Honduras, un pueblo hambriento de justicia

Nuestro ejército contra el Covid-19 debe ser de salud

Por: Marlin Oscar Avila

En nuestra vida práctica y estudios, hemos aprendido que los humanos ( y animales) pueden saltar grandes barreras, romper protocolos, normas y leyes, luchar hasta morir, para satisfacer el hambre. Esto debería ser considerado por quienes mal han dirigido los destinos de este país. Historia preñada de violencia, militarismo, corrupción, nepotismo, impunidad y un largo etc.

Este pueblo trabajador ha sido la víctima del latrocinio y explotación. Lo último que pueden hacer es quitarle la tortilla con sal que le está quedando. El desorden, la indisciplina aumenta y aumentará, porque la inteligencia de las autoridades no les alcanza ni ajustará para resolver el problema del Covid-19, que no previeron, creyendo que sería ( y siguen creyendo) que se resolverá a base de decretos y órdenes militarizadas, que esta sería otra oportunidad de seguir engordando su chanchito, como decía mi abuela. Se confiaron en la inexistencia de una oposición política capaz de responder a los retos que tuvieron.

El ser humano en sociedad, por más que le ordenen desvincularse, desde sus inicios universales, aprendió que es social y es organizadamente que logra sus propósitos. Este pueblo ahora sí sabe que sí no lucha por sobrevivir, acabará incinerado por el sistema.

Cualquier fracaso actual, es responsabilidad del gobierno, principal responsable de los destinos del país. Está obligado, sine qua non, a resolver esto, o a dar un paso lateral para que otras personas tomen las riendas del poder político. No será con armas militares de fuego para matar personas que se matará el nuevo coronavirus. Tampoco bajarán ángeles del cielo a eliminar el covd-19.

Desde luego, los civiles debemos seguir siendo solidarios, quedándonos en casa. Manteniendo disciplinadamente las indicaciones médicas. En eso no hay vuelta de hoja. Aún falta mayores sacrificios, pero los dirigentes políticos deben saber que nuestro ejército no son los soldados y policías. Este ejército de mucho valor, coraje, sacrificio y combate, son nuestros médicos, enfermeras, personal asistente y toda persona que trabaja por nuestra salud.

Estaremos con los trabajadores de salud hasta el final.

  • Tengo algunos años de experiencia y me encanta practicar el periodismo incómodo que toque los tinglados del poder, buscando cambios en la forma de gobernar y procurar el combate a la corrupción, develando lo que el poder siempre quiere ocultar. Ver todas las entradas
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