Por: Oscar Miguel Marroquín
La preocupación lo devoraba por dentro como un animal salvaje. (Camilla Läckberg)
Desde el anonimato médicos hondureños dan cuenta que el presidente podría estar sufriendo el incurable síndrome de la gelatina, este extraño padecimiento también podría abarcar a otros allegados al mandatario.
Se equivoca usted amigo lector, si cree que lo escrito en este artículo es pura imaginación, baste con que observe detenidamente la fotografía de Juan Orlando y verá que sus parpados lucen cansados y obscuros; los médicos creen que el síndrome de la gelatina avanza aceleradamente cada vez que el mandatario lee las noticias del New York Time.
¿Porque la gelatina produce este esté síndrome?
Según los galenos, la gelatina presenta una situación de temblor permanente, curiosamente el presidente lo asocia con su situación, es esa la razón principal por la que el presidente no puede ver ni en pintura la gelatina; en casa presidencial los cocineros tienen completamente prohibido servir este delicioso postre al señor candidato inconstitucional.
Bueno, pero si usted querido lector aún no se convence de lo que aquí expongo, lo invito a que nuevamente observe una vez más la lúgubre fotografía del presidente, vera que Juan Orlando presenta una pose de preocupación extrema, no es para menos mientras los Cachiros no dejen de cantar como buenos gorriones tras las rejas, el síndrome de la gelatina empeora día con día la salud del mandatario.
Por ahí se dice que el gobierno norteamericano no tiene amigos solo intereses, esto lo sabe de memoria Hernández.
El mandatario catracho sabe que Manuel Antonio Noriega, ex presidente de Panamá se ganó unas largas vacaciones de 20 años, con derecho a alimentación y traje anaranjado en un lujoso centro penitenciario de Estados Unidos.
Este panameño se creía un gran amigo y aliado de los Estados Unidos y mire usted donde terminó.
Bueno sería recordarle a don Juan Orlando Hernández que hace solo unos días el ex jefe del comando sur de los Estados Unidos John Kelly, dejo bien clarito que NO HAY AMIGOS SOLO INTERESES.
De nada valieron los besos y abrazos de Juan Orlando, John Kelly no quiere que continúe más el TPS.
Más claro que el agua no hay, tarde o temprano el “flamante” e intocable presidente Juan Orlando podría ser citado ante una corte de los Estados Unidos, su comparecencia está más cerca que lejos pues los cargos cada vez se le amontonan más y más.
Concluyendo, el síndrome de la gelatina que ahora sufre Juan Orlando Hernández, podría tocar tarde o temprano las puertas de muchos otros funcionarios pertenecientes al Partido Nacional, sobre todo a quienes hayan contribuido con los Cachiros.
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Tengo algunos años de experiencia y me encanta practicar el periodismo incómodo que toque los tinglados del poder, buscando cambios en la forma de gobernar y procurar el combate a la corrupción, develando lo que el poder siempre quiere ocultar. Ver todas las entradas
3 respuestas
Si, parece que este artículo está cuidadosamente pensando (sarcasmo)
Es normal que a una persona con ansias de poder a mi juicio le den este tipo de síntomas estar por encima del estamento jurídico y en detrimento de los más desposeídos jamás le vendrá bien a nadie.
Mmm muy objetivo el artículo….