Tegucigalpa, Honduras. La historia del Escudo Nacional de Honduras, se remonta a 1825, durante la jefatura de Estado de Dionisio de Herrera, sin embargo, la creación y aprobación del mismo se le atribuye a la Asamblea Constituyente de ese año, cuyo presidente era José Rosa de Izaguirre.
El 13 de septiembre de 1825, la Asamblea Constituyente presentó el proyecto del escudo del Estado. Tras ocho días de debate, se decidió modificar su diseño y, finalmente, fue aprobado el 3 de octubre de ese mismo año, mediante el Decreto Legislativo número 16.
Según el artículo 7 de la Constitución de la República, el escudo es uno de los tres símbolos mayores de Honduras. Este sufrió una modificación el 10 de enero de 1935 y, posteriormente, alcanzó su versión actual mediante el artículo 4 del Decreto Legislativo No. 29 de 1949.
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¿QUÉ REPRESENTA EL ESCUDO NACIONAL Y CÓMO SE ESTRUCTURA?
El Escudo Nacional de Honduras, según el cuestionario cívico, simboliza la esencia y el cuerpo de la patria. Se define como el espacio donde se exhiben los blasones de reinos, repúblicas o familias, con motivos y figuras que la naturaleza ofrece generosamente. Está compuesto por un triángulo equilátero, con un volcán entre dos castillos en la base; sobre ellos, un arcoíris, y debajo de este, un sol naciente que irradia luz.
El triángulo simboliza la igualdad de todos los hondureños ante la ley. El volcán representa el territorio nacional y refleja el ardor, la valentía y el coraje del pueblo hondureño. Los dos castillos, ubicados en las costas del Mar Caribe y el Golfo de Fonseca, representan la fortaleza y el valor de la raza aborigen. El sol naciente simboliza la libertad y el amor a la patria. Los dos mares recuerdan las rutas seguidas por Cristóbal Colón, mientras que el óvalo indica el espacio donde se consigna la fecha de la independencia.
Dentro del óvalo se encuentra la aljaba llena de flechas, que simboliza las armas que los antepasados utilizaron en defensa de la soberanía nacional. Los cuernos de la abundancia representan la riqueza vegetal de Honduras. Las cordilleras sobre las montañas indican que el territorio es accidentado y montañoso, con diversidad de climas. Los robles simbolizan vigor, arrojo y fortaleza, mientras que los pinos representan la perfecta verticalidad.
Las minas reflejan las riquezas aún no explotadas, y las herramientas el constante llamado de la patria a sus hijos. El arcoíris simboliza la paz, la unión y la armonía, y el cielo azul, la verdad, la lealtad, la caridad, la belleza y las virtudes supremas que todos los hondureños deben preservar.
