¿Qué moral tiene JOH para despotricar en contra de Venezuela?

Por: Víctor Manuel Ramos (Tomado del muro del Facebook del autor)

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Tegucigalpa.-Juan Orlando Hernández, proclamado arbitrariamente Presidente de Honduras, es llevado -del tingo al tango- por sus impulsores, el presidente Trump y su secretario de Estado el Señor Pompeo y por Netanyahu, primer ministro de Israel, y usado como muñeco de ventrílocuo.
Como se trata de un presidentucho que no se da a respetar y que se deja humillar públicamente con el cuento de que le quitarán la ayuda, porque teniendo cola que le pisen y en su haber muchos pecados mortales en el camino hacia la presidencia, se hace fácil presa de chantaje por parte de Mr. Trump y de su aliado el sionista Netanyahu.

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A los Estados Unidos, que según confesión de Trump piensa dejar de lado su papel de policía entrometido del mundo (¿?), le place mucho imponer presidentes en estas tierras, que Bolívar quiso unir en un solo haz para revestirlas de dignidad, que Martí llamó Nuestra América y que Fidel y Chávez condujeron a la unidad mediante el ALBA y la CELAC. Si, imponer presidentes y jerarquías militares, ministros y embajadores, a todos ellos por la vía de la violación de la ley y de la voluntad de nuestros pueblos, con el único requisito de que le sean fieles a sus intereses, que siempre estarán a contrapelo con los intereses de nuestras naciones hispanoamericanas y caribeñas. Claro está, de esa manera, USA ejerce una subyugación poderosa sobre sus presidente impuestos en América Latina, porque si por alguna razón fallan, tiene la sartén por el mango, mediante mecanismos para presionarlos y ejercer sobre ellos el más vulgar chantaje.
Los pecados mortales de Juan Orlando, que utiliza USA para que este señor haga el papel de perro faldero, como los calificó el expresidente de Perú, sacado del poder por sus actos de corrupción, son los siguientes: 1. Se hizo elegir diputado a pesar de que la Constitución de lo prohibía por tener parentesco con una magistrada de la Corte Suprema de Justicia, 2. Se hizo elegir presidente del Congreso nacional conformado por diputados que surgieron de un proceso electoral fraudulento por ser la consecuencia de un golpe de Estado, 3. En su calidad de Presidente del Congreso, destituyó la Sala de los Constitucional de la Corte Suprema, y los sustituyó por fieles a su causa, para hacer posible la reforma de la norma constitucional que prohíbe la reelección de manera irreformable, 4. Nombró anticipadamente al Fiscal General y al Tribunal Supremo Electoral, para imponer personajes fieles a sus aspiraciones, 5. Se hizo elegir presidente de manera fraudulenta y reprimió y asesinó al pueblo que salió a las calles para condenar el fraude, 6. Hizo elegir la nueva Corte Suprema de Justicia mediante el soborno a varios diputados para que votaran por sus candidatos incondicionales; 7. Se hizo reelegir como presidente en violación de la Constitución y mediante el fraude electoral e hizo reprimir y asesinar nuevamente al pueblo.
Todas estas cosillas las utiliza el Mr. Trump para decirle a Juan Orlando: – Calladito y obediente se ve más bonito.
Porque cualquier asomo de rebeldía es pa’ fuera que va. Por eso JOH asiste manso y dócil a reuniones entre Pompeo y Netanyahu y él, en las que se le ordena que debe trasladar la Embajada de Honduras en Israel a Jerusalén, acto que es violatorio de las resoluciones del Consejo de Seguridad de la ONU.

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Mas tarde –unos días- acude con soga al cuello a la reunión de Lima Perú, en donde, al no poder reunir los votos necesarios para aplicar de manera arbitraria la Carta Democrática de la OEA a Venezuela y Nicaragua, se acude a poner a ladrar a la jauría de incondicionales de TRUMP, electos con la misma táctica y estrategia que aplicó para las elecciones en Honduras. En esa reunión de Lima, Juan Orlando firma un comunicado en contra de Venezuela, en el que, entre otras cosas, desaprueban las elecciones presidenciales realizadas en Venezuela a las que califica de ilegítimas.
Ahora yo me pregunto: ¿Con que galío puede hablar Juan Orlando Hernández de elecciones ilegítimas? Ve la paja en el ojo vecino pero no la viga en el ojo propio. Porque las elecciones de JOH fueron calificadas por la propia OEA como fraudulentas, calificativo del cual se hizo luego la desentendida el Ministerio de Colonias de USA (OEA) y el Ministro de Colonias señor Almagro, quien, de manera cínica, quiere que la OEA vuelva a los días en que patrocinó la invasión sangrienta a Guatemala y las múltiples intervenciones en contra de Cuba.
Juan Orlando y los perritos falderos que firmaron la Declaración del Grupo de Lima quieren que se reconozca como única autoridad legítima a la Asamblea Nacional respaldada por la derecha retrógrada continental y deslegitimada por la Suprema Corte por desacato, para que esa Asamblea, así como en Honduras el Tribunal Supremo Electoral y la Corte Suprema de Justicia sumisos, dirija el proceso electoral que Trump y sus falderos quieren en Venezuela a su medida.
¿No se da cuenta JOH que su firma en ese documento cavernario, irrespetuoso de la soberanía de Venezuela y del derecho a la libre autodeterminación de los pueblos, es violatorio de la ley internacional?
¿Con qué moral política Juan Orlando puede exigir que Nicolás Maduro no sea juramentado como presidente de la República Bolivariana de Venezuela, si su mandato le ha sido conferido por el pueblo venezolano? ¿Es acaso el Señor Juan Orlando un súper juez continental que puede decidir sobre los asuntos internos de Venezuela?
Juan Orlando está incómodo con los arrestos libertarios de Venezuela, esa Venezuela que construyo Chávez con los despojos que dejaron los gobiernos entreguistas a Los Estados Unidos y que USA los denominaba democráticos. Por eso, por mandato de su amo verdadero, JOH despotrica en contra de Venezuela y más tarde ladrará también contra Cuba de Nicaragua cuando se lo ordenen. Pero esos tres países, con la dignidad muy en alto, parece que siguen el Consejo de El Quijote a Sancho: “Deja que los perros ladren Sancho amigo, es señal que vamos pasando”. 
4 de enero de 2019