Honduras camina en el trapecio sin red de los Estados Unidos

Por: Carlos Zelaya Herrera

Por qué podría ser que un gobierno impopular, violador de derechos humanos, desgastado en su institucionalidad por irrespetar la Constitución de la República, además de falto de credibilidad al incumplir compromisos políticos busca encausar a Honduras en la geopolítica de EEUU hacia Siria, con sus implícitas ramificaciones a todo el mundo árabe.

No sé en qué gobierno liberal o cachureco un alto funcionario propuso meter al país en la aventura de otro conflicto internacional de EEUU en el mundo, pero ya hubo ese antecedente y ahora el régimen de Juan Hernández se mueve últimamente con mucha dinámica en situaciones de EEUU respecto a Israel y ahora con Siria.

Y, ¿Quién pone los muertos al vernos envueltos en un conflicto tan profundo, grave e incierto como es el árabe-judío-palestino, serán los hijos de los políticos que desgobiernan a Honduras; ¿o de los altos jerarcas de la empresa privada, iglesias, de militares y policías de este país, no lo creo?

Dos países que ya se enfrentan en el conflicto por Palestina y de que EEUU insiste en derrocar al gobierno de Bashar Al Assad con justificaciones similares a las que dieron pie a la invasión de Iraq; cuando en Honduras arrecian la inseguridad, impunidad, crisis económica, aumento de la pobreza y de la miseria, crímenes con saña de jóvenes de ambos sexos que persisten en impunidad.

Lo que diga un gobernante en materia de política exterior y compromisos con un país dominante, como lo es la «amenaza» de enviar soldados a combatir en una con una tercera nación es sumamente delicado para el resto de la población que viven en esos países.

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Tenemos tantas carencias, problemas seculares y otros de fondo relacionados con la legalidad y la legitimidad institucional desde el mismo momento del golpe de Estado del 28 de junio de 2009, contra el gobierno liberal del presidente y líder opositor Manuel Zelaya Rosales, que un zarzal como el que promete dejarnos esta desigual relación, para nada es que se necesita.

Quizás la prensa hondureña lo haga invisible o en verdad no le interese, pero tengo la noción de que para el mundo árabe no pasó desapercibido el tratado de cooperación militar firmado recién entre Honduras e Israel, con una inversión inicial de unos 2 mil millones de lempiras para reparar los aviones de la Fuerza Aérea Hondureña.

Con la envergadura de dichas decisiones podría ser que Juan Hernández esté pagando a los gringos el favor de reconocerle el poder usurpado, o que las extradiciones no caigan sobre él y su hermano Antonio, por presunta corrupción y supuestos vínculos con el narcotráfico. 

Otro aspecto es el negocio de vender a la sociedad en general la seguridad necesaria que conlleva el ser un “aliado” del “tío Sam”, elemento este que por sí mismo liga con el negocio de la venta de equipos y armas de uso militar.

Hemos caído en una espiral de armamentismo e inserción de Honduras en el contexto geopolítico de problemas del mundo árabe, sin importar las consecuencias para el país y el pueblo catracho en general.

Y es ahí en donde se encuentra el negocio que interesa a los halcones republicanos y demócratas, a la industria militar y al establecimiento de bases militares que aseguran mayor dominio territorial a EEUU en el país, la región y el mundo.

La guerra fría ha vuelto y hoy podríamos revivirla en una dimensión inimaginable, gracias a las imposiciones de Washington y el servilismo de quienes de forma ilegal e ilegítima manejan las riendas del poder en el país. 

Todo un tablero de ajedrez en el que nos mete JOH con esto y lo de trasladar la embajada en Israel de Tel-Aviv a Jerusalén, cuya condición también reclama Palestina, de realidades como esta es que he dicho: «Cuánto dueles Honduras»…