Por: Redacción CRITERIO/SUMMA
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El estado de derecho, el tamaño del gobierno, la eficiencia reguladora y los mercados abiertos son algunos de los aspectos evaluados
Cuando se trata de libertad económica Costa Rica es el número uno en Centroamérica y número 51 en el mundo. Así lo evidenció la Fundación Heritage en el Índice Global de Libertad Económica 2015.
Este índice mide 10 libertades económicas de 165 países, agrupadas en cuatro categorías las cuales se distribuyen de la siguiente manera:
-Estado de derecho: derechos de propiedad, libertad frente a la corrupción
-Tamaño del gobierno: libertad fiscal, gasto público
-Eficacia reguladora: libertad empresarial, libertad laboral, libertad monetaria
-Apertura de los mercados: libertad comercial, libertad de inversión, libertad financiera.
En la región comprendida por Centroamérica y Sudamérica, todos, salvo ocho países, recibieron un puntaje de libertad económica entre 50 y 70.
De las seis economías centroamericanas, todas excepto las de Nicaragua y Honduras se encuentran en la categoría “mayormente libre”, un nivel por debajo de “libre”, pero por encima de “mayormente controlada” o “reprimida”.
Después de Costa Rica, El Salvador es el segundo en la región, mientras que Honduras es último.
Hong Kong es el primero en el mundo, mientras que Corea del Norte queda en la última casilla mundial.
Para la edición de este año, la Fundación Heritage reportó que la libertad económica aumentó a nivel mundial por tercer año consecutivo, alcanzando un nivel récord de 60,4 puntos frente los 60,3 de 2014 y 59,6 unidades de 2013.
A pesar del progreso global registrado en 2015, el número de personas que viven sin libertad económica es perturbadoramente alto: 4.500 millones de personas que representan el 65 % de la población mundial.
Para la edición de este año, la Fundación Heritage reportó que la libertad económica aumentó a nivel mundial por tercer año consecutivo, alcanzando un nivel récord de 60,4 puntos frente los 60,3 de 2014 y 59,6 unidades de 2013.
A pesar del progreso global registrado en 2015, el número de personas que viven sin libertad económica es perturbadoramente alto: 4.500 millones de personas que representan el 65 % de la población mundial.