Barreras
Fotografías y redacción de Horacio Lorca
Tegucigalpa- “Prefiero un hijo muerto, que tener un hijo homosexual”, es uno de los diálogos de un personaje de la obra “Tras la Barrera” dirigida por el maestro, actor y director de teatro José Luis Recinos. Es la historia de un adolescente que es orillado a migrar ilegalmente a los Estados Unidos, después de ser expulsado de su casa por su padre, luego de enterarse que su hijo es homosexual.
Esta obra de teatro, que ha sido puesta en escena desde hace dos años, aborda paralelamente el tema de la migración irregular y la diversidad sexual en una sociedad cambiante, pero aùn muy conservadora, y poco tolerante. Este montaje se realizó con el apoyo de la Organización Internacional para las Migraciones (OIM), que si bien reconoce la migración como un derecho humano, mediante su campaña, “Piénsalo dos Veces”, hace un llamado a la población a pensar bien la decisión de irse o no. Pero seguramente quienes toman la decisión de abandonar su familia ya lo han pensado más de dos veces.
A la larga lista de razones por las cuales las personas migran, ahora se suma la orientación sexual. Recinos aportó que “muchas compatriotas de la comunidad transexual están viviendo en México forzadas al trabajo sexual porque en Honduras sus familias les despreciaron y sintieron que aquí no había oportunidad y en México les recibieron y dieron documentos”. Resulta impresionante que las personas encuentren mejores opciones de vida y respeto a sus derechos en otro país que en el propio.
El teatro como herramienta social y pedagógica tiene la capacidad de proponer diferentes perspectivas en el expectante que puede rechazar o aceptar el tema. “Una obra de teatro no cambia la vida, pero abre la oportunidad para establecer el diálogo”, expresó Recinos. El arte escénico siempre generará y pondrá sobre la mesa otras formas de contar la realidad, especialmente de aquello que creemos absoluto.
