Por: Patricia Murillo Gutiérrez
Las cábalas o estadísticas que hacen desde el gobierno, desde el Observatorio de la Violencia de la UNAH o desde las instancias especializadas en manejo de las cuentas rojas que deja el crimen, poco o nada le sirven a los sampedranos para paliar su lucha diaria, contra los embates, contra el horror, contra la jungla que les toca vivir, para efectos simples, es la agonía, es la dura certeza de habitar en la más violenta o una de las tres más violentas ciudades del planeta, así de simple.
San Pedro Sula, fue fundada por Pedro de Alvarado, sanguinario conquistador español, el 27 de junio de 1536, solo como San Pedro. Luego agregaron Sula, nombre de Valle que la aloja.
Extensión territorial: 898.60 kilómetros cuadrados y al 2012 se contaban unas 750 mil almas como su población. Y se ufanaba décadas atrás de que era la ciudad que más crecía entre México y Colombia. También se le conoce como la Capital Industrial del país.
En blanco y negro, aquí se vive como en el más grande zoológico privado del planeta. A lo mejor solo superado por Tegucigalpa, que a decir de investigadores tiene centenares de sus barrios y colonias en poder de las maras o pandillas. De San Pedro Sula, algunos Medios hablan que son cien barrios y colonias que están en manos de las pandillas.
En general, posiblemente no exista un solo barrio, caserío, colonia o edificio de apartamentos de lujo, que no esté en manos de gente armada, sea por la buenas o por las malas. Unas ofreciendo seguridad en el buen sentido y otras ofreciéndola en otros sentidos
San Pedro Sula es por donde la vea el recién llegado, una inmensa cárcel, mucho más grande de las que pueda sufrir en su peor pesadilla, dice su obispo auxiliar monseñor Rómulo Emiliani, un panameño de nacimiento, afincado con nosotros hace unos 14 años y caracterizado por trabajar con mucha fe en la rehabilitación de los privados de libertad, y por tanto conocedor del mundo infrahumano que significa el presidio de San Pero Sula. Es decir la cárcel oficial de esta mini urbe, porque la otra, es de los 800 y tanto kilómetros cuadrados de territorio municipal.
Aquí los estatus que antes se separaban entre sí por la vestimenta o por la escuela donde estudiaban los hijos, ahora se marcan claramente por la cantidad de guardaespaldas, carros o helicópteros blindados en que se desplaza el privilegiado y su familia y desde luego, por la cantidad impensable de tecnologías de seguridad que acordonan y protegen sus viviendas.
Versus el sálvese quien pueda o rezar hincados diariamente del resto del pueblo sampedrano, que no sabe si al salir de su vivienda, sea arriba o abajo de la Línea, le estarán esperando para encañonarlo y seguidamente llevarse en un camión , todo el fruto de largos años de trabajo honrado. Y crédulo como es el sampedrano, quedara dando gracias a Dios porque no le arrebataron la vida ni la de sus hijos.
Y está tan inerme a toda case de ataques, que ni siquiera puede contar con la más mínima certeza que se le cumpla el elemental derecho a la vida, que es lo mínimo que estos Estado militarizado que se llama Honduras, podría brindar a su pueblo.
Hace dos años visitó la emergencia del Hospital “Mario Catarino Rivas”, un militar y periodista español, el cabo Vadillo para hacer un documental de cómo era el hospital público, de la ciudad más violenta del mundo, y se hizo las cruces porque ni siquiera en países en guerra había visto tanta sangre y violencia.
Pues en este contexto, los sampedranos como todos los ciudadanos del resto del país, buscan sus propios medios de defensa de su vida y de su familia. E ingenuamente quizás, pero como un disuasivo tienen décadas de estar tratando que la Municipalidades local les proteja o al menos le permita auto protegerse, con unas trancas, o bardas o medidas coercitivas para que los amigos de lo ajeno lo piensen antes de llegar a sus barrios y colonias.
