Millones de documentos muestran a jefes de Estado, criminales y celebridades que usan escondites en paraísos fiscales.
Por: Consorcio Internacional de Periodistas de Investigación (ICIJ)
Una fuga masiva de documentos expone los bienes offshore de 11 líderes mundiales y revela cómo cómplices del presidente ruso Vladimir Putin movieron en secreto hasta 2 mil millones de dólares a través de bancos y compañías secretas.
La filtración también da detalles sobre los negocios financieros secretos de 128 políticos y funcionarios públicos alrededor del mundo.
El archivo de 11.5 millones de registros muestra cómo una industria global de firmas legales y grandes bancos vende el secreto financiero a políticos estafadores y traficantes de drogas así como a billonarios, celebridades y estrellas deportivas.
Estos son algunos de los hallazgos clave de una investigación de un año por parte del Consorcio Internacional de Periodistas de Investigación, el diario alemán Süddeutsche Zeitung y más de cien medios de comunicación.
Los archivos incluyen a no menos de 33 personas y compañías puestas en la lista negra del gobierno de los Estados Unidos por haber hecho negocios con capos de la droga mexicanos y con organizaciones terroristas como Hezbolá.
Los documentos dejan en claro que grandes bancos impulsan de manera importante la creación de compañías difíciles de rastrear en las Islas Vírgenes Británicas, Panamá y otros paraísos offshore. Los archivos contienen más de 15 mil 300 compañías de papel, usadas para ocultar clientes.
Los registros filtrados – que fueron revisados por un equipo de más de 370 periodistas de 78 países – vienen de una poco conocida pero poderosa firma legal con base en Panamá, Mossack-Fonseca, con sucursales por todo el mundo.
Los archivos contienen nuevos detalles sobre grandes escándalos que sacuden a FIFA, el cuerpo que regula el fútbol internacional.
El mejor jugador del mundo, Lionel Messi, también aparece en los documentos.
Mossack Fonseca abrió para él una empresa en Panamá llamada Mega Star Enterprises Inc.
Sus negocios offshore son actualmente el blanco de una investigación por evasión de impuestos en España.
En una respuesta por escrito a preguntas del ICIJ y sus socios, la firma dijo que “no alberga o promueve actos ilegales. Sus alegatos de que proveemos a los accionistas con estructuras supuestamente diseñadas para esconder la identidad de los verdaderos propietarios son completamente infundadas y falsas”.
Esta colaboración entre periodistas ha sido la más grande jamás producida, en la cual se rastrearon archivos corporativos, registros de propiedad, declaraciones financieras, y documentos judiciales, entre otras fuentes.
Reporteros del Süddeutsche Zeitung obtuvieron millones de registros de una fuente confidencial y los compartieron con ICIJ. Los medios involucrados no pagaron por los documentos.
El crimen del siglo
Antes del amanecer del 26 de noviembre de 1983, seis personas se infiltraron en el depósito de Brink’s-Mat en el Aeropuerto Heathrow de Londres.
Los ladrones ataron a los guardias de seguridad, los empaparon en gasolina, encendieron un fósforo y amenazaron con prenderles fuego si no abrían la bóveda del depósito. Esta banda se llevó casi mil barras de oro, además de diamantes y dinero en efectivo.
Los medios británicos llamaron a este robo el “Crimen del Siglo” . Ahora, documentos en los archivos de Mossack Fonseca revelan que la firma y su cofundador, Jürgen Mossack, ayudaron a los ladrones a mantener el botín fuera de las manos de las autoridades.
Un análisis por parte del ICIJ de los archivos filtrados encontró que más de 500 bancos, sus subsidiarias y sucursales trabajaron con Mossack Fonseca desde 1990 para asistir a sus clientes en usar compañías offshore.
En total, los archivos indican que Mossack Fonseca trabajaba con más de 14 mil bancos, firmas legales y otros intermediarios para establecer compañías, fundaciones y fondos para clientes.
