Entre advertencias, audios filtrados y discursos cruzados, el mensaje de Xiomara Castro sobre un “golpe electoral” parece sumarse a un guion político en el que el oficialismo y oposición disputan el control del relato, mientras crece la desconfianza en las instituciones electorales.
Tegucigalpa, Honduras. – Dependiendo del prisma con que se analice, la presidenta Xiomara Castro advirtió sobre un posible golpe electoral de cara a los comicios del 30 de noviembre, o se sumó al guion de crisis que los tres partidos mayoritarios vienen construyendo desde hace meses.
El pasado 22 de octubre, durante la conmemoración del Día de las Fuerzas Armadas, la mandataria publicó un mensaje que se convirtió en el entremés de un conflicto al interior del Consejo Nacional Electoral (CNE). En medio del clima preelectoral, los consejeros Cossette López, del Partido Nacional, y Marlon Ochoa, del oficialista Partido Libertad y Refundación (Libre), lanzaron acusaciones cruzadas sobre cuál fuerza política podría ser responsable de una eventual crisis electoral.
En su mensaje, Castro llamó a las Fuerzas Armadas, en su papel de garantes de la Constitución, a enfrentar a quienes promueven un «golpe electoral». La publicación –que fue editada en dos ocasiones– no incluía esa frase en su versión original, aunque ya advertía sobre «quienes conspiran abiertamente contra la voluntad soberana del pueblo».
¿SE SUMA XIOMARA CASTRO AL GUIÓN?
Aunque las palabras de Castro han generado interpretaciones diversas, los analistas coinciden en que el contexto en el que fueron realizadas está marcado por la desconfianza institucional, fragilidad democrática y el riesgo de crisis postelectoral.
Para Gustavo Irías, director del Centro de Estudios para la Democracia (Cespad), el mensaje de la presidenta Castro manifiesta más una preocupación que una denuncia concreta. Aunque ambiguo, se entiende como una alerta ante un proceso electoral «delicado y de baja calidad», que podría desembocar en una crisis postelectoral.
Irías sostiene que a 37 días de las elecciones persisten vacíos críticos: la falta de conectividad a internet en el 30% de los centros de votación, la no impresión de las papeletas para diputados en los departamentos de Valle y Olancho –ordenada por el Tribunal de Justicia Electoral (TJE), como medida cautelar mientras se adopta una resolución definitiva–, además de la polarización política y la narrativa de triunfo anticipado de los principales candidatos presidenciales.
Por su parte, Javier Acevedo, director ejecutivo del Centro de Investigación y Promoción de los Derechos Humanos (Ciprodeh), coincidió en que el mensaje de Castro no es extraordinario, sino un discurso regular dentro de los procesos electorales hondureños. Sin embargo, consideró que puede vincularse –de forma especulativa– con la denuncia presentada por el consejero del CNE y representante del Partido Libertad y Refundación (Libre), Marlon Ochoa.
Horas después de la publicación de la presidenta Castro dirigida a las Fuerzas Armadas, el consejero Ochoa presentó ante el Ministerio Publico 24 audios en los que, según afirmó, se escucharía a una consejera del organismo y a un jefe de bancada de un partido tradicional planificando una crisis postelectoral.
Acevedo señaló que estas denuncias se insertan en una narrativa política ya instalada desde hace meses. «Es parte de una narrativa más actualizada, eso es claro. […] Cada quien, en su narrativa lo que hace es culpar al contrario como responsable de ese golpe electoral», sostuvo Acevedo.
Consultado sobre si la presidenta se habría sumado a esa narrativa, Acevedo agrego: «Al final, la presidenta es una actriz política en el país. No es alguien ajeno a la situación política».
Para el analista político, Carlos Cálix, en cambio, no hay duda de que el mensaje «forma parte de un guion muy bien estructurado y solamente es un punto más sobre la i en ese guion […] Es un relato que quieren nuevamente poner sobre la mesa, en el sentido de que el gobierno sigue marcando la pauta de cuáles son las noticias mediáticas que pueden impactar a la opinión pública».
Carlos Cálix, analista político, considera que la publicación de la presidenta Castro busca tanto movilizar a su base política como enviar una advertencia velada a sectores inconformes dentro de las Fuerzas Armadas.
AUDIOS, ADVERTENCIAS Y CAMPAÑA, CONSTRUYE NARRATIVA DEL GOLPE ELECTORAL
El último acto –aunque no el primero– de esta tragicomedia hondureña, comenzó cuando la consejera Cossette López, al finalizar la reunión con la Misión de Observación Electoral de la Unión Europea, el pasado 13 de octubre, expresó que existe peligro de que se genere una crisis si el partido en el poder no gana las próximas elecciones, porque el oficialismo no aceptaría los resultados. Con ello, la consejera emitió un juicio de valor que no le corresponde por su papel de árbitro del proceso, tal como lo señaló hace unos días a Criterio.hn el exmagistrado del extinto Tribunal Supremo Electoral (TSE), Augusto Aguilar, haciendo acopio a la Ley Electoral.
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Pocos días después, la candidata de Libre, Rixi Moncada, durante una gira en Danlí, El Paraíso, afirmó que a las 12:00 del mediodía del 30 de noviembre, ya se sabría que ella será la ganadora del proceso electoral, y que el CNE no tendría otra opción que salir a las 9:00 de la noche y decir que la proyección a nivel nacional la daba como ganadora.
El analista político Luis León explicó a Criterio.hn que las declaraciones de Moncada forman parte de una estrategia de campaña destinada a motivar una votación temprana y masiva, y no a presionar al CNE ni a anticipar resultados.
«Lo que está diciendo es que para el mediodía deben haber votado todos los simpatizantes de Libre, no que ella se declare ganadora antes del conteo final», preciso León.
Sin embargo, las palabras de Moncada intensificaron el discurso iniciado por la consejera López, reforzando la idea de que el oficialismo podría provocar una crisis si no gana las elecciones generales.
En medio de este torbellino de juicios de valor y malas interpretaciones, el consejero Marlon Ochoa presentó ante el Ministerio Público 24 audios en los que, según afirmó, se escucha a una consejera del CNE, un jefe de bancada de un partido tradicional y presuntos miembros activos de las Fuerzas Armadas confabulándose para crear una crisis electoral. Ochoa declinó explicar cómo obtuvo los audios y aseguró que ese detalle se revelaría una vez rindiera su declaración ante la Fiscalía.
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En el mejor de los escenarios, se trataría de audios filtrados, en el peor, de escuchas telefónicas. En este último caso, se sabe que existe una denuncia, en el Ministerio Público, contra los tres consejeros del CNE, por lo que un juez podría haber autorizado las grabaciones. Sin embargo, no se explica por qué esos audios están en poder de Ochoa, quien, paradójicamente, sería uno de los investigados
El analista Carlos Cálix advirtió que, en ausencia de una denuncia previa, se estaría frente a un delito. A la vez que remarcó que en caso de que se trate de una investigación, «no hay razón por la cual un ciudadano –usted, yo o cualquier otro– tuviera acceso a esa información. En todo caso, debería estar muy resguardad por el ente investigador».
