Obituario para Rafael Leonardo Callejas, para contrarrestar…[1]

Por: Rodolfo Pastor Fasquelle

                                               a quienes estuvimos ahí, y vimos

Felizmente, no recurren hoy a atávicos insultos de marras. Originario de la vieja burguesía oligárquica de la capital, mezclada con aventurero extranjero, y criado de niño en Costa Rica, a donde Carias exilió a su familia, Rafael Leonardo Callejas Romero Valentine se educó como uno de los suyos, en la Escuela Americana, de donde salió su circulo íntimo, y luego en la Universidad de Missisipi, en donde se licenció en economía agrícola. De cierta forma podría decirse que era un oligarca venido a menos cuando entró a la política. Decepcionado con el tradicionalismo, de joven se aventuró con el PINU, y sirvió como ministro de agricultura del militar antes de volver, por la vía de J.A. Melgar, al suave seno del Partido Nacional. Destacó como líder cuando unió fuerzas con las de C. Montoya para detener el continuismo de RSC. Y fue líder y tuvo hueste hasta su muerte.

Fue también el primer político de la nueva era que usó con criterio los medios de comunicación masiva, con estrategia, lo que eventualmente se volvió inevitable, el primero en hacer campaña como macho, mañana tarde y noche, a morir y matar, en helicóptero. Ganó una mayoría de votos en 1985, pero por un arreglo previo de sumatoria de partidos, accedió a la presidencia José Simón Azcona. Al final del día, RLC fue electo presidente de la república, como Fénix del PN (que no ganaba una elección limpiamente desde 1971 ¿o 1956?), al derrotar en 1989 a Carlos Flores Facusse del P.L.,  con mandato y mayoría en el Congreso, para gobernar de 1990 a 1994. Una coyuntura especial.

Dos años atrás, aun contra la inclinación de Ronald Reagan, los presidentes de Centroamérica habían firmado la paz firme y duradera. La terrible era de las guerras de Reagan daba paso a la esperanzadora era Clinton. Ya no llegaría el dinero gringo destinado a aquella guerra. Por guerra y largo mal manejo, el país estaba en una profunda crisis, que pocos entendían. Ya no era competitivo en la exportación de fruta, derivaba poco beneficio de su exportación de madera y metales  y parecía estar estancado en lo demás. Del populismo de los 70s el estado había heredado unos servicios ineficientes, con grandes sindicatos depredadores, una participación mayoritaria en una serie  de industrias estratégicas (nacidas de los fondos de inversión de la antigua CONADI) que sin embargo estaban muy mal administradas y no podían acceder al capital de inversión para volverse competitivas. Pero el ahorro permitiría estabilizar y abundaba el petrodólar ambicioso

No sè si de su abuelo W. Valentine[2], heredó alguna codicia por las concesiones y servicios públicos, RLC fue el primer gobernante de Honduras que entendió el nuevo paradigma que predicaban -desde la Universidad de Chicago- los jóvenes economistas, que llegaría ser conocido como el neoliberalismo. Y, siendo hombre que siempre estaba a la moda, asumió esa visión académica casi como un dogma de fe, de lo que el llamaba la nueva forma de hacer las cosas, misma que también requería una reversión de la reforma agraria colectivista. RLC aprovechó la cresta de la ola para cosechar lo que se suponía que seria el bono de la paz. Según el Consenso de Washington Honduras debía abrirse, privilegiándola, a la inversión del capital destinado a los negocios de los servicios públicos, al agribusiness,  la maquila y al turismo. Orientándose a la apertura del comercio mundial y nuevas oportunidades RLC pactó con el capital local y con la oposición, abrió el sistema político e invitó regresar a los emigrados por razones ideológicas. Simbólicamente desalojó la antigua presidencial casi en ruina y mudarse un moderno edificio.