Mossack Fonseca dice que éstos intermediarios son sus verdaderos clientes, no quienes usan las compañías offshore. En cuanto a sus propios procedimientos, argumentan que a menudo exceden “las reglas y estándares existentes a los que nosotros y otros estamos atados”.
Expuesto políticamente
El 10 de febrero de 2011, una compañía anónima en las Islas Vírgenes Británicas llamada Sandalwood Continetal Ltd., prestó 200 millones de dólares a una firma igual de misteriosa, ubicada en Chipre, llamada Horwich Trading Ltd.
Al día siguiente, Sandalwood -la compañía que hizo el préstamo- asignó los derechos de recolectar pagos por el préstamo – incluyendo intereses – a Ove Financial Corp., una firma de las Islas Vírgenes Británicas.
Por esos derechos, Ove pagó un dólar. Pero la historia no terminó ahí: ese mismo día, ésta última empresa reasignó sus derechos a recolectar el préstamo a una compañía de Panamá llamada International Media Overseas. Esta también pagó un dólar.
En el período de 24 horas el préstamo había, en papel, atravesado tres países, dos bancos y cuatro compañías, volviendo prácticamente imposible de rastrear el origen del dinero.
Y es que había varias razones para hacerlo así: el rastro del dinero estaba demasiado cerca del líder ruso Vladimir Putin.
El Banco Rossiya, con base en San Petersburgo, una institución cuyo dueño mayoritario ha sido llamado uno de los “cajeros” de Putin, fundó Sandalwood Conntal y dirigió el flujo de dinero.
International Media Overseas –la última de las firmas encargada de recolectar el dinero- era controlada, en papel, por uno de los más viejos amigos de Putin, Sergey Roldugin, un chelista clásico y el padrino de la hija mayor del presidente ruso.
El préstamo de 200 millones de dólares era una de las docenas de transacciones que sumaban al menos 2 mil millones de dólares hallados en los archivos de Mossack Fonseca que involucran a personas o compañías relacionadas a Putin.
A menudo, Mossack Fonseca parecía no percatarse de quiénes eran sus clientes. Una auditoría interna de 2015 halló que la firma conocía las identidades de los dueños reales de sólo 204 de las 14 mil 86 compañías que había incorporado en Seychelles, un paraíso fiscal en el Océano Índico.
Las autoridades de las Islas Vírgenes Británicas multaron a Mossack Fonseca por 37 mil 500 por violar reglas anti-lavado, debido a que la firma incorporó una compañía para el hijo del ex presidente egipcio Hosni Mubarak pero no identificó la conexión, incluso después de que padre e hijo fueran acusados de corrupción.
Los registros muestran, por ejemplo, que la familia del presidente de Azerbaiyán, Ilham Aliyev, utilizó fundaciones y compañías en Panamá para sostener acciones secretas en minas de oro y bienes raíces en Londres.
Los hijos del primer ministro paquistaní, Nawaz Sharif, también poseían bienes raíces en Londres a través de compañías creadas por Mossack Fonseca, indican los registros de la firma.
Los familiares de al menos ocho miembros actuales y pasados del Comité del Politburó de China, el principal cuerpo gubernamental del país, tienen offshores manejadas a través de Mossack Fonseca, incluido el cuñado del presidente Xi Jinping, quien estableció dos compañías en las Islas Vírgenes Británicas en 2009.
El actual presidente de Argentina, Mauricio Macri, era director y vicepresidente de una compañía de las Bahamas manejada por Mossack Fonseca cuando era un empresario y alcalde de la capital argentina. Un vocero de Macri dijo que el presidente nunca fue personalmente propietario de acciones en la firma, que era parte de los negocios de su familia.
Durante los días más sangrientos de la invasión rusa a la región Donbas de Ucrania, en 2014, los documentos muestran que representantes del líder ucraniano Petro Poroshenko buscaron con urgencia una copia de una factura de servicios del hogar para él, para completar el papeleo para crear una compañía en las Islas Vírgenes Británicas.
