armoniosas, que se parezcan a esta naturaleza. Porque las montañas, los ríos, las llanuras, las selvas y los mares son la maravilla del mundo, y no hemos aprendido a habitarlas con respeto, a aprovecharlas con prudencia, a compartirlas con generosidad.
Aquí, por todas partes, están los brazos que van a construir ese país nuevo, los pies que van a recorrerlo, los cerebros que van a pensarlo, y los labios del pueblo que lo van a cantar sin descanso.”
Segunda oración por la Paz/ William Ospina
San Pedro Sula, Cortés, 14 de enero, 2018.
A casi un año de haber iniciado su titánica lucha contra la empresa HIDROCEP y las arbitrariedades y persecución por parte del Estado de Honduras a través de sus órganos de injusticia; el Sector Pajuiles, municipio de Tela en el departamento de Atlántida; hoy más que nunca, firmes y conscientes de su sacrificio, mantienen su lucha por la dignidad y la vida en defensa del agua.
El camino no ha sido fácil, pero la voluntad inclaudicable de toda una comunidad, ha hecho retroceder las voraces intenciones de HIDROCEP, compañía hidroeléctrica que pretende a través de la cortina de humo de la generación de “energía limpia”, explotar también la rivera del Río Mezapa con fines mineros y extractivistas.
Fue el 22 de marzo del 2017, hace 300 días, que nacen nuestros campamentos dignos por el agua y por la vida en el sector Pajuiles; y hoy, casi un año más tarde, la lucha en lugar de mermar, va en ascenso. El saldo de la persecución y el hostigamiento en contra de nuestra gente, es de 17 injustos procesos judiciales, de las cuales 4 ya se encuentran absueltas con sobreseimiento definitivo de los cargos interpuestos por la fiscalía ante los señalamientos de los representantes legales de la empresa HIDROCEP ante el Ministerio Público, en los cuales la institucionalidad hondureña a través del sistema de justicia ha reconocido expresa y públicamente el uso arbitrario e indebido del derecho penal para criminalizar la defensa de bienes naturales, pero sobre todo, ha reconocido que defender el agua NO es un delito.
Los mecanismos y tácticas de represión utilizados por parte del Estado e HIDROCEP, han ido desde desalojos violentos de los campamentos y el hurto de los enseres y recursos con los que se contaba en los mismos, agresiones físicas contra los apoderados legales de la comunidad, como ser el caso de Martín Fernández, coordinador general del MADJ y Oscar Martínez, entre otros, hasta llegar a las detenciones arbitrarias, allanamientos ilegales a casas de habitación y negocios, persecución y hostigamiento, así como ataques directos.
La cacería en Pajuiles, ha mostrado el lado más inhumano y servil del Estado y su institucionalidad, ya que, casi el 50% de las personas criminalizadas son mayores de 60 años de edad, lo que evidencia el irrespeto y abuso por parte de los órganos represivos a la condición de adulto mayor.
A pesar de la brutalidad de la represión y de todos los mecanismos de intimidación usados en contra de las comunidades determinadas en el Sector Pajuiles, el balance del proceso, después de 300 días de lucha, es sobremanera positivo. La fuerza y resistencia del sector es ahora el punto de lanza de muchas otras comunidades que a través del ejemplo de Pajuiles replican los principios en pro de la defensa de los bienes comunes y naturales.
El trabajo organizativo, la formación política, la militancia permanente y la unidad en aras de la defensa del agua, son tan sólo algunos de los principios aplicados por los campamentos por el agua y por la vida, justos y dignos representantes del sentir y pensar de la gente noble en nuestro país. Con su lucha sostenida han impedido durante 300 días que HIDROCEP continúe a sus anchas construyendo su proyecto y dañando impunemente la fuente del río Mezapa.
Nota relacionada Pajuiles: entre el diálogo, la criminalización y la defensa del agua
Hoy Pajuiles, no sólo cumple 300 días en defensa del río Mezapa, sino que cumple 300 días de escribir las páginas de la historia de la dignidad, de la fuerza de la determinación ciudadana y de la soberanía comunitaria. Hace 300 días, hombres y mujeres dijeron NO a la voracidad del modelo extractivo sobre el río que los vio nacer y crecer y echaron a andar el digno ejemplo de resistencia que ahora más que nunca tiene claro su norte; la auto gestión y manejo comunitario de los bienes naturales de sus zonas.
Hoy, a 300 días de la instalación de los Campamentos Dignos por el Agua y por la Vida, Pajuiles dice con su acción honesta, real y decidida: ¡NUNCA MÁS! Nuestra agua y nuestros bienes para seguir engordado el bolsillo de los empresarios y saqueadores de nuestro país.
Hoy hace 300 días hay una población digna y organizada que desde su más instintivo esfuerzo y arraigo con su tierra y sus bienes nos están enseñando día a día que existe ese otro país posible con el que soñamos, pero que todo eso llegará únicamente si nos decidimos a asumir nuestro papel en la historia, si nos determinamos a decir nunca más y a luchar diariamente con el corazón, hasta arrebatar nuestra patria de las manos criminales y corruptas que ahora lo gobiernan, y que cuando eso llegue, estemos preparados para dirigir a esta Honduras por los caminos de la dignidad y la justicia.
Por la defensa de la tierra, nuestros ríos y la naturaleza entera, ¡NOS ENCONTRAMOS EN PIE DE LUCHA!
¡Defender el AGUA no es un delito!
¡Pajuiles resiste!
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Tengo algunos años de experiencia y me encanta practicar el periodismo incómodo que toque los tinglados del poder, buscando cambios en la forma de gobernar y procurar el combate a la corrupción, develando lo que el poder siempre quiere ocultar. Ver todas las entradas