La Flor Nacional de Honduras: una decisión oficial que reemplazó a la rosa

Por: Doris Sánchez

La actual flor nacional de Honduras es la orquídea Rhyncholaelia Digbyana, una planta epífita originaria de América Central que fue oficialmente declarada como emblema nacional el 25 de noviembre de 1969. La decisión fue tomada mediante el Decreto Legislativo No. 96, en sustitución de la rosa, que había ostentado ese título desde 1946.

La razón principal del cambio fue que la rosa, aunque popular y apreciada, no es una planta originaria de Honduras, ni de América. Esta especie pertenece a regiones de Asia y Europa, y su designación como Flor Nacional no representaba de manera auténtica la flora local. Por ello, se optó por una especie nativa.

Rhyncholaelia Digbyana, también conocida como la orquídea de la Virgen, crece de forma silvestre en los bosques hondureños, especialmente en zonas de clima húmedo y cálido. Su elección fue motivada tanto por su origen nacional como por ciertas características físicas y botánicas.

Una de las cualidades que más destacó el comité que propuso su designación fue su fragancia cítrica nocturna, una particularidad que la distingue entre otras orquídeas. Esta fragancia no solo es inusual, sino también un reflejo de la biodiversidad del país.

La flor posee un labelo o labio prominente, con bordes rizados de color verde claro, lo cual la convierte en una flor de gran valor ornamental. Además, su estructura la hace adecuada para estudios botánicos y conservación en jardines botánicos nacionales.

Su estética singular fue otro de los factores considerados. Autoridades del Instituto Hondureño de Antropología e Historia, junto con organizaciones ambientalistas y botánicos, coincidieron en que esta orquídea era una representación más fiel del país, tanto por su origen como por su belleza.

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La designación de la orquídea fue parte de un movimiento de identidad nacional más amplio durante los años 60, cuando también se revisaron otros símbolos patrios. La intención era alinear estos emblemas con elementos autóctonos, propios del entorno geográfico y ecológico de Honduras.

Con su reconocimiento legal en 1969, la orquídea dejó de ser solo una especie silvestre para convertirse en un símbolo de los recursos naturales del país. Desde entonces, ha sido utilizada en campañas educativas, eventos patrióticos y como parte de la identidad visual en instituciones públicas.

Pese a su estatus de símbolo nacional, la orquídea Rhyncholaelia Digbyana enfrenta amenazas en su entorno natural, principalmente por la deforestación y la recolección no regulada. Algunas organizaciones han promovido su conservación a través de viveros y proyectos de reforestación.

Actualmente, esta especie está protegida bajo la legislación nacional y se encuentra incluida en programas escolares, museos y parques ecológicos como una manera de reforzar su valor cultural y ambiental. Su elección sigue siendo un ejemplo de cómo los símbolos patrios pueden adaptarse para reflejar la riqueza natural y cultural de un país.

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LA ORQUÍDEA DESTACA POR SU FRAGANCIA Y BELLEZA NATURAL

Belleza y elegancia: La orquídea Rhyncholaelia Digbyana es reconocida por su estética excepcional. Su estructura delicada, el labio dentado y sus tonos verdes pálidos le otorgan una apariencia única que ha sido admirada tanto por científicos como por el público en general. Esta belleza natural inspira orgullo entre los hondureños y refleja el esplendor de la flora nacional.

Vigor y distinción: La planta fue valorada también por su fortaleza y capacidad de adaptación en ambientes naturales. Su vigor se refiere a su resistencia y permanencia en los bosques tropicales de Honduras, mientras que su distinción está relacionada con su singularidad entre las orquídeas regionales, destacando por su forma y aroma únicos.

Símbolo de riqueza natural: La Rhyncholaelia Digbyana representa la biodiversidad hondureña. Es un símbolo vivo de los recursos naturales del país y de la riqueza ecológica presente en sus bosques. Al elegir una especie autóctona, se fortaleció la identidad ambiental y cultural de Honduras, sustituyendo una flor foránea por una que nace y crece en el territorio nacional.

Origen narrativo: La orquídea, también conocida como «la orquídea de la Virgen«, posee un valor simbólico y cultural que la conecta con tradiciones religiosas y populares. Su presencia en los relatos y creencias locales fortaleció su aceptación como emblema nacional, dándole un significado que va más allá de lo botánico.

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