Para emprender ese camino sin parecer despiadado, negoció -como otros gobernantes de la época- un fondo de inversión social que ofrecían los ofis para inversión local, infraestructura social, el cual seria el rostro  humano del ajuste. Aunque al final el modelo neoliberal fracasó, con apoyo de un gabinete brillante, RC sacó al país de un atascadero cuando tampoco parecía haber opción, y modernizó el Estado, le inyectó dinamismo y volvió más eficiente

No pudo salvar varios de los elefantes grises del viejo populismo. Pero privatizó con éxito las inversiones de CONADI, dando paso a un fuerte nuevo empoderamiento de la industria (DINANT, Cementos del Norte y Cementos Piedra Azul, ingenios azucareros),  aunque no lo consiguió del todo con la ENEE ni mucho menos Hondutel. Asimismo, hay que decir que Callejas fue el primer gobernante que entendió el problema ambiental. Promulgó la Ley del Ambiente, apoyó a los ambientalistas y estableció un Ministerio del Ambiente. E hizo inversiones en la cultura y las artes, estableciendo la primer Sinfónica Nacional y apoyando las fundaciones culturales que se habían hecho cargo, Asociación Copan, CEPREHON, Museo del Hombre)

Desde el inicio hubo dudas y asomos de inmoralidad. El final de la historia es más bien triste. (Había comenzado ya en 1990 el trafico pesado de drogas prohibidas a EUA, que antes fuera un ardid de la CIA para financiar la contrarrevolución, pero ahora daba paso a la formación de los primeros carteles, el de Cocle en el Atlántico, comunicados con los de Colombia y México. No había indicio de conexiones directas pero eso introducía un nuevo ingrediente de violencia y criminalidad  que no se iba a poder controlar. Y condujo a la corrupción de la milicia y la policía.)

Por otra parte, como casi todos sus compañeros gobernantes latinoamericanos de los noventas, empeñados en las políticas neoliberales, varios de los cuales terminaron en la cárcel, Callejas cayó el en juego de usufructuar las privatizaciones, los contratos y el nuevo régimen concesionario para su mejoramiento económico personal, de sus circulo intimo, asociados y de las bases clientelares del Partido Nacional a quienes se beneficiaba, al desmantelar servicios públicos. Vid Flores Valeriano. Jugaba al póker con el dinero del fisco. Se le pilló en un par de escándalos cuando apareció evidencia de que traficaba con identidades y pasaportes para extranjeros. Al final, contrató obra que se pago sin haber sido realizada una deuda pública que lastró al país.

De manejar hábilmente, los medios, pasó a corromperlos,  Ochoa Y mientras tanto, rescató empresas que el había estado a punto de perder o que estaban a punto de fracasar cuando subió al poder, apareció con nuevas inversiones en bancos e industrias, y ostentó fácilmente su nueva riqueza en un tren de vida fastuoso, con una nueva primera dama de escaparate. Ostentación que contrastaba con la triste condición de los pobres, eternas victimas de la modernización. Había caído en el raterismo.[3] Y siguió esa mala práctica luego de salir del poder, protegiéndose con negociaciones políticas astutas, por lo cual finalmente lo pillaron los gringos y castigaron más que proporcionalmente en la cárcel en que murió. QDEP

[1] En otros paises cuando se muere un hombre publico, incluso de otra latitud, los buenos diarios publican obituarios, aquí publican glosas para blanquear sepulcros, y entre la gente del vulgo circulan ristras de insultos, a cual mas soez y faltos todos de perspectiva y de contexto historico. Aquí va mi protesta.

[2]  Washington Valentine a quien -en su tierra- los periódicos llamaban King of Honduras, además de sus concesiones mineras se había interesado en construir y en establecer empresas de electricidad y servicios.

[3] Lo reclamé y RLC me  demandó judicialmente por calumnia y persiguió durante meses con la idea de obligarme a una disculpa. Me salvó de cárcel segura la astucia de Milton Jiménez, y le reitero mis gracias.