Pero ni eso han reglamentado las flamantes autoridades municipales actuales, que más bien se ufanan de ir a arrancarles a los vecinos, sus exiguas bardas que en nada afectan la circulación porque están sin candados, llegando al cinismo que en aras del derecho a la libre circulación, descuidan o miran con desprecio el derecho a la VIDA de cada ciudadano.
Y como si fuera poco, llegan como Atilas, arrasando con el que se les ponga enfrente, armados con Policía Militar, Municipal, gente de civil armada hasta los dientes y lo más grave, empleados municipales que ocultan sus identificaciones al igual que los policías, intimidando los vecinos, a quien parecen mirar como sus enemigos y jamás como a sus patrones, que con sus impuestos les pagan sus salarios, para cumplir órdenes de sus superiores.
Ante esta conducta, Criterio.hn consultó al abogado Samuel Madrid, regidor del Partido Libre y comisionado de Desarrollo Comunitario y Seguridad, quien admitió que sobre todo, prevalece el Derecho a la Vida y que ningún empleado o funcionario debe ocultar su identidad ante los ciudadanos, ni mucho menos tratarlos mal. Igualmente, acepto que ante la inoperancia de los mecanismos gubernamentales y municipales para dar autentica protección a los ciudadanos, estos buscan la manera de salvaguardase ante la imperante violencia.
Señaló que ha trabajado en la reglamentación de las medidas de seguridad ciudadanas a fin que nadie sea discriminado por las mismas, ya que hay quejas que en unas colonias se privilegian y en otras no y está a la espera de presentarla pronto al pleno de la Corporación Municipal, para que se reglamenten de una vez estas medidas y sean parejas para todos.
Ah los sampedranos están más que listos, para enfrentar en breve a los hacedores de encuestas falsas así como a los magos de las estadísticas mañosas que nos quieren encandilar y a nadie engañan. Cada día despiertan más ciudadanos, aun los más empobrecidos, aquellos que añoran la bolsita solidaria y los 50 lempiras, porque a pesar de la miseria extrema a que los han llevado estos gobiernos nacionalistas, todavía tienen dignidad muchos de ellos y sabrán como castigar a sus verdugos.
Y en esta ciudad hecha un potrero por aquellos que quieren tapar tumbas blanqueadas aun a fuerza de controlar medios de comunicación y periodistas y querer engañar a la opinión pública, aún hay mucha dignidad y rechazo a la soberbia del poder.
Por ello es que rotundamente se oye el clamor popular de rechazo cada sampedrano que ama de verdad su ciudad, al saber que, como la tapa al pomo, el alcalde Armando Calidonio despidió el fin de año a los miembros de la Marimba Municipal Usula, encabezados por su director el músico profesional Martin Mejía. Y con ello entierra una tradición de 37 años de esta ciudad: la MARIMBA USULA MUNICIPAL. Averigüe Vargas ¿por qué?
Pero si hay dinero para armas, para lujos, para cámaras de seguridad que no cuidan nada etc. A esa degradación han llevado a una de las ciudades más golpeadas del mundo. Le quitan hasta sus iconos culturales, pero San Pedro Sula resurgirá de sus cenizas cual ave fénix.
!Qué pena por el director municipal de Cultura y Turismo Marco Rieti, pintor y que aparentemente nada pudo hacer o al menos hasta ahora nada hizo para salvar de la barbarie de enterrar una parte del alma artística de nuestra ciudad!
Pero aunque no lo quieran ver, los que no aman a San Pedro Sula, llegará la aurora y se abrirán para siempre, las cárceles que hoy atrapan a cientos de miles de zorzales ciudadanos en esta San Pedro Sula.
-
Me encanta desafiar el poder y escudriñar lo oculto para encender las luces en la oscuridad y mostrar la realidad. Desde ese escenario realizo el periodismo junto a un extraordinario equipo que conforma el medio de comunicación referente de Honduras para el mundo Ver todas las entradas