Por: Redacción CRITERIO.HN
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Tegucigalpa. El pánico tras la denuncia de anulación de los comicios electorales en Honduras, ya comienza a ser un tema de discusión en la agenda de la clase política hondureña.
La alerta sobre un plan orquestado desde la titularidad del Poder Ejecutivo para prolongar un tercer periodo de presidencial al mandatario hondureño, Juan Hernández aprovechando la crisis sanitaria por el Covid-19, ha sacado del confinamiento la política electoral.
Luego de la denuncia del director del Consejo Central Ejecutivo del Partido Liberal (CCEPL), la intranquilidad por la cancelación de las elecciones ha venido adquiriendo a través de las redes sociales un rechazo unificado entre las principales figuras de la oposición y del oficialismo.
En las últimas horas el tema ha acaparado la atención de la agenda mediática en el país, donde en un acento reaccionario, los principales representantes de corrientes partidarias al interior del Libertad y Refundación (LIBRE), el Partido Liberal (PL) y el Partido Nacional, han cerrado filas contra la utilización política de la pandemia.
Precisamente, el diputado del partido LIBRE, Jorge Cálix, ha alertado sobre la existencia de una estrategia para anular las elecciones maquinada mediante una iniciativa de ley propuesta a través del Congreso Nacional propuesta desde la bancada de nacionalista.
“Existe un ante proyecto de ley en gestación” por lo que “no es un rumor, es una intención de parte de un sector del Partido Nacional que Juan Orlando Hernández se entronice en la silla presidencial”, confirmó Cálix, quien entre líneas destacó que el ante proyecto reeleccionista sería presentado en el Congreso Nacional por las congresistas nacionalistas Johana Bermúdez y Valeska Zelaya.
Por su parte, el secretario de Libre, Carlos Eduardo Reina, ha cuestionado la utilización de la pandemia con fines políticos que, sobre todo, está siendo impulsada por las corrientes políticas afines al actual gobernante.
Al respecto, las voces adversas al “orlandismo” han expresado su descontento contra una posible nulidad de las elecciones primarias y generales, dejando entrever la división legislativa que tendría del Congreso frente una iniciativa de ley que busque una intentona continuista.
En un tono sumamente cauteloso pero seguro, el diputado nacionalista Reynaldo Ekonomo, expresó su rechazo. “Como diputado, desde el Congreso no podemos permitir cualquier intención que tenga cualquier diputado para cancelar las elecciones primarias”.
Las declaraciones de la también figura de la corriente nacionalista “Salvemos Honduras”, no alcanzaron a precisar los nombres de los autores intelectuales que conspiran para frustrar la “fiesta democrática” programada para el próximo 13 de marzo de 2021. No obstante, dijo a los verdugos del voto: “no traten aquellos políticos que son buenos para hacer cálculos matemáticos, que se reúnen en oscuro y deciden el futuro a veces del partido de Honduras”.
Compartiendo el tono cauteloso de su correligionario, el Secretario del Partido Nacional, Mario Pineda, aseguró que al interior del nacionalismo existe una absoluta garantía para la realización de las elecciones. Además, Pineda se muestra optimista confiando en que los representantes del Consejo Nacional Electoral (CNE) puedan enfrentar cualquier intento que pretenda suspender las elecciones.
Pero las opiniones políticas de los líderes de la estrella solitaria han sido interpretadas por el representante liberal, Enrique Ortez Sequeira, como una posición ingenua teniendo en cuenta que la institucionalidad hondureña ha demostrado ser insuficiente para contener ilegalidades como la reelección presidencial consumada en 2017 mediante la conjugación de estrategias político legales.
El también exmagistrado del Tribunal Supremo Electoral (TSE), analiza que la institucionalidad propia del CNE es insuficiente para contener una segunda reelección presidencial que, según calcula, no necesariamente puede ser orquestada desde el poder Legislativo.
A criterio de Ortez, la intención de aplazar el calendario electoral usando el Covid-19 como un instrumento político, tiene punto de partida en un supuesto informe redactado por el asesor político venezolano, JJ Rendon, quien sugiere a Hernández crear pánico y confusión entre la población hondureña apelando a la crisis sanitaria y así relegar la organización de las elecciones a un segundo plano.
Cabe recordar que Rixi Moncada, titular del CNE, en un acto de poner punto final al debate, explicó en su momento que como órgano electoral apelarán a todo los medios necesarios para la realización del proceso electoral.
En otro sentido, los analistas de la oposición también han conjeturado la denuncia del retraso de las elecciones en un momento en que las acusaciones de la justicia estadunidense contra el ex director de la Policía Nacional, Juan Carlos Bonilla, han salpicado al mandatario hondureño. De acuerdo a la oposición, lo anterior plante un panorama adverso a Hernández, de donde solo puede salir a flote aferrándose al poder.
El martes pasado durante la habitual cadena nocturna, rodeado de las cúpulas militares y policiales, Juan Hernández, se defendió con un mensaje peculiar. Ante los señalamientos por su intención continuista, dijo a sus adversarios “buscar quehacer”.
En el actual panorama, el retraso de la institucionalidad hondureña por el Covid-19, también ha obstruido temas pendientes del proceso de las reformas electorales.
Entre ellos, la actualización del censo electoral, la aprobación de la segunda vuelta electoral y la inclusión del voto electrónico que, según organizaciones de la sociedad civil, son aspectos que constituyen una condición necesaria para dejar en el pasado “las elecciones estilo Honduras”.
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Tengo algunos años de experiencia y me encanta practicar el periodismo incómodo que toque los tinglados del poder, buscando cambios en la forma de gobernar y procurar el combate a la corrupción, develando lo que el poder siempre quiere ocultar. Ver todas las entradas
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