“Me sacaron a balazos, bla, bla, bla…”

Por: Óscar Miguel Marroquín

Primero yo, segundo yo y tercero yo, ese es el significado de “me sacaron a balazos”, es decir, esa frase tan trillada, no es más que un colocarse por encima de todos y todas, es si se quiere un narcisismo que ya sobrepasa los límites de la tolerancia y la inteligencia, y cuando sobrepasa esas dos fronteras, entonces es necesario decir basta ya a tanta hipocresía, a tanto narcisismo, creo que, es necesario un BASTA YA a tanta estulticia.

Quiero recordarle al señor Manuel Zelaya que, a Berta Cáceres no la sacaron a balazos, la asesinaron.

Me permito recordar a Zelaya que Kimberly Dayana Fonseca, tampoco fue sacada a balazos, ella fue asesinada por los gatilleros a sueldo que protegen a Juan Orlando Hernández.

También debo recordarle que, Anselmo Villareal no fue sacado a balazos, fue brutalmente asesinado, por las hordas criminales que en nombre de la patria matan a mansalva, para proteger no necesariamente a la patria, sino, para proteger un sistema económico y político podrido.

Tampoco Eblin Noel Correa fue sacado a balazos, este niño fue asesinado por unas fuerzas armadas al servicio del COHEP, y que en nombre de la toda poderosa propiedad privada son capaces de aniquilar a quien sea, sin importarles nada, pues los banqueros y grandes empresarios creen ser dueños hasta de la vida de los hondureños.

Tras mencionar estos cuatro ejemplos de hondureños que no fueron sacados a balazos, pero si asesinados, quiero recordarle al señor Zelaya una frase muy popular que dice “Chucho no come chucho y si come no come mucho” el médico salvadoreño Guillermo Martínez Mendoza escribe lo siguiente: “dicho popular que refleja que si una persona quiere erradicar un problema pero, él es parte de ese problema, no llegará lejos, pues la solución total, pasa por dañar sus intereses personales o su cómplices y por lo tanto elegirá una solución light, con gran publicidad para hacer una cortina de humo como los magos para hacer su truco que aparente que el intento fue parte de la solución y no del encubrimiento”.

Me parece que este refrán popular le cae al pelo al señor Zelaya, pues esa frase de “me sacaron a balazos” muy bien puede ser interpretada a la luz del referido refrán; diez años han pasado desde que nació la frase del señor Zelaya, pero curiosamente ni el, ni ningún banquero, militar de alto rango, diputados, o altos funcionarios públicos han sido asesinados, tan es así, que de los balazos que tanto habla Zelaya, no sacó ni siquiera un leve rasguño, y es porque chucho no come chucho, y si come, no come mucho. Entre los poderosos se muestran los colmillos, pero nunca se muerden.

En mi humilde opinión, creo que, Zelaya debería abandonar ese cliché, pues ya no le aporta ningún capital político, más bien, lo coloca como una persona incapaz de ver más allá de su condición de supuesta y principal víctima, pero, además, lo hace ver como un ser insensible al verdadero dolor de todas aquellas víctimas, que: NO FUERON SACADAS A BALAZOS, PERO SI ASESINADAS.