Jurgen Mossack es hijo de un nazi y Ramón Fonseca es un exaspirante a cura que además es economista y escritor.
En sus 30 años de existencia, el bufete Mossak Fonseca ha creado 113.000 sociedades, la mitad se abrieron en las Islas Vírgenes británicas.
Empezaron con una pequeña oficina en Panamá y a lo largo de treinta años han creado más de 113.000 sociedades, la mitad de ellas basadas en las Islas Vírgenes británicas.
Con el tiempo, Ramón Fonseca y Jürgen Mossack se convirtieron en especialistas en cuentas opacas y en el blanqueo de dinero, según denuncia el Consorcio Internacional de Periodistas de Investigación (ICIJ) en ‘Los papeles de Panamá’.
Fonseca, un abogado y economista panameño de 63 años, formado en la prestigiosa London School of Economics, se propuso de joven dedicarse a salvar el mundo. Primero se planteó ordenarse sacerdote, después trabajó durante seis años en las Naciones Unidas en Ginebra. “No salvé nada, ni provoqué ningún cambio”, dijo en una entrevista a la televisión en el 2008. “Decidí dedicarme a mi profesión, tener una familia, casarme y llevar una vida normal. Cuando te vas haciendo mayor te conviertes en más materialista”, dijo.
Su socio, Mossack, nació en Alemania en 1948, aunque reside en Panamá desde principio de los años sesenta. Ahí se desplazó de niño con su familia. Su padre había formado parte de lasWaffen-SS nazís. Después de la segunda guerra mundial trabajócomo espía para Estados Unidos. Antes de asociarse con Fonseca, Jürgen Mossack trabajó como abogado en Londres.
El bufete Mossak Fonseca empezó pronto su expansión fuera de Panamá. La primera sucursal la abrieron en las Islas Vírgenes británicas, toda una declaración de intenciones.
ESTADO DIMINUTO
Poco después, abrieron otra oficina en Niue, un estado diminuto, de apenas 2.000 habitantes, del Pacífico. Ahí el negoció les fue de maravilla. En el 2001, los ingresos de la firma fueron tan altos que representaron el 80% del presupuesto anual de la pequeña isla. A partir de aquí, siguieron con la expansión.
El bufete ha trabajado con clientes de grandes bancos financieros, como el Deutsche Bank, el HSBC, el Société Général, el Credit Suisse, el UBS y el Commerzbank. Los abogados les ayudaban a tejer complejas estructuras que obstruían el trabajo a los recaudadores de impuestos e investigadores fiscales para seguir el rastro del dinero opaco.
El informe del ICIJ recuerda que el bufete Mossack Fonseca ha trabajado con al menos 33 compañías y personas que forman parte de la lista negra del Gobierno de Estados Unidos por estar presuntamente involucrados en “terrorismo, tráfico de drogas o por haber ayudado a regímenes criminales como el de Corea del Norte o Irán”.
Fonseca ha sido hasta hace poco un cercano consejero de actual presidente de Panamá, Juan Carlos Varela. El pasado mes, Fonseca renunció a seguir en el cargo “para defender (su) honor” después de que su sucursal en Brasil se haya visto involucrada en el caso Petrobras, el escándalo de la petrolera brasileña que ha salpicado incluso al expresidente brasileño Luiz Inácio Lula da Silva.
Fonseca ha calificado de “crimen” y un “ataque” contra Panamá las revelaciones de ICIJ. “Es un ataque contra Panamá porque muchos países no valoran que seamos tan competitivos para atraer negocios”, ha declarado a la AFP.
El abogado panameño, además de atender sus obligaciones profesionales, se ha dedicado también a escribir novelas. La titulada ‘Mister Politicus”, un thriller político, “articula los enmarañados procesos de los que se valen funcionarios inescrupulosos para afincarse en el poder y, desde allí, satisfacer sus detestables ambiciones”, según cuenta la reseña del libro.