Realidad de la niñez migrante retornada entre traumas y falta de atención integral

Miles de niños y niñas hondureños se ven obligados a abandonar sus hogares y emprender la peligrosa ruta migratoria en busca de seguridad y oportunidades, pero al ser retornados al país enfrentan una dura realidad marcada por el trauma, la falta de recursos y la necesidad urgente de atención integral para su reintegración

Tegucigalpa, Honduras. — La migración se ha convertido en una opción desesperada para muchos niños y niñas en Honduras, quienes huyen de la violencia, la pobreza extrema y la falta de oportunidades.

Sin embargo, al ser retornados al país, se enfrentan a una dura realidad: el trauma de haber vivido situaciones de vulneración de derechos, la dificultad para reintegrarse a un sistema educativo que no siempre está preparado para recibirlos y la persistente amenaza de los mismos factores que los llevaron a abandonar sus hogares.

Cándida Sauceda, directora de Casa Alianza en Honduras. Fotografía: Horacio Lorca/Criterio.hn

Cándida Sauceda, directora de Casa Alianza en Honduras, subrayó la compleja situación que enfrentan los niños y niñas migrantes al ser retornados a su país. Señaló que muchos de estos jóvenes han vivido traumas significativos durante su travesía, lo que requiere una atención integral para su reintegración.

Esta compleja situación resalta la urgente necesidad de implementar políticas efectivas que garanticen su bienestar y desarrollo en un entorno seguro y propicio.

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FACTORES EXPULSORES DE LA NIÑEZ

En Honduras, miles de niños y niñas se ven obligados a abandonar sus hogares y emprender la ruta migratoria en busca de seguridad, o condiciones que les asegure un futuro mejor, a menudo cruzando fronteras sin la compañía de adultos.

Ricardo Coello, coordinador de proyectos de Casa Alianza. Fotografía: Horacio Lorca/Criterio.hn

Ricardo Coello, coordinador de proyectos de Casa Alianza, destacó que los factores que impulsan a los niños y niñas a migrar siguen presentes en sus comunidades, donde la violencia, el deseo de reunirse con o la ilusión por el mal llamado «sueño americano» son predominantes.

Además, Coello subraya que la violencia ha sido una constante en las comunidades controladas por el crimen organizado, las maras y pandillas. Estas organizaciones reclutan a niños y niñas para actividades delictivas, como el transporte y venta de drogas. Los menores de edad son utilizados como «banderines», explica Coello, es decir son asignados en puntos estratégicos encargados de vigilar los movimientos en sus barrios para luego informar. Dichas actividades, pone en riesgo su integridad física y psicológica.

En ese sentido, la migración se convierte en forzada. Coello menciona que, según organismos internacionales, cerca de 250,000 familias han sido desplazadas internamente debido a la violencia.

De acuerdo con la Agencia de la ONU para los Refugiados (Acnur), en Honduras el 43% de las personas forzadas a huir internamente son niños, niñas y adolescentes, lo que representa una crisis humanitaria que priva a la niñez de sus derechos fundamentales como la educación, la salud y la libertad de movimiento.

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FIRMA DE CONVENIO PERMITIRÁ ATENCIÓN A NIÑEZ RETORNADA

La atención adecuada de la niñez retornada en Honduras requiere un esfuerzo conjunto entre organismos nacionales e internacionales, dado que estos menores de edad se enfrentan a desafíos significativos tras su deportación.

La firma de un convenio entre Casa Alianza Honduras y el Comité Internacional de Rescate (IRC) ha generado optimismo en la organización, que se dedica a apoyar a niños, niñas y adolescentes en situaciones de vulnerabilidad.

En ese sentido, Cándida Sauceda, detalló que el convenio firmado forma parte del proyecto Regreso Seguro financiada por la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID), el cual brinda un financiamiento de 250,000 dólares, destinado a beneficiar a 1,000 niños, niñas y jóvenes que han sido retornados de la ruta migratoria. 

Sauceda destacó que este proyecto tiene como objetivo principal ofrecer mejores oportunidades educativas y de salud a los beneficiarios. «Los niños que llegan a nuestros programas necesitan atención integral para sanar sus traumas complejos y restaurar su situación emocional», afirmó. 

Del mismo modo, Sauceda enfatizó la importancia de trabajar en conjunto con otras instituciones y organizaciones de sociedad civil –tanto nacionales como internacionales— para garantizar que la niñez retornada reciba el apoyo necesario y puedan reconstruir sus vidas en un entorno seguro y propicio para su desarrollo.

En lo que va de 2024, Honduras ha registrado el retorno de 6,260 niños, niñas y adolescentes según datos de la Secretaría de la Niñez, Adolescencia y Familia (Senaf). De estos, la mayoría son niños (3,465) frente a 2,795 niñas.

  • Amante de la lectura y la naturaleza, una mujer con la convicción firme que todos podemos hacer cambios significativos en la sociedad, por eso mi objetivo es exponer las injusticias que adolece la ciudadanía. Busco incidir, a través del periodismo, en la defensa y promoción de los derechos humanos, evitando caer en la complicidad de callar ante las injusticias y la corrupción. Ver todas las entradas
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