Por: Mario E. Fumero
La crisis de inseguridad, drogadicción y amenazas a los maestros y alumnos en los centro educativos públicos por los grupos antisociales a obligado a las autoridades a militarizar algunos centros educativos catalogado de alto riesgo. Esta medida extrema es la respuesta a una situación que en los últimos 10 años se ha ido agravando.
Desde el año 2003 Los centros de educación pública se han ido deteriorando por la influencia de las maras y el narcotráfico. En el gobierno de Ricardo Maduro le recomendé al entonces Ministro de Seguridad Oscar Álvarez que crear una policía para centros educativos y un control en las mochilas de los que ingresan a los mismos, ya que muchos consumidores de drogas aprendieron a usarla dentro de los planteles públicos de educación.
En conversación con el ministro Marlon Escoto, hace dos años, le propuse la necesidad de establecer un programa de prevención, capacitando a estudiantes en el manejo de esta problemática, y estableciendo un centro especial para actualizar a los maestros en el manejo de la problemática que hoy confronta la gran mayoría de adolescentes en relación a maras y drogas.
En los años 2014 trabajamos arduamente en centros educativos públicos de alto riesgo con ayuda de la TASA y trajimos grupo de estudiantes al Proyecto Victoria para concienciarlo en terapias con los interno sobre esta problemática, y los resultados fueron excelentes.
Vemos la imperiosa necesidad de trabajar en la prevención, como en la actualización de los maestros en los problemas de droga y maras, para ello elaboramos varios proyectos de prevención y capacitación que no se han podido llevar a cabo por falta de recursos, ya que desde hace dos años no hemos recibido el apoyo de la Tasa de Seguridad, ni de la OABI, para poder atender las campañas de prevención.
La crisis actual en los centros educativos, causadas por los grupos antisociales, así como la introducción de droga, no se ha podido frenar porque no se le ha dado la importancia a las campañas de prevención, capacitación y rehabilitación. Estamos atacando el efecto, pero no trabajando en las casusas, y cuando el mal llega a extremos como los que vivimos actualmente, la alternativa es militarizar las escuela es necesaria, junto a establecer un estricto control de las mismas, para garantizar la vida de los alumnos y de los maestros.
Es necesario hacer esto, pero debemos entender que de nada sirve poner policías o soldados, si no concienciamos y preparamos a la juventud y a los maestros para frenar este terrible flagelo que es la delincuencia juvenil. Es por ello que se hace necesaria una política y un plan estratégico para que los maestros puedan detectar y trabajar con aquellos estudiantes que están dentro de lo que catalogamos “grupo de riesgo social”. También es necesario usar a los estudiantes positivos, y que no han tomado caminos equivocados, que son la mayoría, para que puedan formar grupos de apoyo a fin de darle al colegio seguridad y prevención,
Es necesario tomar acciones rápida para evitar que un día de esto seamos testigos de una masacre dentro de un centro educativo, como ha ocurrido ya en Estados Unidos y otros países industrializados.
Es una responsabilidad de todos, y no sólo del gobierno, trabajar para prevenir y evitar la proliferación de los grupos antisociales dentro de los centros educativos, ya sean privados o públicos, porque en la confluencia de muchos estudiantes, se trabaja para captar adeptos para las pandillas y para el consumo de drogas y esto hay que detenerlo.
