A pesar de las demandas por una reforma agraria, los campesinos siguen luchando por su derecho a la tierra y la seguridad alimentaria.
En el Día Internacional de la Lucha Campesina, se exige la derogación de leyes que respaldan el despojo y la violencia
Tegucigalpa, Honduras. – En un mundo donde la agricultura industrial y la urbanización a menudo eclipsan la importancia de los pequeños agricultores y campesinos, la lucha campesina es un recordatorio crítico de la fortaleza y la resistencia de quienes que trabajan la tierra.
En Honduras, la lucha campesina esta rodajeada de criminalización, violencia, impunidad y el abandono estatal, ya que no se abordan las demandas de los y las campesinas de una nueva reforma agraria.
Para Wendy Cruz, coordinadora de la Vía Campesina en Honduras, uno de los principales retos que enfrenta el campesinado y los pueblos originarios, pese a los problemas históricos con la tenencia de la tierra—, todavía no existe una discusión de una política de desarrollo agrícola con enfoque integral que garantice el acceso y control a la tierra.
“Sin tener garantizado el derecho a la tierra, los campesinas y campesinas siempre serán objeto de vulnerabilidad de sus derechos humanos, como los derechos económicos, sociales y culturales”, señaló a Criterio.hn, Wendy Cruz.
Cada 17 de abril se conmemora el Día Internacional de la Lucha Campesina en memoria y homenaje a las campesinas y los campesinos que han ofrendado su vida, por la Reforma Agraria y la Soberanía Alimentaria, en la defensa y cuidado de la naturaleza, las semillas, el agua.
El 17 de abril de 1996, en Brasil se registró una masacre cuando dos tropas de la Policía Militar atacaron con ametralladoras, rifles y revólveres a 1,500 familias de trabajadores rurales. Los movimientos sociales, reportaron 19 trabajadores sin tierra fallecidos y 69 heridos.
DEUDA HISTÓRICA
Históricamente las familias campesinas en Honduras son sinónimo de pobreza, desigualdades sociales y violaciones a sus derechos humanos, que luchan por tener seguridad alimentaria en un contexto de otorgamiento de tierras a grupos económicos.
De acuerdo con la Organización de las Naciones Unidas, remarca que las personas agricultoras y campesinas de pequeña escala pese a que alimentan a entre el 70% y el 80% de la población mundial, representan el 80% de las personas que pasan hambre en el mundo y el 70% de las que viven en la pobreza extrema.
En ese sentido, Wendy Cruz señaló que es urgente que en país centroamericano se adopte un enfoque de inversión pública orientada al fortalecimiento. “Sin esa inversión pública no vamos a poder combatir ni el hambre, ni la pobreza ni las múltiples desigualdades que viven los hombres y mujeres del campo”, enfatizó Cruz.
Por otro lado, las organizaciones campesinas, denuncian que los campesinos y campesinas enfrentan el despojo sistemático de las tierras y el desplazamiento forzado de comunidades enteras. El informe sobre la Situación de los Derechos Humanos en Honduras 2023 de la Oficina del Alto Comisionado para los Derechos Humanos (Oacnudh), señala que sólo en 2023, luego de la implementación de la Comisión de Seguridad Agraria y Acceso a la Tierra, se registraron al menos 37 desalojos, la mayoría en perjuicio de empresas campesinas y cooperativas agrarias.
Para José Luis Fuentes, del Movimiento Campesinos y Campesinas sin Tierra, la referida comisión que se instauro en el marco del Consejo de Seguridad, prácticamente “no sirve”, porque se ha documentado que los desalojos benefician a las agroindustrias.
En ese sentido, el líder campesino pidió al director del Instituto Nacional Agrario (INA), Francisco Funez, que renuncie, ya que no se ha pronunciado ante la arbitrariedad de los desalojos. “El silencio demuestra complicidad”, refirió Fuentes.
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EL ROL DE LAS MUJERES CAMPESINAS
Las mujeres, son más del 50% de la población en Honduras, que a diario enfrentan retos de desigualdad social, criminalidad y violencia, pero además las mujeres campesinas se enfrentan a la inequitativa distribución de la tierra. De igual manera, son el rostro de la lucha campesina.
“las mujeres son las mayormente afectadas porque no tienen acceso a la tierra, ni a capital semilla, educación y salud de calidad. las mujeres son las que viven un mayor grado de marginación”, recalcó Wendy Cruz.
Entre los años 2011 y 2020 el Instituto Nacional Agrario (INA) entregó un total de 78,975 títulos de propiedad a nivel nacional de los cuales el 62.7% corresponden a títulos entregados a hombres y el 37.3% a mujeres.
A razón de ello, las organizaciones de mujeres campesinas, piden a las autoridades que conozcan la realidad que enfrentan las mujeres campesinas.
Yasmín López, coordinadora general del Consejo para el Desarrollo Integral de la Mujer Campesina (CODIMCA), dijo a Criterio.hn que es urgente sepan que “las mujeres campesinas estamos produciendo alimentos en las peores condiciones, en laderas, en tierras alquiladas y prestadas”.
Tomando en cuenta los retos y la desigualdad con relación a la tenencia de la tierra –que en la mayoría de los casos de mujeres que son propietarias de alguna parcela, es porque han heredado—, las organizaciones campesinas sugieren que para que las mujeres puedan desarrollar una producción agrícola segura que les permita cerrar la brecha de desigualdad, es necesario que el gobierno designe presupuestos con enfoques de género, lo que permitirá que los fondos lleguen a más mujeres.
