La memoria ajena nos juzgará, periodistas

PATRICIA MURILLO

Por: Patricia Murillo Gutiérrez

En los últimos meses, hemos acompañado los funerales de varios colegas y amigos periodistas. Y hemos estado pendientes de los decesos de otros allá en Tegucigalpa.  Un denominador común en todos estos casos: su muerte fue “natural” y eso ya es ganancia, para los compañeros, sus familias y para el país, que tiene que soportar con el descrédito de ser junto a México y Colombia los países más peligrosos en América para ejercer el Periodismo.

Algunos de esos colegas muy cercanos y a veces hasta ligados a los poderes políticos y económicos. Otros, con afectos a los movimientos sociales y luchadores natos por las causas de los más desfavorecidos de un sistema lleno de inequidades sociales como es el hondureño.

Pero todos llenos de vigor en su momento, de energías y luces, que les permitieron desarrollar este oficio o profesión según usted pueda y quiera interpretarlos. Todos ellos trabajaron desde su memoria y contaban la historia del día a día en Honduras, la región centroamericana y en el mundo, según su poca, mediana  o mucha sabiduría.

Hoy, que ellos pasaron al más allá, del cual los creyentes le dan un escenario y los no creyentes pintaran otro, pero sin duda siguen y seguirán viviendo en la memoria de los vivos, que dejaron atrás, en su viaje sin boleto de regreso. Lo que será muy difícil medir con exactitud, es cuánto tiempo vivirán en esa memoria colectiva o grupal o individual, y en con  que valoraciones serán recordados.

Roberto Suazo Córdova presidente de Honduras 1982-1986
Roberto Suazo Córdova presidente de Honduras 1982-1986

La memoria de la hondureñidad, jamás dejara morir el trabajo patriota de Visitación Padilla y Froilán Turcios como ejemplos de periodista e intelectuales dignos, que firmemente se le enfrentaron nada más que con las armas del pensamiento, al ejército invasor del Imperio, ese que sigue  interviniendo  cinicamente en los asuntos internos de Honduras, porque, con mayor cinismo los permitimos sus habitantes, al extremo,  que hubo un presidente, Roberto Suazo Córdoba, que le ofreció al vaquero de Hollywood y presidente de los Estados Unidos, Ronald Reagan,  allá en los ochentas, que tomara al país.

Pues que hondureño (que lo conozca) olvidara el trabajo periodístico del insigne del polígrafo y quizá el hondureño más universal que hayamos tenido desde las letras, don Rafael Heliodoro valle. Incluso del mismo José Cecilio del Valle, también periodista. De don Ventura Ramos y su lucha contra los que desnacionalizaban Honduras, que vive la memoria nacional, al menos de quienes  se informan y se forman.

O al menos de quienes tienen la dicha de haber sido guiados por maestros, padres de familia y personas que contribuyeron positivamente a su aprendizaje.

Ventura Ramos hombre de letras y periodista símbolo de honestidad y patriotismo
Ventura Ramos hombre de letras y periodista símbolo de honestidad y patriotismo

Por ello, este 25 de mayo, día dedicado a honrar a los y  las periodistas hondureños, no se me ocurre nada más que reflexionar sobre la enorme responsabilidad histórica, de ejercer esta profesión, quizá hoy más que nunca, que tenemos los que seguimos en un   ejercicio  desde los tradicionales medios de  comunicación, hasta los más avanzados en las plataformas tecnológicas de última generación.

Entonces en este escrito, la palabra memoria es mi Norte.

La memoria que tenemos los que ejercemos el Periodismo hoy, que es nuestro archivo de conocimientos personal o ajeno.

Pues a través de los libros, de los informes, los documentos y de las charlas y conferencias de otros con mayor acervo cultural que nosotros en determinadas ramas del saber, podemos  seleccionar, asimilar, procesar y entregar mejor calidad de información, de investigación y de opinión para beneficio del pueblo hondureño. 

Que además tiene todo el derecho humano a saber los asuntos de interés público y tomar así las mejores decisiones ciudadanas.

Ese es el mejor aporte del Periodismo a la construcción de ciudadanía y al fortalecimiento de la democracia.

Nos apantallamos ante las prodigiosas memorias que tienen ahora las computadoras, los celulares etc. etc. Pero pregunto… será que nos dedicamos como periodista también a cultivar una mejor y más ilustrada memoria personal y colectiva, a fin de entender mejor la realidad que nos circunda y no permitir que, el dinero, Los favores, los viajes presidenciales, las canonjías  etc. nos haga desmemoriados y  por tanto nos desvíen perversamente de la búsqueda de la verdad, que es la razón de ser del Periodismo.

Termino recordando que en el momento del adiós a esta vida terrenal, nada nos llevamos y bien lo dijo el general macedonio Alejandro el Magno, me entierran con las manos hacia arriba y vacías que vean que nada me llevo.

Seguramente que solo quedaremos en  la memoria  de los demás el valorar nuestro paso por la vida y allí se verá más claro, si fue un paso para ayudar a iluminar a otros o por el contrario, fue un paso para entorpecer la visión del pueblo, para hacer invisible lo VISIBLE, ejemplo, la corrupción, impunidad e injusticias social que HOY, ahogan al país y su pueblo.

Después que no se quejen los que quedan atrás de nosotros, si rápidamente somos olvidados para siempre.

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