Por: Marlin Oscar Ávila
Al menos tres generales retirados integran el gabinete de gobierno estadounidense actualmente. Su coordinador es el G. R. John Kelly. Este general retirado estuvo hasta cuatro años, hasta el 2016, dirigiendo el comando Sur, después de haber estado en las bases militares en Irak. Así es que, si hay algo que no pasa desapercibido por el actual gobierno en Washington, es la situación de América Latina. Desde luego, con un enfoque militar. Su Secretario de Relaciones Exteriores (Departamento de Estado), Rex Tillerson, es inexperto en la diplomacia y sabe más sobre petróleo que sobre política militar.
Aún cuando se habla de las estrechas relaciones entre Juan Orlando Hernández con John Kelly, para el segundo, prevalece su patria sobre los negocios, mientras que para el primero prevalecen sus negocios por encima de todo, para lo cual hace lo que tenga que hacer.
Si lo anterior, es correcto, el presidente de Honduras debe estar en aprietos. El Pentágono es indirectamente quien dirige la mayor parte de los ejércitos en el continente. Así es que si la situación actual del gobierno hondureño no es del agrado de la mayoría de gobiernos en Europa y en el Norte de América, debido al desprestigio ganado por el gran fraude electoral, evidenciado por propios y extraños, en el tablero debe estarse barajando una posible intervención militar.
A los militares de las fuerzas armadas hondureñas no les debe agradar el manejo que el Tribunal Supremo Electoral (TSE) le ha dado al proceso electoral y, saben que esta institución como las demás, ha estado bajo la dirección política del presidente de la República. Entre las evidencias, está la llamada telefónica que hubo entre Matamoros Batson con JOH la noche del 26 de noviembre, a partir de cuando suceden múltiples irregularidades en el proceso.
La complejidad es mayor, al saberse que ha habido muy estrechas relaciones con el comando militar y el presidente JOH, a quien se le ha vinculado con muchos delitos mayores, incluyendo posibles vínculos con algún cartel del narco tráfico. Nada nuevo en este país es creer que las mismas Fuerzas Armadas tienen vínculos con el Narco. Si son ellas quienes deben cuidar las fronteras, por donde ha pasado al menos el 80% de la droga hacia el mercado estadounidense. Nada de esto es ignorado por los EUA.
Si lo que existe como alternativa gubernamental es el ganador de las elecciones del 26 de noviembre, la Alianza de Oposición Contra la Dictadura, los “pragmáticos” del Gabinete en Washington, deben estar viendo la opción militar como factible. Primero, por motivos de “odio conveniente” a Venezuela y, la Alianza, para ellos, es un amigo de ese gobierno chavista. Segundo, porque la Alianza se perfila como un probable gobierno honesto, que va a tomar medidas fuertes contra la corrupción y seguramente, contra los carteles de la droga. Probablemente, la mafia compinche que ha estado gobernando bajo la tutela de Washington, va a tener que exilarse o compartir las cárceles construidas por ellos mismos.
En una balanza, pesa más lo segundo que la posible alianza con los Chavistas, aunque hará que sobresalga lo primero, para cubrir apariencias.
Un gobierno como el actual en Washington, no debe simpatizar con eso de honestidad y anticorrupción, aunque la retórica sea otra. Lo que debe importar más a EUA es Honduras como paso importante para sus planes bélicos, lo demás es secundario. A los carteles de la droga y personas, les interesa como paso, pero hacia el Norte, y la DEA lo sabe bien.
Por estas razones, tiene lógica lo que ahora circula en las redes sociales sobre una negociación intensa entre el gobierno Ejecutivo con la cúpula militar, para facilitar una salida negociada al actual presidente de la república. Si en el 2009 sacaron al presidente en pijamas, esta vez, a JOH lo quieren hacer en vestido entero y con su maletín cargado.
Si lo que vemos como una salida que se esté barajando en los altos círculos políticos y militares, estaríamos ante un hecho lamentable. Es decir, Honduras estaría experimentando otro golpe militar que le puede llevar otros años de inestabilidad política, negociaciones entre militares y civiles para volver a un proceso transitorio hacia la devolución del poder en manos civiles y así, lograr ser reconocido por la comunidad internacional. El hecho que los militares lleguen a gobernar nuevamente, aunque sea por un período corto, la inestabilidad social y económica, sería un pan de cada día.
La única manera honrosa de salir de esta crisis política es reconociendo el triunfo del Ing. Salvador Nasralla. Aunque no será un pase a la solución inmediata de los agudos problemas que deja el actual gobierno, es definitivamente el inicio del fin de los problemas crónicos que tiene este empobrecido país centroamericano.
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Tengo algunos años de experiencia y me encanta practicar el periodismo incómodo que toque los tinglados del poder, buscando cambios en la forma de gobernar y procurar el combate a la corrupción, develando lo que el poder siempre quiere ocultar. Ver todas las entradas
3 respuestas
El peor escenario, desde mi punto de vista, es que JOH se reelija porque seria como premiar el fraude y la corrupción.
El militarismo siempre ha sido un caporal de los intereses imperiales gringos. No debe extrañar a actitud apátrida de los militares en Honduras.
Habría que ver. El hombre a desembolsado millones para comprar la conciencia de los
Militares no de ahorita , sino de años y los a de amenazar con que si lo sacan , el mostrará la evidencia de la corrupcion de la cúpula militar.