Margarita Murillo

Violencia y política (3er aniversario fúnebre de Margarita)

Por: Rodolfo Pastor Fasquelle

JOH se ufana de haber reducido la violencia. Y hay tipos de violencia que han disminuido en los últimos tres, años mucho. Han bajado las muertes de mareros adultos, como en porcentaje significativo bajaron los homicidios vinculados directamente al narco. Hay una mayor proporción de mareros presos, que antes que los incinerasen. Se matan menos entre ellos aquí los líderes de los carteles apresados y deportados, y también los que huyeron. Felicitaciones. Y los estadounidenses deberían agradecer más que nos costo mucho. Pero no ha disminuido la violencia que se ejerce aquí desde el estado, que debe prevenir y castigarla

Lastima grande para EUA que eso no se refleje en una disminución de la demanda y oferta de narcóticos en sus calles. (Nada sorprendente porque ni la demanda ni la oferta se gestionaban aquí.) Simplemente las rutas se desplazaron otra vez, los mexicanos producen mas heroína y marihuana que antes, desde Guerrero hasta Sonora. Allá mismo en EUA se producen sustitutos químicos letales… Para nosotros, la lastima es que el descenso en las muertes de delincuentes no nos consuela de los altísimos niveles de violencia en las ciudades principales en donde hoy vivimos la mayoría, contra inocentes y segmentos diferentes de la población, que no tienen que ver. La violencia domestica, la violencia contra los niños y los adolescentes, contra mujeres y minorías de género, contra abogados, defensores o fiscales, periodistas y defensores de los derechos y del medio ambiente. ¡En esos campos somos campeones mundiales! Y muchas formas de violencia son relativas novedades en este país.

Allá en el Norte se preparan para deportarlos y se escandalizan que lleguen por parvadas los menores de edad que cruzan medio continente sin compañía de adulto. Insólito. Pero Casa Alianza certifica que aquí en Honduras seis niños son asesinados cada día, promedio, la mayoría asfixiados, después por bala, y luego  a golpes. Lo documenta la prensa para vender el morbo. Por desgracia, la violencia era parte de la disciplina tradicional y por supuesto que ha habido violencia estructural contra los niños pobres de Honduras desde hace desde hace décadas. Pero los niveles de violencia física contra niños de los últimos 30 años no tienen precedente y los perpetradores hoy son igual sus pares que sus padres y en vez de disciplinarlos, lo que buscan es quitárselos de encima como estorbos o intimidarlos para que entren a una mara. Eso explotó desde  fines de los 1990s cuando decenas de miles quedaron abandonados al migrar a las ciudades y al exterior sus padres. En tiempos de Tolerancia Cero, a los niños los mataban los policías y las victimas de sus desesperaciones.

Destaca igual el homicidio y ahora mas reciente, la intimidación violenta de periodistas expuestos a los noveles controles draconianos de una ley mordaza. No les ha importado a los escuadrones de la muerte que sean famosas sus victimas (Barrow, Orellana, Espinal) y  hasta visten de fatigas los cadáveres (Villatoro). Claro, nunca antes históricamente hablando los periodistas habían tenido un role tan importante en la política como hoy que se les paga o se les pega, dependiendo de cuanto valen o cuestan.  Hasta los treintas, todo el periodismo era impreso y solo una pequeña parte de la población leía. La radio democratizó mucho la comunicación pero el antiguo régimen se aseguro que estuvieran las trasmisoras monopolizadas y bajo control. Desde los 90s han proliferado las radios y televisoras comunitarias y cada vez leen más los electores, aunque sea notas cortas. Las redes son libres. Antes fue a Félix Molina antier balacearon a J. Lagos de El Libertador y a su señora.

Asimismo Honduras es uno de los países más peligrosos del mundo para los defensores (as) de los derechos, porque los violadores quieren sacarlos del juego y encubrirse ellos, como hicieron los asesinos de Margarita Murillo. E igual los defensores del medio ambiente, con quienes a menudo coinciden los del derecho, como Berta. Y abogados igual en la práctica privada que en la defensa publica o como las fiscales que documentaban el impune asesinato de Margarita hace tres años. Acaso porque son policías y militares los victimarios, como los que mataron a Berta.

No digo que antes jamás se diera la violencia contra las mujeres. Las sociedades coloniales ejercían sistemática violencia estructural contra las mujeres y sus derechos. Se limitaron tradicionalmente sus destinos, que tampoco eran muy variados para los varones. Y en el último medio siglo –por su gran lucha y a pulso– se han ganado las mujeres el sufragio y el derecho al menos teórico a la educación, la profesión, el trabajo, la libertad personal. Pero yo no veo en el registro y el documento histórico una violencia análoga a la que hoy aflora, y tampoco recuerdo en la sociedad tradicional tanta brutalidad. Como la de Plutarco.

Matan una mujer cada 14 horas. Han matado 20 mil en diez años de modo que el femicidio –que la semana pasada protestaba un grupo frente a Casa Presidencial– alcanza una dimensión escalofriante. De la nota roja destaca hoy, por escoger, el reciente asesinato previo brutal abuso de una colegiala en la vecindad, que recuerda el caso de Ricci M. y asimismo evoca el crimen contra una adolescente vecina secuestrada y violada por policías en una patrulla o el hallazgo hoy del cadáver embolsado de otra mujer en Circunvalación. Enoja pensar que vamos a hacer declaraciones.

También es novedad histórica la violencia contra las preferencias sexuales minoritarias. Hoy muchos miembros de las minorías de género y la comunidad LBTG son victimas de violencia por parte de quienes evidentemente se sienten inseguros de su identidad.

Aunque se persiguió tempranamente a los homosexuales por parte de la Inquisición, eso desapreció. Y por tradición se aceptaba a las personas cuyas notorias diferencias sexuales eran consideradas fenómenos de la naturaleza. La gente es alta o baja de naturaleza me explico una vez un curandero, así unas salen marimachas otros manflor. Nadie ponía objeción a lo natural. De niño no vi que a nadie se persiguiera por ese concepto a muerte, aun si no escapaban en las ciudades, al desprecio y la burla del macho.  La novel religiosidad fundamentalista del último medio siglo que también es parte de la globalización ha vuelto al tono de la Inquisición. Ni siquiera introducimos en el curriculum la enseñanza del respeto a esas diferencias por la exigencia de falsos cristianos, de que se las entienda como pecado y desviación.

Y las mujeres se vuelven blancos con solo que se expresen libremente. Matan los celos primarios pero no son  solo sicópatas. Matan la falta de o la mala educación sexual. Mata quien habla con desprecio de la mujer que se expresa con valentía. Y el cura que evita el tacto de la hembra e inventa versos satánicos. Mata el político que por miedo le niega a la mujer la oportunidad de vida, amenazada por una gestación peligrosa y mata el padre de familia que humilla a sus hijas para conservar un falso pundonor. Mata el maestro que hace a un lado a la alumna o la acosa. Matan mujeres  la maldita sociedad de clases y castas y el estado patriarcal.

  • Me encanta desafiar el poder y escudriñar lo oculto para encender las luces en la oscuridad y mostrar la realidad. Desde ese escenario realizo el periodismo junto a un extraordinario equipo que conforma el medio de comunicación referente de Honduras para el mundo Ver todas las entradas
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