Tomado de periodistadigital.com
Alemania.- «Fascinantes», con una «gran energía» y con un «gran lenguaje». Así ha calificado los escritos de Karl Marx el cardenal Reinhard Marx, con ocasión del 200 aniversario del nacimiento del padre del comunismo. «Uno solo tiene que leer a Karl Marx sin prejuicios, y su poder sorprenderá», ha asegurado el arzobispo de Múnich y Frisinga y también presidente de los obispos germanos.
El cardenal Marx -uno de los colaboradores más estrechos del Papa Francisco- comentó a RPOnline a finales del mes pasado que «hay una inspiración, un ímpetu revolucionario» en los trabajos del filósofo con quien comparte apellido.
El purpurado volvió a repetir los mismos sentimientos en una entrevista con el Frankfurter Allgemeine Sonntagszeitung, en la que reveló que el Manifiesto comunista en particular le «impresionó bastante», sobre todo en la manera en la que los escritos del economista -«uno de los primeros sociólogos serios»- «pueden ser muy útiles» a la hora de entender los conflictos actuales que hunden sus raíces en la injusticia económica.
«Los derechos humanos están incompletos sin una participación en lo material», declaró el cardenal Marx, quien ha ejercido en el pasado como profesor de ética social.
Si bien el purpurado alemán matizó que «hay [en los escritos de Marx] aquí y allá una idea totalitaria», también aseguró no se puede poner al filósofo en una «conexión directa» con el marxismo-leninismo en el que desembocaron sus ideas, ni con el sistema de los gulags en la Unión Soviética.
Más bien, la utilidad del pensador es que supo ver que «la prosperidad y el beneficio no son todo lo que debe orientar a una sociedad», sobre todo en vista de las «enormes desigualdades sociales y daños ecológicos que son resultado de las dinámicas capitalistas». Una advertencia que tampoco ha pasado desapercibida en la Iglesia como en la sociedad más ampliamente, ya que -según el cardenal- «sin [Marx] no habría ninguna doctrina social católica».
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«El mercado no es tan inocente como aparece en los libros de texto de los economistas. Detrás de él hay intereses poderosos», avisó por último el cardenal Marx, precisando a la vez que la amortización de estos «intereses poderosos» no se debe al propio capitalismo, sino a «una lucha contra estos excesos».
No es la primera vez que el arzobispo de Múnich y Frisinga alaba al autor de El capital, ya que en un texto de 2007 defendió que el filósofo y economista no fue «un mero ideólogo» que propagara sin más una «revolución anárquica». Más bien, Marx llamó a una «participación social integral», un deseo de plena vigencia en el siglo XXI «y también por parte de las Iglesias».
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