Por: Delfina Bermúdez
La crisis económica y política ha mostrado la esencia del Partido Nacional: dictatorial, oportunista, acaparadora y violenta; y su papel servil e instrumental para los grandes grupos económicos nacionales y trasnacionales que desangran y se alimentan de las entrañas de la patria.
A partir de los 1990’s en Honduras- como en América Latina- las estructuras de los partidos políticos han sido cooptadas por el poder económico que ha asumido el control directo de los partidos políticos y ha ampliado su capacidad de compra de los puestos de elección para aprobar leyes y recursos creando un marco “favorable” para sus beneficios. Al mismo tiempo, han consolidado la guerra jurídica “Lawfare” mediante el control del poder judicial y los medios de comunicación oligopólicos cómplices para aleccionar a los políticos “revoltosos” que no se ajustan a su mandato y en última instancia destituir gobernantes mediante golpes de estado como a Mel Zelaya en Honduras (2009), Fernando Lugo en Paraguay (2012) y Dilma Rousseff en Brasil (2016); o los intentos de inhabilitación política hoy en día de Lula en Brasil, Cristina Kirchner en Argentina y Jorge Glass en el Ecuador.
Consumado el golpe de Estado a la presidencia de Manuel Zelaya en 2009, los grupos económicos – y la clase política servil del Partido Nacional y Liberal – han actuado de manera desenfrenada en un festín en el que han profundizado la caída de la cobertura de servicios sociales, la privatización de lo público, las exenciones tributarias a sus empresas, las concesiones del territorio a las grandes transnacionales y la monopolización de todos los ámbitos de negocio; conjuntamente con la militarización de la sociedad y el endeudamiento usurero del país.
El modelo económico de Honduras no da para más, es un proyecto neoliberal salvaje de ganancias extraordinarias para beneficio de unos pocos que no “derrama” a la gente… la economía crece, pero las mayorías se hunden. En 2017, 600 mil personas se sumaron a las masas empobrecidas que alcanzan al 70% de la población. Cerca de la mitad de las familias de Honduras sobreviven en la extrema pobreza con ingresos familiares de menos de 4500 lempiras mensuales (190 dólares al mes) que no alcanzan para comprar una canasta básica de alimentos mucho menos para vestirse, educarse, acceder a salud o tener algún momento de recreación.
Un triunfo contundente de la Alianza por sobre el fraude electoral cachureco
La cúpula empresarial y el Partido Nacional embriagados de poder consideraron que la posibilidad de manipular y engañar a la población no tenía límites. Persistieron en avasallar la Constitución nacional y escogieron reelegir a Juan Hernández – quien ha sido funcional como artífice político del saqueo de la patria. El maridaje político empresarial de cúpulas del Partido Liberal y Nacional y sus socios transnacionales ratificaron apoyar económicamente la campaña de Juan Hernández, negaron a los partidos de oposición la representación en el Tribunal Electoral, cerraron cualquier opción de reforma electoral e inscribieron seis partidos de maletín para contar con una cómoda representación en las mesas electorales.
La torpeza, el descaro y el cinismo en el robo electoral han sido monumentales, tanto que ni las Misiones de Observadores de la OEA y la UE – que en otras ocasiones han sido funcionales a farsas electorales – pudieron esta vez avalar los resultados y dar la cara por los cachurecos. El robo electoral ha incluido la emisión de documentos de identidad y suplantación de hondureños que viven en el exterior, falsificación masiva de las firmas en los cuadernillos electorales; violación de las urnas para rellenarlas de votos planchaditos recién impresos y marcados a favor de Hernández, falsificación de actas de mesas electorales y manipulación en general del sistema de cómputo electoral.
Fue tan contundente el triunfo de la Alianza y tan descomunal el robo electoral que la gente comenta abiertamente cómo ganó la Alianza en la urna de su pueblo, de su barrio… lo cuentan las delegadas de cualquiera de los partidos, unas con orgullo y otras con vergüenza reconocen abiertamente que la Alianza ganó masivamente.
Tomas y protestas en la calle y silencio en los grandes medios de comunicación
Las tomas de calles, la protesta, el ruido de las cacerolas y de las redes sociales se han mantenido durante el mes de diciembre y contrasta con el silencio y el ocultamiento de la verdad desde las grandes cadenas de radio y televisión, y las cúpulas de las iglesias y los empresarios. Solamente se escuchan las voces de la radio jesuita “Radio Progreso” y la televisora UNETV – con alcance en las ciudades con conexión por cable y en las redes sociales; que se han convertido en los únicos medios que informan de la realidad del país marcando aún más el contraste con el silencio oficial y de la corporación mediática.
La policía por un instante pareció sumarse al pueblo indignado pero la sublevación fue efímera y acallada con “mordidas” millonarias para los comandantes y promesas de beneficios para la tropa. La respuesta del aparato represivo ha sido sumamente violenta. En diciembre el levantamiento espontaneo de la población, en especial en la Costa Norte – heredera de las luchas por los derechos de los obreros y por la reforma agraria- ha sido reprimida de manera violenta con el uso indiscriminado de bombas lacrimógenas y balas “vivas”, el asalto a las viviendas, las redadas nocturnas y el levantamiento de perfiles por parte de las fuerzas represivas armadas y entrenadas en la represión y el espionaje por parte de los ejércitos de EE. UU., Colombia e Israel. Ya se acumula un saldo de más de 45 asesinatos de líderes comunitarios.
