Por: Roberto Álvarez González
Para el año de 1881 no existían médicos en Honduras. En 1882 se organizó la facultad de medicina en Honduras.
Y fue hasta el 9 de agosto de 1968 que se suscribió un documento por el Ministerio de Salud Pública y Asistencia Social y la Universidad Nacional Autónoma de Honduras, para la planificación, administración y ejecución del proyecto Hospital Escuela, el cual se convirtió en el único Hospital Nacional en Tegucigalpa con servicio de emergencia en todas las especialidades para niños y adultos, con cobertura la 24 hora de los días del año ininterrumpidamente. En el año 2012 el tristemente recordado presidente José Porfirio Lobo Sosa decide transferir la administración de el Hospital Escuela a la UNAH. Nace el HEU con la visión: Queremos ser un hospital público descentralizado, de especialidades, con vocación de liderazgo, servicio de investigación y docencia, que con el apoyo de organismos internacionales e instituciones filantrópicas podamos satisfacer integralmente las necesidades de atención en salud de la población con calidad, calidez y humanismo, contando con personal competente dispuesto, motivado y realizado con afán permanente de aprender, mejorar y honrar nuestros valores y principios éticos; velando por el respeto a los derechos y dignidad de nuestros usuarios. Con la Misión: Somos una institución pública de servicios especializados de salud integral, oportuna y de alta calidad, siendo además una institución que contribuye al desarrollo científico de la salud y a la formación de recursos humanos a través de un proceso que incorpora las nuevas tendencias de atención en salud con una administración eficiente y transparente.
Bonito en el papel
Dentro de este marco histórico es importante mencionar que cuando se inició en Honduras la asistencia médica hospitalaria, el ser humano era más humano, el médico y la enfermera eran verdaderos apóstoles de la salud. Al pasar del tiempo cuando se organizó la Secretaría de Salud, también los trabajadores se organizaron, aparecieron dirigentes que lo único que buscaban era su propio beneficio económico, obtener prebendas y se cobijaron bajo ideologías de reinvindicación, siendo al final tamizados como izquierdistas, pero en realidad en su mayoría eran seudo-líderes, vividores, traidores a la patria y a la vida; porque los verdaderos líderes tienen convicciones, no se venden y no claudican, prefieren perder sus cuerpos pero no sus ideas.
Médicos, enfermeras, camilleros, despachadores de medicamentos, técnicos de rayos x, técnicos anestesistas al obtener su plaza se acomodaron, nunca abrieron su boca por las injusticias que cometían sus compañeros al ser apáticos al dolor de un pueblo, pero si prestos a ir a huelgas y marchas para obtener sus beneficios económicos, siempre defendiendo sus bolsillos.
En un momento de la historia por conveniencia de quienes manejan la geopolítica se fortalecieron los grupos llamados de derecha y siguió la misma canción, se apoderaron otras pirañas, pero de diferente color, las cuales controlan en la actualidad la salud pública en Honduras, fortaleciendo la descentralización y la privatización de hospitales, clínicas materno infantiles y centros de salud, con el objeto de concentrar su manipulación por ONGs que están en manos de la camarilla que desgobierna Honduras. Y , todo esto ha sucedido por la falta de beligerancia, el acomodamiento y la apatía de aquellos grupos que se autodenominaron de izquierda pero que nunca tuvieron la visión de dirigir para transformar la realidad colectiva de la Nación.
El crimen organizado que se ha apoderado de la vida económica, social y política de nuestra Querida Honduras, ve la vida como un enorme mercado donde lo único que funciona es el dinero sin importar el ser humano, crea un mercado de consumidores de narcóticos para justificar el narcotráfico de los mismos.
En nuestra república a finales de la década de los 70 del siglo pasado la cúpula militar se ligó al narcotráfico; al pasar los años cuando el gobierno de los E.U. decidió que se suprimiera el servicio militar en Honduras porque muchos de los batallones estaban sirviendo de almacenes de narcóticos y comandantes utilizaban infraestructura de los mismos para facilitar el almacenamiento y el paso de droga en Honduras, decidieron dedicarse al tráfico de armas y luego a la seguridad privada creándose compañías de seguridad donde laboran ex militares y ex policías. Para que el negocio floreciera decidieron crear una nación de inseguridad y empezaron los asaltos a bancos perpetrados por miembros del ejército y la policía -ver periódicos de la época- con la complicidad del aparato político y empresarial de Honduras que dándose cuenta no decidieron actuar con valentía y prefirieron ser pusilánimes y acomodados permitiendo que creciera un aparato paramilitar formado casi en su totalidad por delincuentes.
