Con una tasa de femicidios que se mantiene como la más alta en la región, Honduras enfrenta una crisis de violencia sistemática contra las mujeres, evidenciada por 7,506 muertes violentas documentadas desde 2005 y un incremento del 33.4% en 2023
La falta de medidas efectivas por parte del Estado y la impunidad que rodea estos crímenes agravan aún más la situación, dejando a muchas mujeres y niñas expuestas a un entorno hostil y peligroso
Tegucigalpa, Honduras. – Consolidado como el país con la tasa más alta de femicidios en América Latina, Honduras mantiene una alarmante violencia sistemática en contra de las mujeres.
“La violencia contra la mujer en Honduras es grave”, sostiene Migdonia Ayestas, directora del Observatorio Nacional de la Violencia de la Universidad Nacional Autónoma de Honduras (ONV-UNAH).
El Estado aún no ha implementado medidas de protección y prevención efectivas, la violencia sexual, doméstica y femicida persiste con una “especial crueldad”, dejando a muchas mujeres y niñas expuestas a situaciones de riesgo extremo.
Desde el 2005 hasta el 2023, el Observatorio Nacional de la Violencia ha documentado un total de 7,506 muertes violentas de mujeres y femicidios, lo que pone de manifiesto una desgarradora realidad: en Honduras, una mujer pierde la vida cada 36 horas y 47 minutos.
En el año 2024, la situación no ha mejorado, ya que se han reportado 199 muertes violentas, con un alarmante 67.3% de estos homicidios perpetrados con armas de fuego.
Esta violencia de género –catalogada como la letal— no sólo refleja un problema social profundo, sino que también destaca la urgente necesidad de implementar políticas efectivas que garanticen la protección y justicia para las mujeres en un país que se posiciona como el más peligroso de América Latina para las mujeres.
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EN 2023 INCREMENTARON MUERTES VIOLENTAS DE MUJERES
La violencia contra la mujer en Honduras ha alcanzado niveles críticos, en el año 2023, la tasa de muertes violentas de mujeres en Honduras alcanzó un alarmante 8.2 por cada 100,000 mujeres, marcando un incremento del 33.4% en comparación con el año anterior.
De acuerdo con Migdonia Ayestas, este incremento se traduce en un alarmante salto de 308 muertes violentas en 2022 a 411 en 2023, lo que equivale a 150 casos más.
En 2023, se registró lo que catalogaron la peor tragedia en la historia de la penitenciaria Nacional Femenina (PNFAS), en donde 46 mujeres fueron asesinadas de forma dantesca.
En ese contexto, Ayestas explica que el repunte en la violencia no puede ser atribuido únicamente a ese evento trágico, sino que refleja un contexto social más amplio donde la violencia de género se ha normalizado y perpetuado.
La situación es aún más preocupante al considerar que, en 2023, una mujer perdió la vida cada 21 horas, y en los primeros diez meses de 2024, esta cifra se ha ajustado a cada 36 horas, con 99 casos reportados hasta la fecha.
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REFLEJO DE LA CULTURA
La violencia no sólo es un problema numérico; es un reflejo de una cultura machista y patriarcal profundamente arraigada en la sociedad hondureña. De acuerdo con el ONV la mayoría de las víctimas son amas de casa, lo que indica que la violencia doméstica es un factor crítico en estas muertes.
De hecho, el 60.3% de los femicidios son perpetrados por hombres con quienes las víctimas tenían una relación cercana. “Esos hombres en condición de parejas, ex parejas o pretendientes son los que le están quitando la vida a una mujer y eso es grave”, señala Migdonia Ayestas.
La magnitud del problema es tal que Ayestas menciona casos extremos, como el femicidio de una niña de tan solo diez meses, lo que pone de manifiesto la crueldad inherente a estos actos.
La violencia sexual también es alarmante; las niñas entre 10 y 14 años son las más afectadas por agresiones sexuales. Entre 2022 y 2023, se registraron 7,620 denuncias de violencia sexual en Honduras, un fenómeno alarmante que revela la magnitud de esta problemática en el país. Muchas de estas denuncias involucran a menores de edad, específicamente niñas entre 10 y 14 años, quienes se convierten en víctimas de una violencia que no solo afecta su integridad física, sino también su desarrollo emocional y psicológico.
Ante esta realidad de violencia para las mujeres y niñas, Migdonia Ayestas hace un llamado a las autoridades para implementar investigaciones criminales efectivas y para judicializar los casos de femicidio y muertes violentas.
La especialista en prevención de la violencia, enfatizó que, al desarrollar investigación científica se videncia la magnitud del problema que enfrenta el país. “Es crucial que las autoridades implementen procesos de investigación científica criminal que permitan identificar a los responsables de estos crímenes”, refiere.
Pese a muchos relatos de víctimas mencionan nombres y apellidos de los agresores, la realidad es que la mayoría de estos casos quedan en la impunidad, lo que perpetúa un ciclo de violencia y desconfianza en el sistema judicial.
La impunidad en los delitos de violencia contra la mujer es alarmante, con cifras que indican que más del 95% de los femicidios y muertes violentas permanecen sin resolución.
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Amante de la lectura y la naturaleza, una mujer con la convicción firme que todos podemos hacer cambios significativos en la sociedad, por eso mi objetivo es exponer las injusticias que adolece la ciudadanía. Busco incidir, a través del periodismo, en la defensa y promoción de los derechos humanos, evitando caer en la complicidad de callar ante las injusticias y la corrupción. Ver todas las entradas