Al desnudo la complicidad y patrocinio del empresariado y las iglesias para perpetuar el despojo económico
El ideal liberal propone la participación ciudadana de igual a igual sin importar raza, género o nivel socioeconómico; y una sociedad de oportunidades para todos. La actual crisis política electoral y la respuesta violenta desde el Estado han desnudando el verticalismo del Partido Nacional – representante genuino de las grandes empresas- lo que no deja ni un resquicio al debate interno, la disidencia, y el ejercicio democrático. Esto ha permitido que su esencia dictatorial y su fin de saqueo del estado, pasen de un secreto velado a un tema de debate nacional. Todo lo que una vez fue opaco hoy se ha vuelta traslucido, prístino, claro.
Ahí se acaba la farsa, se alinea el pensamiento, empresarios, iglesia, políticos conservadores y fuerzas armadas son uno solo que por acción o por omisión sostiene la payasada en que se ha convertido el ejercicio electoral y el intento de reelegir a Juan Hernández. Hoy Honduras es otra, y ante la torpeza de las fuerzas conservadoras los líderes de la Alianza y diversas figuras de la oposición instalan en el debate el fondo de la cuestión: el hecho de que el despojo electoral se realiza para perpetuar el despojo económico.
Hoy se llama en las redes sociales a boicotear el consumo de productos y servicios de las grandes empresas a quienes se condena y señala. Es momento de aprender y descreer lo que nos han venido martillando en la cabeza en la radio y la televisión, la buena estima que teníamos a las iglesias y el respeto y la creencia en la buena fe y justeza de los abnegados y probos empresarios que “hacen crecer a Honduras”.
Una nueva generación lidera la insurrección
La Alianza Opositora contra la Dictadura es una representación heterogénea de una mayoría nacional en la que destaca una nueva generación -nacida en el Siglo XXI- que ha crecido afectada fuertemente por la migración forzada de sus parientes, la violencia y la marginalidad; que vive desde su niñez la crisis política a partir del golpe de estado de 2009; y que ante el robo electoral asume un liderazgo inusitado como sujeto político en los pueblos, en los barrios, en las universidades. Ante el cerco mediático utiliza nuevas formas de comunicación en las redes sociales. Son hombres y mujeres, trabajadores, estudiantes, mareros excluidos o Nini que desafiantes se toman las calles, desconocen a los viejos liderazgos de todo el arco partidario y reclaman nuevos espacios de democracia real y participación. Son la vanguardia en las calles y en las tomas que está dispuesta a dar la cara en la insurrección de enero y gritan: “se metieron con la generación equivocada, #FueraJOH”
Esto contrasta con mucho con el viejo liderazgo a lo interno de la Alianza: nacidos en la política bipartidista, verticales, manipuladores, sindicalistas y líderes sociales enquistados en el poder y sus bebesaurios en busca de cargos; que intentan perpetuarse como clase política. Quizás para bien de todas y todos, ésta también sea una oportunidad para despojarlos de sus caretas, dejarlos en evidencia y que surja de esta crisis nuevos y múltiples liderazgos honestos y democráticos para bien de Honduras.
La coyuntura ha permitido desmontar la hegemonía ideológica del bipartidismo oligárquico y del viejo liderazgo sindicalista y gremialista corrupto. El dilema que hoy plantea la crisis política electoral no es ya más procedimental y de reparto de cuotas y diputaciones entre las élites partidarias. Las elecciones y su saldo de manipulación y fraude han dado paso a una sociedad incrédula de su clase política que comprende su función de títeres del empresariado. En esta coyuntura de caída de telones y caretas, está la oportunidad del liderazgo de las fuerzas progresistas de escuchar las voces del pueblo y cohesionar un movimiento insurreccional.
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Tengo algunos años de experiencia y me encanta practicar el periodismo incómodo que toque los tinglados del poder, buscando cambios en la forma de gobernar y procurar el combate a la corrupción, develando lo que el poder siempre quiere ocultar. Ver todas las entradas
3 respuestas
Totalmente de acuerdo, lo que antes ya sospechabamos acerca del partido nacional (al menos yo), ahora queda claro. Por esta razón no gobernaban durante dos periodos seguidos, pues nos quedaba la sensación de aprovechar al máximo sus 4 años de poder para enriquecerse. Ahora eso ya no es objeto de duda.
MALDITAS RATAS, PERO EN LA VIDA TODO LO MALO SE PAGÁAAAAAAAA SIEMPRE.
En algunos años ese y su hermano Tony van a ser extraditados.
Esos generales se retiran y nuevos gobiernos gringos se cambian de parecer.
Recuerden lo qué paso a otro, qué se llamaba Cara de piña Noriega. Los gringos lo mandaron a la carcel, por ser un buen peon!