Tegucigalpa.- Esta madrugada de jueves el municipio de Reitoca, situado al sur del departamento de Francisco Morazán, despertó lleno de militares y policías que irrumpieron en las casas lanzando gas lacrimógeno y golpeando a cuantas personas encontraban a su paso, según relataron los vecinos en las redes sociales.
El operativo iniciado desde las 5: 30 de la mañana era para detener a los defensores del río Grande: Renán Zelaya, Wilmer Alonzo, Andrés Avelino Gutiérrez, Orlando Rodas y Jairo Noé Oliva Reyes, quienes gozan de medidas de protección brindadas por el mismo Estado.
Hasta el momento de la redacción de esta nota no se sabe a donde fueron llevados los detenidos y los pobladores hacen un llamado a los defensores de derechos humanos nacionales e internacionales que se presenten a los cuerpos represores del Estado para defender la vida de los detenidos.
Wilmer Alonzo Herrera, ha sido judicializado por su resistencia ante el proyecto hidroeléctrico que desarrolla la empresa Promotora de Generación de Energía Limpia S.A. (Progelsa) en la zona. Ha sido acusado por los delitos de usurpación y daños agravados.
Otro de los capturados por la defensa del río Petacón es el defensor Andrés Abelino Gutiérrez, quien relató que el 15 de enero de 2018 estaba en el pueblo, cuando lo llamaron los compañeros, para advertir que había llegado la policía militar a desalojar, sin ninguna orden, “acudimos al cerro, cuando llegamos ya los habían gaseado, el coronel Salgado agarró al compañero Magdaleno del cuello, queriéndole quitar la cámara, entonces le dije que no lo fuera a tocar pues entonces me dijo él pues con vos entonces le dije yo -que nosotros no veníamos a pelear, entonces, dispararon y fue cuando vi a la compañera herida de bala, entonces le dije yo -¡mira te cagaste en una mujer!- y él respondió pues con vos… Después se abalanzó sobre mi y me quiso agarrar del cuello, yo me hice para atrás y me disparó en la mano derecha. Ahora sí venite, venite, -expresó el militar burlonamente-, porque me vio tirado, de ahí me llevaron al Hospital Escuela” detalló.
Andrés Abelino Gutiérrez y Miriam Osorto quienes fueron heridos en 2018 por militares en Reitoca
“Pusimos denuncia en el Ministerio Público, pero en nada ha quedado. Nosotros hemos sentido que el gobierno no está haciendo nada, pero si hubiéramos sido nosotros que hubiéramos agredido a los policías ya estuviéramos presos, pero como fueron los policías que nos agredieron no han hecho nada. Ahora nos anda persiguiendo el Gobierno, entonces no es justo que solo a los descalzos anden judicializando. Exijo justicia en nuestro caso y que los policías que nos agredieron paguen”, dijo en su momento Gutiérrez quien hoy fue capturado.
El operativo no respetó hogares con casas donde hay niños e incluso lanzaron bombas lacrimógenas frente al centro de salud de acuerdo con lo relatado por Magdaleno Flores, coordinador del Consejo indígena Lenca de Reitoca.
Flores, lleno de indignación, dijo que en la clínica materno infantil hay varios niños recién nacidos que recibieron los gases que lanzaron los policías y militares.
El dirigente indígena manifestó que su esposa fue golpeada por los policías y militares que irrumpieron en su casa y que él no se encontraba en su hogar.}
Los pobladores del municipio de Reitoca vienen desde el año 2013 en una lucha por la defensa del rio que es la única fuente de agua para los mas de 12 mil habitantes distribuidos en 10 aldeas y 113 caseríos.
En el año 2013 el alcalde anunció la construcción de una represa para dotar de agua a las comunidades, noticia falsa pues lo que se iniciaba era la construcción de un proyecto hidroeléctrico por parte de la empresa Progelsa sin consultarle a los pobladores y sin poner en marcha la consulta previa libre e informada que manda el convenio 169 de la (Organización Internacional del Trabajo (OIT) sobre los pueblos indígenas, y, Reitoca lo es, y posee un titulo ancestral que data desde 1735.
En 2016 la compañía Progelsa inició la construcción del proyecto hidroeléctrico con el aval del alcalde y de las autoridades gubernamentales.
Magdaleno flores, presidente del Consejo Indígena Lenca de Reitoca
Al iniciar la obra la constructora dinamitó los cerros que están en el cauce del río y la tierra cayó en las aguas, lo que provocó una disminución en el caudal. “Por esa razón es que ahora corre menos agua”, relata Magdaleno Flores, coordinador del Consejo Indígena Lenca.
El color del agua oscureció, los peces se murieron, y el nivel de las aguas disminuyó sustancialmente. “Fue alarmante, sentimos que el río de un solo bajó”, dijo a Criterio.hn, Orlando Rodas, uno de los líderes del Consejo Indígena Lenca, quien este día fue capturado por la policía.
Orlando Rodas, defensor del río Petacón en Reitoca apresado esta madrugada
Las explosiones sirvieron para adecuar las paredes del río y construir la cortina y la sala de máquinas para dos turbinas. Para efectuar estos trabajos SERMACO construyó un túnel para desviar el agua lo que, a juicio del biólogo e investigador, Héctor Portillo, provocó sin duda alguna un impacto negativo en el cauce y en la vida acuática del río.
Entre el 15 de enero del 2018 y el 30 de enero hubo una fuerte represión por parte de un coronel, a quienes los pobladores identifican con el apellido de Salgado, “llegó sin ninguna orden de desalojo llego a golpear a la gente a mi persona me agredió por quererme quitar mi cámara, me dejó dislocada la mano izquierda e hirió de bala a la compañera Mirian Osorto y a Abelino Gutiérrez”, dijo Magdaleno Flores.
Rafael Zelaya, un veterano poblador de Reitoca y protector del medio ambiente, lamenta que el proyecto hidroeléctrico haya causado daños a la flora y fauna, especialmente en las comunidades de Agua Caliente, Reitoca Centro, Paso de Lejas, El Rebalse, Agua Blanca y Santa Cruz.
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Raquel Cruz defensora del Río Petacón como se conoce al río Grande de Reitoca señaló que su municipio es parte del corredor seco y los medios corporativos no los mencionan ni dicen que ahí están viviendo una gran sequía y ahora con este proyecto que pretende quitarles el río, prácticamente los están condenando a la muerte.
