Tegucigalpa. – Se estima que en Honduras al menos 1.2 millones de niñas, niños y jóvenes están excluidos del sistema educativo, una cifra alarmante tomando en consideración que hay una población de casi tres millones de personas en edades que oscilan entre 3 y 17 años.
Datos del Instituto Nacional de Estadísticas (INE) refieren que para el 2024 se registró una matrícula de 1,809,105 estudiantes en los niveles prebásica, básica y media.
Asimismo, para el 28 de mayo de 2024, el INE estimó una población infantil en edad de estudiar de 2,912,578, pero, de estos, apenas 1,736,791 estaban registrados en el censo educativo, lo que indica que al menos 1,175, 787 se encuentran fuera del sistema de educación.
De acuerdo con el INE, la población fuera del sistema educativo en edades de 5 a 17 años, es de 845,258 y de 3 a 17 años de 1,175,787, pero analistas consideran que, debido a las brechas para obtener datos actualizados, la exclusión escolar es 1.2 millones.
Carlos Sierra, representante del Centro de Investigación y Promoción de los Derechos Humanos (Ciprodeh), expusó que la baja cobertura educativa abarca a más o menos un millón de niñas, niños y adolescentes y que dicho factor se vincula con la poca disponibilidad recursos en el hogar y la búsqueda de nuevas oportunidades que se traducen a la migración infantil.
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Wilmer Vásquez, director ejecutivo de la Red Coordinadora de Instituciones Privadas Pro las Niñas, Niños, Adolescentes, Jóvenes y sus Derechos (Coiproden), manifestó a Criterio.hn que, pese a que la educación está garantizada como un derecho fundamental dentro de la Constitución de la República, el acceso ha ido en declive por las complejas condiciones económicas y porque no se ha logrado aprobar un presupuesto que responda a las necesidades.
Vásquez amplió que en este país centroamericano se vienen arrastrando grandes rezagos educativos que se incrementaron con la pandemia de la Covid-19, cuando las autoridades educativas determinaron suspender las clases presenciales, “no solamente trajo consigo enfermedad y muerte, sino que debilitamiento en la economía, falta de oportunidades de empleo para la familia y esas condiciones de pobreza, de extinción y miseria contribuyen a que las niñas y niños que deberían estar en la escuela no lo estén”.
En Honduras cada 11 de junio se celebra el Día del Estudiante, una fecha que rinde honor al natalicio del padre José Trinidad Reyes, el fundador de la educación superior en el país.
EXCLUSIÓN EN LA EDUCACIÓN SUPERIOR
La problemática de educación en Honduras no abarca únicamente a la educación prebásica, básica y media, pues datos estadísticos proporcionados a Criterio.hn por la Dirección del Sistema de Admisión de la Universidad Nacional Autónoma de Honduras (UNAH), apuntan que entre 2019 a 2022, 28, 518 estudiantes quedaron excluidos al no alcanzar el puntaje requerido para ingresar a la máxima casa de estudios.
Y en 2023, de acuerdo a las estadísticas, de 13,388 aspirantes que se presentaron en septiembre a realizar la Prueba de Aptitud Académica (PAA), apenas un 71.9% fueron admitidos, dejando por fuera al 28.1% de los aspirantes.
Un informe de la Dirección de Admisión de la UNAH establece que, desde la implementación de la PAA, en diciembre de 2016, se aplicaron 540,741 PAA en todos los campus del país, quedando excluidos más de 10,000 estudiantes, y con ello se genera la interrogante; ¿será la PAA un filtro de exclusión en la educación superior pública?
Especialistas en el tema educativo señalan que la aplicación de la PAA tiene un elemento fuertemente ligado a la desigualdad social, ya que se ha demostrado que los jóvenes provenientes, en su mayoría, de áreas rurales son los que menos oportunidad tienen de aprobar la PAA y por ende de ingresar a la UNAH.
“Aquellos que vienen del área rural y de hogares más pobres, son los que menos ingresan y ese es un problema que no se puede dejar de lado, expuso Rusbell Hernández, director del Instituto de Investigación y Evaluación Educativas y Sociales (INIEES), de la Universidad Pedagógica Nacional Francisco Morazán (UPNFM), en agosto de 2023, durante una entrevista con Criterio.hn.
El 16 de febrero de 2023, el diputado del Partido Libertad y Refundación (Libre), Rasel Tomé, propuso, durante una sesión en el Congreso Nacional, la eliminación de la PAA, planteando en su lugar la aplicación de un examen de orientación.
La propuesta de Tomé fue rechazada por el entonces rector de la UNAH, Francisco Herrera, al argumentar que la máxima casa de estudios es una institución autónoma del Estado.
NUEVA MEDIDA DE LA UNAH
Este lunes 10 de junio, las autoridades de la UNAH presentaron un informe sobre los resultados del primer proceso de admisiones de 2024, en el que participaron 12,999 aspirantes a nivel nacional.
De acuerdo con los datos de la Dirección de Admisión de la Universidad Nacional Autónoma de Honduras, 8,387 fueron admitidos, mientras que 4,612 no alcanzaron el puntaje mínimo de ingreso que es de 700 puntos.
Ante esto, el rector de la UNAH, Odir Fernández, anunció que en junio se someterá a Consejo Universitario una medida para permitir el acceso bajo matrícula condicionada para más de 4,500 aspirantes que no aprobaron.
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FENÓMENO DE LOS NINIS
Otro fenómeno que ha tocado las puertas de la juventud hondureña es la existencia de “ninis”, un término peyorativo con el que se define a las y los jóvenes que no trabajan ni estudian.
“Es una población complicada porque si no trabajan dependen de sus padres y si no estudian no se forman, y tienen pocas posibilidades”, apuntó el exministro de Educación y actual director de Educación de la Asociación para una Sociedad más Justa (ASJ), Marlon Escoto.
De acuerdo con un boletín, emitido en mayo de 2024, por el Consejo Hondureño de la Empresa Privada (Cohep), más de 971,000 hondureños entre 12 y 30 años no trabajan ni estudian, y de estos 700,000 corresponden a mujeres. Los datos del Cohep señalan que el 60% de estos se dedican a los quehaceres del hogar, y un 56%, que representa a 541,599 personas, viven en zonas rurales.
El informe precisa además que el 69% de esta población cumple únicamente con los estudios de educación primaria, mientras que un 3% de estos forman parte de las personas con condiciones de discapacidad.
Según el exministro de educación, Marlon Escoto, los que no trabajan y no estudian generan una preocupación porque no están contribuyendo a la economía y tampoco están en proceso de formación para que en algún momento puedan ser parte de la economía.
Sin embargo, Escoto, cifró las esperanzas de que estas personas puedan incorporarse al mercado laboral y a la vida formativa a través de programas y proyectos que propicien el vínculo con un empleo.
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Periodista junior de investigación y actualidades en temas de derechos humanos y luchas territoriales de los pueblos indígenas. Ver todas las entradas Periodista