Por: Breidy Hernández
Tegucigalpa. – Los sueños por tener una vida digna, segura, con acceso a los sistemas de salud y educación, o el simple hecho de solo tener una tortilla, ya sea con sal o unos cuantos granos de frijoles para “matar el hambre”, son algunos de los factores que llevan a los hondureños a migrar hacia otros países.
A esto se suma la violencia e inseguridad que se ha desatado por la extorsión y el narcotráfico que ha orillado a muchas familias a migrar para huir de esos flagelos o para salvar sus vidas.
En los últimos años, la situación de pobreza y de extrema pobreza ha obligado a los más indefensos a tomar la ruta migratoria, niños y niñas que se aventuran al peligro de cruzar las fronteras hasta llegar a Estados Unidos.
Honduras del 2014 al 2022 registró al menos 104,757 niñas, niños y adolescentes retornados de Estados Unidos, México y Guatemala, de acuerdo al reporte de la Dirección de Niñez, Adolescencia y Familia (DINAF).
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MIGRACIÓN INFANTIL DE LA MANO CON LA VIOLENCIA
La migración infantil está íntimamente relacionada con los dos grandes problemas de país, la falta de empleo que recae en los bajos ingresos de la familia y los distintos tipos de violencia que se viven en el país.
Rolando Sierra, director de la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (FLACSO) Honduras, mencionó a Criterio.hn, que de acuerdo a estudios en centros escolares los dos grandes temas de conversación entre los jóvenes, es migrar para resolver situaciones como el trabajo para tener un ingreso económico y querer vivir en un lugar seguro, tanto para ellos como para sus familias.
De ahí,se pueden entender las cifras de migración infantil que también tienen que ver con temas de reunificación familiar.
La mayoría de los niños y niñas que migran tienen un común denominador, vienen de familias muy pobres y huir de situaciones violentas.
Solo en el 2022, Honduras registró un total de 569, muertes violentas de niños, niñas, adolescentes y jóvenes, 123 niños, niñas y adolescentes entre 0 a 18 años, y 365 jóvenes entre 18 y 30 años asesinados, estas cifras de acuerdo, a la Red de Instituciones por los Derechos de la Niñez, Adolescencia y Juventud (COIPRODEN).
De acuerdo con Itsmania Platero, defensora de los derechos de los migrantes hondureños, se incrementó el reclutamiento forzoso de niños y niñas a manos de bandas criminales, esta tendencia según platero es porque el menor es imputable.
Es decir, al ser capturado, lo juzgan por cometer una falta y no un delito, por lo que fácilmente se puede usar al menor en el trafico de droga, de armas, cobro de extorsión, entre otros delitos.
“Se convierten en presa fácil para que cualquiera los utilice y n o hay programas de atención ni de prevención para los niños” enfatizó Platero.
Sin duda alguna la trayectoria de migración es un cúmulo de torturas, abusos y violaciones de los derechos de la niñez.
URGE POLÍTICA DE ESTADO EN PREVENCIÓN DE LA MIGRACIÓN INFANTIL
El Estado de Honduras aún no tiene estrategias claras para la defensa, garantía y promoción de los derechos de la niñez y juventud para poder contrarrestar la migración infantil.
En este sentido, Wilmer Vázquez, coordinador de la Red Coordinadora de Instituciones Privadas Pro las Niñas, Niños, Adolescentes, Jóvenes y sus Derechos (COIPRODEN), solicitó a la presidenta Xiomara Castro, implementar el Protocolo Nacional de Atención a la niñez migrante, la aprobación del Protocolo Binacional Honduras – Guatemala, de manera urgente.
“Nuestro llamado es a la presidencia de la república de Honduras, para que convoque urgentemente al Consejo del Sistema Integral de Garantía de Derechos de la Niñez y Adolescencia en Honduras (SIGADENAH)” esto según Velázquez, como parte de la responsabilidad del Estado como mecanismo para dar un seguimiento y una atención más comprometida a la población migrante.
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Por otro lado el sociólogo Sierra, propone desarrollar un trabajo directo con las familias para fortalecer los vínculos y la integración de los infantes a la familia y a la sociedad a través de la generación de oportunidades.
Otro de los elementos clave es fortalecer el sistema educativo para asegurar el ingreso y permanencia de los niños y niñas a la escuela.
Sin duda alguna, Honduras tiene grandes retos en materia de seguridad ciudadana y social, para garantizar una vida plena a 3,232,906 menores de 0 a 17, inscritos en el Registro Nacional de las Personas, por consiguiente, el país debe generar oportunidades de empleo, acceso a la educación, la salud, la vivienda y la seguridad frente a todos los tipos de violencia.
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