Hoy Honduras está coaptada por este organigrama del crimen organizado, y, podemos ver a lo largo y ancho del país Hospitales, clínicas, Bancos, Instituciones estudiantiles (incluso la UNAH), empresas corporativas, restaurantes, hoteles y todo lo que huele a actividad económica humana, secuestradas por estas empresas de seguridad privada que ven a los que entran a estos lugares como delincuentes, y, los que están adentro, los que se creen que son protegidos al final se dan cuenta que están también como presos. Presos los de adentro y presos los de afuera. Crearon en Honduras un sistema carcelario dirigido por delincuentes, y ésta, es la respuesta al por qué de las constantes anomalías del personal de “seguridad” de los hospitales en Honduras.
Actúan como entes carcelarios. Múltiples han sido los casos de agresiones perpetradas por guardias de “seguridad” contra pacientes, acompañantes e incluso periodistas y médicos (ver Periódico El Heraldo de fecha 26 de Octubre de 2001). El 7 de julio de 2016 suspendieron a dos guardias del Hospital Escuela Universitario por agreder a la Diputada Nacionalista María Emérita Bardales, parlamentaria por el Departamento de Choluteca, quien acudió a dicho centro hospitalario a visitar a un familiar que estaba recibiendo asistencia médica, los guardias la golpearon y la insultaron.
Otro ejemplo de anomalías propias del Crimen Organizado podemos verlo en la licitación hecha hace 3 años para que compañías de seguridad presentaran sus ofertas; se presentaron 3 compañías a licitación, 2 se retiraron porque alegaron estar siendo amenazadas de muerte por una que al final fue la que ganó y que posteriormente parece que fue intervenida. Para muestra un botón.
Pobres ciegos unos y otros, responsables del desastre de la Salud Pública en Honduras. Desconocen el valor de la Vida. No se dan cuenta que el daño que causan a los demás tarde ó temprano se revertirá en ellos mismo, en sus familias, en los seres más queridos, ya que uno de los principios universales dice que el mal o el bien que hagas a los demás recaerá tarde o temprano sobre tu cabeza.
Por eso al observar la historia de la humanidad vemos que los traidores tienen su paga y los constructores la suya.
Lo que tú siembres eso cosecharás.
La sociedad hondureña es una sociedad apática, castrada, que está recibiendo las consecuencias de su actitud. Recordemos al gran fisiólogo ruso Iván Petrovich Pávlov ganador del premio nóbel de Medicina en 1904 quien dijo: a toda acción una reacción.
Los jóvenes que son la fuerza motriz de una nación, que están llenos de ilusiones y esperanzas, en su mayoría en Honduras para utilizar como válvula de escape a su realidad se enrolan en las maras, otros se arriesgan y emigran ilegalmente a Estados Unidos de Norte América, cayendo la mayoría en manos de los carteles mexicanos para los cuales terminan trabajando en Estados Unidos, distribuyendo drogas, y al pasar del tiempo regresan a nuestro país siempre ligados a los carteles para seguir haciendo su trabajo de distribución y creando su propio infierno, la destrucción de la patria que los vio nacer y donde nacieron sus padres, abuelos e hijos. Pocos quedan en nuestro país luchando a través del estudio, pero con la meta siempre de emigrar. Otra porción de la sociedad es parte de la tercera edad, vencidos por la vida, apáticos, quejumbrosos de sus achaques físicos, conversando y quejándose de su realidad en los cafetines ó en las cantinas y vegetando, sin decir silenciosamente que ellos son co- participes, pero que se acomodaron en su época, manteniendo como paga vivir en un sistema reducido a la más baja expresión vital. Dirigiendo, es decir desgobernando esta sociedad una mafia que también tiene su pago al tener grandes recursos económicos en el exterior que solo benefician a la nación donde están, mientras ellos viven en sus mansiones rodeados de la miseria expresada en todos sus parámetros.
Honduras un pueblo triste caracterizado por policías en hospitales que actúan como custodios de presidios. Policías en la calle que ven a la ciudadanía como delincuentes. Policías municipales vigilando y persiguiendo al pueblo trabajador. Policía militar rondando las calles para simular que protegen al pueblo de los delincuentes, siendo los delincuentes sus patrones, los que controlan la nación. Orejas – informantes- parte de un aparato de represión que se venden por unas pocas monedas para vigilar a sus compatriotas que no están de acuerdo con la mafia que desgobierna la república.
Una realidad apegada a la frase del escritor hondureño Rafael Heliodoro Valle, quien expresara que la Historia de Honduras puede ser escrita en una lágrima.
*Roberto Álvarez González. Consultor OPS-OMS, Miembro de IFLAC (Foro Internacional para la Literatura y Cultura de Paz) con sede en Israel.
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Tengo algunos años de experiencia y me encanta practicar el periodismo incómodo que toque los tinglados del poder, buscando cambios en la forma de gobernar y procurar el combate a la corrupción, develando lo que el poder siempre quiere ocultar. Ver todas las entradas