Si se maneja bien, puede comenzar a romper el poder del crimen organizado y los funcionarios corruptos en Honduras, que a su vez será una buena causa para la celebración. Desperdiciar esta oportunidad al no establecer un cuerpo significativo “con dientes”, sería un error. Simplemente firmar un vago acuerdo con la esperanza de algún pago futuro ya no es una alternativa viable.
Por: Redacción CRITERIO
Durante los últimos meses, intensas negociaciones han estado en curso entre el Gobierno de Honduras (GDH) y la oficina del Secretario General de la Organización de los Estados Americanos (OEA) sobre un acuerdo para formar un apoyo a la Misión contra la Corrupción y la Impunidad en Honduras (MACCIH).
Como su nombre lo indica, el acuerdo en cuestión sería definir las autoridades y los parámetros de un mecanismo internacional, solicitadas por el Gobierno de Honduras, para apoyar sus esfuerzos para erradicar la corrupción y reducir la impunidad que socavan el estado de derecho y la oportunidad económica en el país.
Hay preocupación por la relativamente débil propuesta inicial de la MACCIH y cómo esta propuesta podría reforzarse para garantizar una acción constructiva contra la corrupción y la impunidad.
Dado que el proceso se inició en septiembre han habido dos iteraciones de un acuerdo propuesto por la Secretaría General de la OEA (SG / OEA). El Gobierno de Honduras ha revisado significativamente ambas versiones, en algunos casos ampliando el enfoque – no siempre una mala cosa – y en otros casos debilitando la independencia y la latitud del MACCIH. En la actualidad, el equipo negociador de la OEA está considerando la versión más reciente del Gobierno de Honduras presentado el viernes, 4 de diciembre.
Las negociaciones de ida y vuelta se han convertido en preocupantes y fatigosas. El gobierno de Honduras había anunciado que el presidente Juan Hernández viajaría a Washington para firmar el acuerdo final con la OEA el 10 de diciembre, pero luego decidió posponer la firma hasta una fecha no especificada para este mes de enero.
Este jueves se ha dado a conocer que será hasta que tome posesión la nueva Corte Suprema de Justicia que debe quedar conformada el próximo 25 de enero, según lo manifestó el propio presidente Juan Hernández a los medios de comunicación, aduciendo que es una petición del presidente de la Corte Suprema de Justicia, Jorge Rivera Avilés, en virtud que esta corte finaliza sus funciones el proximo 25 de enero.
En la actualidad no está del todo claro por qué el Gobierno de Honduras pospuso la firma. Podría ser una señal positiva, dando a la OEA más tiempo para negociar y quizás lograr un mejor trato.
Basados en nuestra revisión de los distintos borradores del acuerdo y el diálogo con los representantes de la OEA, el gobierno de Honduras y el Gobierno de los Estados Unidos, creemos que los siguientes elementos específicos deben tenerse en cuenta para garantizar el acuerdo final, siempre que se firme con “dientes” reales:
La creación de una unidad combinada especial de fiscales y jueces hondureños que trabaje con la MACCIH para investigar los casos de corrupción y la impunidad.
Esta idea se encuentra actualmente en la mesa y se incluye en los proyectos de acuerdos anteriores entre la OEA y el Gobierno de Honduras. Sin embargo, el proyecto más reciente deja de forma vaga el papel del MACCIH en la selección y la supervisión de los fiscales y jueces hondureños que integrarán la unidad especial.
La vaguedad en este punto es arriesgado e inaceptable. Es absolutamente esencial que el acuerdo final deletree específicamente que la MACCIH tendrá la autoridad para seleccionar, certificar y supervisar a los miembros de la unidad especial, así como la autoridad para priorizar y seleccionar los casos a ser investigados y seguir a lo largo del proceso judicial.
Los casos seleccionados deben ser emblemáticos y hacer frente a las estructuras de la corrupción y la impunidad que han permitido la injusticia prosperar en Honduras. Reconocemos que como un mecanismo internacional la MACCIH no tendrá la autoridad para llevar a cabo sus propios juicios. La CICIG en Guatemala, a menudo considerado como el patrón oro, no puede procesar los casos tampoco. Pero mediante la selección de los casos y supervisar el trabajo de los fiscales y jueces elegidos, la MACCIH puede hacer mucho para garantizar que las presiones políticas no interfieran con la búsqueda de la justicia.