Un vocero de Poroshenko dijo que la creación de la compañía no tenía relación con “eventos políticos o militares en Ucrania”. Los consejeros financieros de Poroshenko dijeron que el presidente no incluyó a la firma de las Islas Vírgenes en su declaración financiera de 2014 porque ni esa compañía ni dos compañías relacionadas en Chipre y Países Bajos tenían bienes algunos.
Dijeron que las compañías eran parte de una reestructuración corporativa para facilitar la venta el negocio de confección de Poroshenko.
Fraude en Islandia
Cuando Sigmundur David Gunnlaugsson se convirtió en primer ministro de Islandia en 2013, ocultó un secreto que podría haber dañado su carrera: él y su esposa compartían la propiedad de una compañía offshore en las Islas Vírgenes Británicas la cual compraron desde que él entró al parlamento en 2009.
Meses después, vendió su parte de esa compañía a su esposa… en 1 dólar.
Lo importante era que esa empresa tenía bonos que originalmente valían millones de dólares en tres grandes bancos islandeses, los cuales colapsaron durante la crisis financiera global de 2008, lo que la transformó en acreedora.
El gobierno de Gunnlaugsson negoció un acuerdo, precisamente con los acreedores el año pasado, sin revelar el interés financiero de su familia.
Encubrimientos offshore
En 2005, un barco de turismo llamado Ethan Allen se hundió en el lago George de Nueva York, con un saldo de 20 turistas de avanzada edad ahogados. Luego de que los sobrevivientes y las familias de los fallecidos demandaron, se enteraron de que la compañía turística no tenía seguro porque unos estafadores le habían vendido una póliza falsa.
Malchus Irvin Boncamper, un contador de la isla caribeña de St. Kitts, se declaró culpable en una corte de Estados Unidos, en 2011, por haber ayudado a los estafadores a lavar las ganancias de sus fraudes.
Esto creó un problema para Mossack Fonseca, porque Boncamper había sido el prestanombres – un director “nominario” – para 30 compañías creadas por la firma.
Al enterarse de la condena criminal de Boncamper, Mossack Fonseca actuó rápidamente. Dijo a sus oficinas que reemplazaran a Boncamper como director de las compañías y que atrasaran las fechas de los registros para que pareciera que los cambios habían tenido lugar, en algunos casos, una década antes.
En la “Operación Lavado de Autos” en Brasil, los fiscales alegaron que empleados de Mossack Fonseca destruyeron y escondieron documentos para enmascarar la participación de la firma en lavado de dinero.
Un documento policial dice que, en un momento, un empleado de la sucursal brasileña de la firma envió un correo electrónico instruyendo a sus compañeros para que escondieran los registros relacionados con un cliente que era blanco de una investigación policial: “No dejen nada. Los voy a guardar en mi auto o en mi casa”.
En Nevada – según indican los archivos filtrados-, empleados de Mossack Fonseca borraron los vínculos entre la sucursal de la firma en Las Vegas y su central en Panamá, a fin de anticiparse a una orden de la Corte de Estados Unidos para que entregaran información sobre 123 compañías.
En abril de 2013, luego de que ICIJ publicara sus artículos de “Filtraciones Offshore”, basadas en documentos confidenciales de las Islas Vírgenes Británicas y Singapur, algunos clientes de Mossack Fonseca escribieron a la firma pidiendo que se les aseguraran que sus bienes.
Mossack Fonseca dijo a sus clientes que no se preocuparan. La compañía aseguró que el compromiso con la privacidad de sus clientes “siempre ha sido prioridad, y respecto a eso, su información confidencial se almacena en nuestro centro de datos de alta tecnología, y toda comunicación dentro de nuestra red global se lleva a cabo a través de un algoritmo de encriptación acorde a los estándares más altos a nivel mundial”.