Por: Irma Becerra
La Estética Relacional Lumínica, en su concepción de la obra de arte total, va firmemente contra la brutal percepción descarnada de la realidad porque eleva a la primera a un nivel de mayor claridad poética y soledad creativa, cuando se está en paz consigo mismo y se tiene la conciencia tranquila. La soledad de sentir dolor por uno mismo y sólo sentir dolor por las personas buenas porque, para dicha Estética, no podemos sentir dolor por las personas tóxicas, muy violentas y malas ya que no somos masoquistas.
Pero, tampoco, somos sádicos. Es por eso por lo que quisiera aclarar, que he usado el término de obra de arte total en español y no en alemán del Gesamtkunstwerk, dada la cercanía de su creador Wagner con Hitler, y porque la Estética Relacional Lumínica y la Filosofía Relacional en su totalidad, van incondicionalmente por la defensa inclaudicable e imperecedera de los Derechos Humanos y la Democracia Participativa, así como junto a la exigencia de la filósofa alemana, Hannah Arendt, de luchar contra toda forma de totalitarismos de la barbarie.
Hechas esas dos salvedades, podemos ahora pasar a explicar qué entendemos por la estructura interna de la obra de arte total en tanto despliegue de la interioridad espiritual del artista en cualquiera de las manifestaciones y expresiones artísticas como el cine, la cerámica, la artesanía, la escultura, etc.
En primer lugar, significa, ir en contra de las formas mediocres y corruptas de “elevarse” a un estado especial de la conciencia para poder “crear” o ser “creativo” usando todo tipo de drogas, blandas o duras, o alcoholizándose y prostituyéndose, creyendo que con ello vendrá mejor la musa de la inspiración y que esos medios son los más adecuados, así como imprescindibles al proceso de creación artística, no importando la edad.
Para la obra de arte total, el juicio se halla inmerso y proviene del interior del concepto y no solamente de su parte, mundo o experiencia externos, pues todos estos últimos son procesos simultáneos, en los que el creador de una obra de arte total se coloca en actitud autocrítica para enjuiciar al mundo, según hayan sido las obras de la realidad, si para bien o para mal de la Humanidad misma. El creador de la obra de arte total no teme enjuiciar valientemente al mundo porque sigue el ejemplo de compromiso hasta el final que nos dejasen para la Historia de la Filosofía, las excelsas figuras de Sócrates, Séneca, Giordano Bruno y Tomás Moro, asesinados por defender la verdad, entre otros.
La obra de arte total en su sentido democrático interno lucha por un mundo mejor, en el que no sea la ausencia de empatía lo que nos una, y, por tanto, la soledad virtual sin la compañía de los demás y aislados del mundo real, sino la unidad del género humano dispuesto a demostrar que posee una capacidad de inteligencia y sabiduría extraordinarias que pueden resolver los agudos problemas de todos los pueblos y sus individuos asociados. Porque no hablamos aquí de todos los individuos como tumulto animalesco o bestial o de multitudes indiscriminadas, sino de la selectividad del Bien, la Generosidad, la Bondad, la Alegría y la Felicidad que caracteriza a la obra de arte total como estructura filosófica desplegada interiormente.
Desde la anterior perspectiva, la Estética Relacional Lumínica, defiende la interacción humana con otros humanos y con la naturaleza de forma directa y no meramente virtual, como nos están queriendo acostumbrar los nuevos inventos visuales de la Inteligencia Artificial que nunca, aunque lo intente, podrá sustituir el corazón del alma humana.
La Estética Relacional Lumínica propaga, de una parte, una estructura abierta desplegada hacia el Bien, y hacia la defensa del hogar limpio y ordenado y la familia funcional humanista, así como la higiene, el amor y el orden en la vida familiar y social. Pero esta Estética también propaga una estructura cerrada al Mal, a la bestialidad, la violencia, la corrupción, el vicio, las drogas, el alcohol y las adicciones en general. En este sentido, las obras que surgen de ella se hacen conteniendo una interioridad desplegada del ser ético del hombre desde sí mismo, el hombre mismo en todo su ser desplegado dentro de una estructura interna de su obra que es abierta y cerrada simultáneamente. Es la obra abierta y cerrada, es la dialéctica entre estructura abierta y estructura cerrada de la obra artística vista y entendida en una configuración total de comprensión y vivencia comprensiva de todas las circunstancias posibles de la historia, en su pasado, su presente y su futuro.
Es por eso, que también la política para la Estética Relacional Lumínica, con su concepción filosófica dialéctica, se despliega como la defensa estratégica mundial de un quehacer de administración pedagógica no corrupto del Estado de Derecho que vea a este como una dialéctica interna entre la simple formalidad abstracta de las leyes y su interpretación desde un contenido substancial fundamental que respete su ley interna. Es la política del siglo XXI como obra de arte total: la política Rosalila de la escalinata maya de Copán, cuyas ruinas no son imborrables, sino que persisten con los siglos, haciéndonos escalar sus peldaños en el sentido de la evolución de una hondureñidad mundializada hacia mejor. En este sentido, esperamos que la sentencia del expresidente hondureño, Juan Orlando Hernández, en su juicio actual, sea ejemplar para que dicho tipo meramente formal y antiestético de la política, no se pueda repetir en nuestro país y en el mundo, en su conjunto. El narcotráfico no es una forma estética de vida, mucho menos el despliegue de la interioridad de un ser humano justamente cerrado a la destrucción invasiva de sí mismo y de los demás. El narcotráfico no es una obra de arte total, y, por tanto, es anti-humano y atenta contra la Humanidad. Es un crimen de lesa humanidad.
De más está decir, que precisamos de la defensa estratégica de la Estética Relacional Lumínica como obra total en el arte y la política porque muchos de sus enemigos pueden intentar vana e inútilmente dañarla o agredirla. Es por eso por lo que su estructura estética interna es cruzada:
- Formación filosófica de las mujeres en inteligencia policial para saber detectar a tiempo a un posible agresor o agresora, corruptor o corruptora.
- Formación filosófica de todos los hombres, por igual, en Seguridad Global y Humana para saber detectar a tiempo a un posible matador de sueños e ideales elevados o a una acosadora. Esa formación es en nombre de toda la especie humana, y constituye una obra de arte total.
La máxima ética de la Estética Relacional Lumínica es, en consecuencia: “Los varones a proteger la especie, las mujeres a proteger la evolución de la especie, porque nunca hemos sido ni somos cobardes”.
Esta es la dialéctica interna desplegada de la obra total como enfila-miento hacia la paz perpetua del mundo. Para propagar esta defensa estratégica de los individuos asociados en el Bien y el Bienestar Universales, precisamos de todos los medios de comunicación, entendidos también como manifestaciones de obras de arte total. Es decir, una estructura inteligente abierta y cerrada para las obras del cine, televisión, radio, Internet, correo electrónico, correo postal aéreo, WhatsApp, telégrafo, teléfono fijo y celular, etc., y todas las expresiones artísticas y políticas de la prensa y el periodismo en general, en tanto guardián y centinela de la Democracia Participativa. Se trata de la Revolución Silenciosa que recorre el mundo desde el silencio y la invisibilidad, pero que va de individuo en individuo, sin alejarse nunca del pueblo ni aislarse del mundo externo y real. ¡Es una obra filosófica y artística total!
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Escritora y filósofa hondureña. Doctorada en filosofía por la Universidad de Münster, Alemania. Es directora de la Editorial Batkún, fundada por su padre, el escritor e historiador hondureño Longino Becerra. Su mas reciente libro “En defensa sublime de la mujer” Ver todas las entradas