Por: Joaquín Mejía Rivera
1. Juan Orlando Hernández y su grupo logran controlar al Tribunal Supremo Electoral y a toda la institucionalidad pública, y dan la apariencia de cumplir con todas las formalidades de la democracia representativa.
2. Al tener el control de todo confiaron que era suficiente para “ganar” las elecciones y realizaron algunas cesiones a los demás partidos políticos y a los observadores nacionales e internacionales como un acto de buena fe y transparencia.
3. Al ver que en las primeras horas del conteo Salvador Nasralla llevaba una ventaja del 5%, misteriosamente se “cae el sistema” y al regresar, Juan Orlando Hernández comienza a revertir la tendencia y finalmente termina superando a Nasralla.
4. No esperaron que sucedieran dos cosas: Primero, la digna posición del ex candidato del partido Liberal Luis Zelaya, reconociendo el fraude y la victoria de Salvador Nasralla. Segundo, la reacción ciudadana ante esos hechos y la exigencia de un conteo de acta por acta. La represión policial y militar no logra disminuir las protestas, las cuales aumentan con el paso de las horas.
5. Al no lograr detener las protestas ciudadanas, promueven o al menos permiten que ciertos grupos se infiltren en las manifestaciones pacíficas para provocar el caos y los saqueos. Curiosamente en las protestas pacíficas aparecen los policías y militares para reprimir, pero durante los actos vandálicos las fuerzas de seguridad pública brillan por su ausencia.
6. Decretan el estado de sitio y suspenden la libertad de circulación de 6pm a 6am y le dan carta blanca a los militares para tomar el control del territorio nacional. Se denuncian graves abusos por parte de la policía y el ejército que incluyen el uso de armas de fuego, detenciones ilegales, torturas, tratos crueles, inhumanos o degradantes, y ejecuciones arbitrarias.
7. El estado de sitio y la militarización parece destinada a provocar el pánico entre la población, y los medios de comunicación corporativos afines al gobierno responsabilizan a la Alianza de Oposición a la Dictadura de generar el caos.
8. En este contexto de miedo y uso de la fuerza policial y militar, el gobierno de Juan Orlando Hernández y David Matamoros Watson, presidente del Tribunal Supremo Electoral, se niegan a realizar el conteo de las actas a partir de la “caída del sistema” y solo aceptan revisar alrededor de 1030 actas, a pesar que desde diferentes sectores nacionales e internacionales se exige el escrutinio de todas las actas como un primer paso para salir de la crisis política.
9. La Unión Europea continúa mediando y presionando para la realización del conteo acta por acta, la Organización de Estados Americanos mantiene un papel timorato y en plena crisis su jefe de misión electoral, Jorge Quiroga, abandona Honduras y viaja a su país, Bolivia, a ejercer el voto, y la Embajada de Estados Unidos juega a una ambigüedad peligrosa cuya decantación, para bien o para mal, será determinante.
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10. Independientemente de los resultados finales, el proyecto continuista a mediano y largo plazo fracasó y el modelo impuesto se encuentra deslegitimado. La fuerza moral ganada desde el 26N representa una oportunidad histórica para realizar los cambios estructurales que regresen a Honduras al camino lento y difícil hacia el Estado democrático de derecho.
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Tengo algunos años de experiencia y me encanta practicar el periodismo incómodo que toque los tinglados del poder, buscando cambios en la forma de gobernar y procurar el combate a la corrupción, develando lo que el poder siempre quiere ocultar. Ver todas las entradas