El acuerdo debe explicitar que la MACCIH y la unidad especial de fiscales hondureños y los jueces tendrán pleno acceso a la información gubernamental, además del personal y las instalaciones, así como la autoridad para reunirse y realizar entrevistas con el personal de todos los niveles de gobierno, incluidas las fuerzas armadas. La última versión del proyecto de este acuerdo, hace un compromiso general de cooperar con la MACCIH, pero esto debe ser explicado de manera más explícita que el anterior acuerdo. Se deberá informar a la sociedad civil de la obra y de las orientaciones estratégicas de la MACCIH y la unidad especial es esencial para la construcción de la credibilidad y el apoyo público a este esfuerzo.
El acuerdo MACCIH debe incluir un lenguaje específico sobre la presentación de informes periódicos por el Jefe de la Misión de la MACCIH, así como su autoridad para hablar extemporáneamente al público hondureño, la sociedad civil, medios de comunicación y la comunidad internacional en importantes acontecimientos lo requieren. Los criterios bajo los cuales la MACCIH puede retirarse de Honduras deben hacerse explícitas. Estos criterios deberían incluir, entre otros, la falta de cooperación por parte del Gobierno de Honduras y el personal de todos los niveles y las instituciones de gobierno y el incumplimiento por el Gobierno de Honduras con la letra y el espíritu del acuerdo firmado.
Nadie en el Congreso de Estados Unidos, dentro de la sociedad civil hondureña y los Estados Unidos, o en la comunidad internacional quiere apoyar otro proceso sin sentido y sin la oportunidad de tener un impacto. Es hora de volver a centrarse en el objetivo de que todo el mundo comparte – la construcción de una Honduras fuerte y democrática que sirva a los intereses de su pueblo y no sólo los intereses de los privilegiados y poderosos pocos.
Además de estos cinco componentes esenciales para fortalecer el acuerdo final, hay dos cuestiones adicionales prioritarias que la OEA / SG debe tener en cuenta. La consulta y la colaboración con la oficina del Procurador General (Ministerio Público, o MP).
En el sistema de justicia de Honduras, el MP es independiente del poder ejecutivo. Como resultado, las negociaciones MACCIH hasta ahora han sido apropiadamente entre el Secretario General de la OEA y de la rama ejecutiva del gobierno de Honduras, principalmente el Ministro de Relaciones Exteriores. Pero el MP en última instancia, debe ser un socio clave para garantizar el trabajo de la MACCIH con dientes y que se lleve a cabo de acuerdo con la ley. Es muy importante que se tengan en cuenta las preocupaciones y propuestas del MP durante la fase de negociación.
El nombramiento del Jefe de la Misión de la MACCIH es de fundamental importancia para el éxito de la empresa. Incluso si el acuerdo final contiene todos los elementos clave descritos anteriormente, estos pueden ser socavados si la cabeza de la Misión es débil o no demuestra la voluntad política para hacer frente a los intereses políticos y criminales arraigados. Esta cita será una prueba importante del propio compromiso del Secretario General a hacer de éste un proceso válido y valioso.
Hasta el momento, el Gobierno de Honduras ha tratado de restar importancia a la designación de Jefe de la Misión y ha preferido designar un «portavoz» que hable en nombre de las distintas unidades y divisiones propuestas dentro de la MACCIH.
Sea cual sea el título final, es de vital importancia que sus autoridades incluyan la coordinación del trabajo y que lo hablen con el Consejo Permanente de la OEA, el público y la prensa. Pensamientos finales: El diálogo actual sobre la naturaleza del mandato y las autoridades de la MACCIH presenta una oportunidad increíble para Honduras y el pueblo hondureño.
Si se maneja bien, puede comenzar a romper el poder del crimen organizado y los funcionarios corruptos en Honduras, que a su vez será una buena causa para la celebración. Desperdiciar esta oportunidad al no establecer un cuerpo significativo “con dientes”, sería un error. Simplemente firmar un vago acuerdo con la esperanza de algún pago futuro ya no es una alternativa viable.
Nadie en el Congreso de Estados Unidos, dentro de la sociedad civil hondureña y los Estados Unidos, o en la comunidad internacional quiere apoyar otro proceso en este sentido sin la oportunidad de tener un impacto. Es hora de volver a centrarse en el objetivo de que todo el mundo comparte – la construcción de una Honduras fuerte, democrática y responsable que sirva a los intereses de su pueblo y no sólo los intereses de los privilegiados y poderosos pocos.(tomado de Latin American Program)
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Me encanta desafiar el poder y escudriñar lo oculto para encender las luces en la oscuridad y mostrar la realidad. Desde ese escenario realizo el periodismo junto a un extraordinario equipo que conforma el medio de comunicación referente de Honduras para el mundo Ver todas las entradas