Por: Carlos Zelaya Herrera
LA CRISIS…… Los y las miles de hondureños y de hondureñas que desde mucho antes del golpe de Estado tenemos consciencia de los abismos de injusticia, de los dramas humanos que a diario se viven en este hermoso, pero desigual país, tenemos consciencia clara de qué es la crisis.
Crisis en el campo con tanto campesino asesinado por reclamar un pedazo de tierra, crisis en la misma tenencia de tierra y en el acceso a los medios de producción que determinan la injusticia del sistema. Crisis en la distribución de la riqueza y en consecuencia en la distribución secular de la miseria y el empobrecimiento de millones de compatriotas; crisis sistémica porque de esto deriva la iniquidad, corrupción e impunidad en la que se regodea la mano de Estados Unidos, la oligarquía, la casta militar, las cúpulas bipartidismo y sus secuaces como la UD y la DC.
Crisis institucional, por en este estado fallido mueren de forma violenta o silenciosa hombres, mujeres y niños de todas las edades, circunstancias y casi todas las condiciones sociales y económicas. Con sus instituciones colapsadas y saqueadas, como el Seguro Social y otros entes de previsión públicos; crisis en la permanencia de la tierra que nos vio nacer por la venta, por la entrega y mutilación de la patria a través de procesos antinacionales como las Ciudades Modelo, Zonas Especiales de Desarrollo y Regiones Especiales de Desarrollo, tan perversamente concebidos y ejecutados que nos hacen preguntar qué clase de hondureños pueden ser estos si son capaces de vender alma y la Matria que los vio nacer.
Crisis porque en medio de todo este marasmo viene el rostro visible del desmadre en que se hunde Honduras a decirnos que si no se elige una Corte Suprema de Justicia concebida y vestida de marioneta vamos a tener una «crisis» en el país.
Pero en medio de la crisis, la real y verdadera, salimos a las calles cada viernes a protestar contra todo esto con justificada indignación y en esto también tenemos porque lo actuado es insuficiente y no somos capaces de reconocer todo ese poder y energía para cambiar nuestra realidad.
Crisis porque como pueblo somos incapaces de identificar, de ver, tan cerca cómo podemos de nuestras propias manos el horizonte maravilloso que yergue por delante de nosotros, como personas, pueblo y sociedad. Crisis porque quienes nos oprimen saben que tienen ante sí la expectativa de todo un pueblo que poco a poco despierta ante tanto desconcierto y de que ellos, más temprano que tarde tendrán el juicio irrevocable, aquí, en la tierra, por la injusticia a las que no han sometido con la marca indeleble del poder imperialista yanqui. Crisis, la de ellos, porque ni con todo el dinero y sometimiento con que nos explotan podrán detener el juicio de Dios, el de Jesús, el del valor espiritual que los condenará en la hora del juicio final. Dejemos que el gran Albert Einstein no explique cuál es la crisis que estamos obligados a ver, entender y resolver….
LA CRISIS SEGÚN ALBERT EINSTEIN «No pretendamos que las cosas cambien si siempre hacemos lo mismo. . La crisis es la mejor bendición que puede sucederle a personas y países porque la crisis trae progresos. . La creatividad nace de la angustia como el día nace de la noche. . Es en la crisis que nace la inventiva, los descubrimientos y las grandes estrategias. . Quien supera la crisis se supera a sí mismo sin quedar «superado». . Quien atribuye a las crisis sus fracasos y sus penurias, violenta su propio talento y respeta más a los problemas que a las soluciones. . La verdadera crisis es la crisis de la incompetencia. . El inconveniente de las personas y los países es la pereza para encontrar las salidas y soluciones. . Sin crisis no hay méritos. . Es en la crisis donde aflora lo mejor de cada uno, porque sin crisis todo viento es caricia. . Hablar de crisis es promoverla, y callar en la crisis es exaltar el conformismo. . En vez de esto trabajemos duro. . Acabemos de una vez con la única crisis amenazadora que es la tragedia de no querer luchar por superarla». . Albert Einstein 14/03/1879 – 18/04/1955 Físico alemán, nacionalizado suizo primero, posteriormente estadounidense.
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Me encanta desafiar el poder y escudriñar lo oculto para encender las luces en la oscuridad y mostrar la realidad. Desde ese escenario realizo el periodismo junto a un extraordinario equipo que conforma el medio de comunicación referente de Honduras para el mundo Ver todas las entradas