Por: redacción CRITERIO
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Uribe no solo sería responsable de los crímenes de lesa humanidad durante su mandato presidencial, sino que, además, los asesinatos de finales de los 90 también habrían contado con su participación.
El Tribunal de Paz en Colombia podría abrir una investigación contra el expresidente Álvaro Uribe por presuntamente estar vinculado a acciones paramilitares registrados durante su periodo gubernamental en Antioquia, entre 1995 y 1997.
Así lo informó el fiscal General, Eduardo Montealegre Lynett, quien detalló que las investigaciones de la Corte Suprema de Justicia por el presunto conocimiento sobre la creación y expansión del fenómeno del paramilitarismo en Antioquia podrían pasar a conocimiento del Tribunal, destaca El Espectador.
Aseguró que Uribe, al igual que “todos aquellos asesores, personas que estén vinculados al favorecimiento del paramilitarismo”, podría ser juzgado por esta jurisdicción especial.
Montealegre Lynett precisó que hasta la fecha se han abierto 10 mil investigaciones contra miembros de la Fuerza Pública y todos podrán pasar a justicia transicional.
Por otra parte, el fiscal General de Colombia, detalló que los efectivos militares que participaron de las ejecuciones, mejor conocidas como “falsos positivos”, podrían tener bajas en sus condenas de prestar colaboración con la justicia transicional para la investigación del caso contra Uribe.
“Pueden entrar en la jurisdicción pero frente a ello tienen que existir penas privativas de la libertad efectiva, señaló Montealegre Lynett.
A finales de 2008, se dio a conocer que los ajusticiamientos que perpetró el Ejército de Colombia durante el mandato de Uribe resultaron ser “falsos positivos”, en los que en realidad se asesinaron a centenares de civiles inocentes.
Uno de los crímenes más sonados durante la gobernación de Uribe en el departamento antioqueño fue la Masacre del Aro, en la que fallecieron 15 personas a manos de las Autodefensas de Colombia, a la que fue vinculado Salvatore Mancuso, quien años más tarde confesó la autoría tanto de esa masacre como de la de Mapiripán, en el Meta colombiano.
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