La incertidumbre sobre los resultados electorales sigue presente en Honduras, una semana después de las elecciones generales del 30 de noviembre aun no hay datos claros de quien ganó el proceso.
La falta de un conteo detallado acta por acta y de mecanismos de respaldo ha aumentado la desconfianza, recordando retrasos e irregularidades de elecciones pasadas.
Por: Doris Sánchez
Tegucigalpa.- En Honduras, la entrega de los resultados electorales está tomando más tiempo de lo habitual, y la población sigue sin saber quién asumirá la presidencia del 27 de enero de 2026.
Problemas técnicos en el sistema de Transmisión de Resultados Electorales Preliminares (TREP), conteo interrumpido por largas horas, junto con la falta de planes de respaldo y revisiones independientes, han detenido el avance del conteo.
Observadores internacionales y expertos locales señalan que solo un escrutinio completo, supervisado por partidos políticos y ciudadanos, puede garantizar que todos los votos sean contabilizados de manera justa y transparente. La demora está generando preocupación y reaviva las mismas irregularidades de procesos anteriores.
A más de una semana de las elecciones generales, Honduras continúa sin conocer oficialmente quien asumirá el poder, debido a fallas persistentes en el sistema encargado de transmitir los resultados preliminares. Este retraso prolongado ha generado un clima de inquietud en la población, que esperaba información clara horas después del cierre de las Juntas Receptoras de Votos.
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El sistema de Transmisión de Resultados Electorales Preliminares (TREP), diseñado para digitalizar y enviar de forma inmediata las actas de cierre, no logró operar con la estabilidad requerida en un proceso nacional de esta magnitud. Su desempeño irregular ha detenido el proceso de contabilizar los datos electorales y ha impedido que los resultados avancen con la transparencia que la ciudadanía demanda.
Un comunicado de la Misión de Observación Electoral Internacional de la Confederación Permanente de Partidos Políticos de América Latina y el Caribe (COPPPAL), las fallas actuales no surgieron de manera inesperada. La misión afirma que desde semanas previas había advertido al Consejo Nacional Electoral (CNE), que el sistema presentaba debilidades capaces de afectar tanto la velocidad como la integridad de la transmisión.
El informe técnico entregado antes de los comicios describiría problemas estructurales en el TREP, como la ausencia de auditorías independientes, la falta de controles de seguridad detallados y el uso de tecnologías que no habían sido validadas de forma consensuada por todos los actores electorales. Para los especialistas, estos factores representaban riesgos serios para la confidencialidad del proceso.
La simulación del sistema TREP, realizado el 9 de noviembre dio señales que el sistema no contaba con suficiente capacidad de respuesta ante una eventual saturación: provocando caídas de sistema, interrupciones y demoras significativas. Esta falta de mecanismos de respaldo generaba un escenario vulnerable en un proceso electoral que exige precisión y estabilidad desde el primer momento.
El comunicado de la COPPPAL enfatiza que, sin pruebas de desempeño, auditorías completas y simulaciones a nivel nacional, era imposible que el sistema enfrentara fallas en el momento más crítico: la noche electoral y los días posteriores. Estas advertencias buscaban evitar un retraso prolongado como el que hoy afecta al escrutinio oficial.
Entre las recomendaciones presentadas figuraba la necesidad de contar con centros de respaldo que garantizaran la continuidad de la transmisión en caso de fallos del sistema principal. También se sugería una capacitación más eficiente del personal técnico para responder ante incidentes operativos o ataques cibernéticos que pudieran comprometer la integridad de los datos.
Otra propuesta técnica consistía en incorporar un módulo de digitación directa de actas en las Juntas Receptoras de Votos, con el fin de registrar la información antes de la transmisión y reducir la dependencia del escaneo completo de documentos. Esta medida buscaba ofrecer mayor exactitud desde el origen de los datos.
El documento insistía además en la importancia de verificar cada acta de manera presencial antes de su envío digital, para asegurar que la información transmitida coincidiera con la registrada por los representantes acreditados en cada Junta Receptora de Votos. Esta doble revisión podría fortalecer el control del escrutinio.
Según el comunicado, gran parte de estas recomendaciones no fueron aplicadas, y la ausencia de acciones preventivas ha influido directamente en la situación actual, donde la transmisión parcial e inestable de datos ha generado preocupación y desconfianza entre la ciudadanía y distintos sectores políticos.
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RETRASOS Y FALLAS TÉCNICAS ALIMENTAN LA DESCONFIANZA CIUDADANA
La prolongada falta de claridad ha abierto espacio para cuestionamientos sobre la transparencia del proceso. En un contexto donde la confianza institucional ya es frágil, el retraso en los resultados alimenta temores de incertidumbre y que se puedan derivar en tensión social o políticas.
Ante este panorama, la misión solicita que el escrutinio se abra por completo y que se proceda a un conteo acta por acta con la presencia de partidos, candidatos y observadores, como mecanismo para dar certeza y comprobar que cada documento coincida con los datos en circulación.

Carlos Sierra Coordinador de Proyectos CIPRODEH Carlos Sierra, dijo a Criterio.hn que, desde los meses de junio y julio, tanto en conferencias con la prensa como en comunicados entre los concejales, se manifestaron fuertes dudas alrededor de la fiabilidad del sistema de transmisión de datos.
La evidencia más pública fue el 9 de noviembre, donde se realiza el simulacro para revisar la transmisión de datos, y tanto el consejero Ochoa como posteriormente las dos consejeras del CNE, mencionan que existieron fallas estructurales en la transmisión de datos.
También agregó que esos avisos, al parecer, no fueron tomados en cuenta o no se les dio el tratamiento debido para poder superar esos elementos.
Además, manifestó que “la principal implicación que tiene es lo que estamos viviendo en este momento. ¿Qué significa? Que estamos a casi nueve días de haberse desarrollado el concepto de elección y el CNE, no haya podido dar un dato inicial o concluyente alrededor del nivel electivo presidencial”.
Carlos Sierra señaló que se debe respetar el voto porque es un derecho político que tenemos los hondureños. Protegerse es respetar que ese voto se se pueda realizar, en segundo lugar se cuente, y en tercer lugar se proteja el resultado.
“Y en estos momentos tenemos serias dudas si el voto que emitió la ciudadanía el 30 de noviembre se está protegiendo y respetando”. concluyó Sierra.
Esta demora vuelve a recordar a los hondureños lo que ocurrió en las elecciones de 2017, cuando Juan Orlando Hernández buscaba la reelección en un ambiente marcado por la tensión y las dudas. Aquella noche, el conteo preliminar daba la ventaja a Salvador Nasralla, pero el sistema de transmisión se detuvo de forma repentina. Fueron horas de espera e incertidumbre, con la población pendiente de cualquier actualización que no llegaba. Cuando el sistema retomó su funcionamiento, los resultados habían cambiado y después favorecían a Hernández. Para una ciudadanía que exigía claridad, ese giro inesperado dejó una sensación de desconfianza que sigue presente hasta hoy.

Las misiones de observación, señalaron fallas, inconsistencias y un proceso poco transparente que nunca terminó de aclararse. Esa falta de claridad tuvo un costo real. La gente salió a las calles impulsada por la frustración y el temor que su voto no hubiera valido. Las protestas se extendieron por todo el país: calles bloqueadas, quemas de llantas, comercios cerrados por miedo a los saqueos. En medio del desorden, varios hondureños murieron y decenas resultaron heridos. Muchas familias quedaron marcadas por el dolor y la percepción que la democracia no se respetó.
Desde entonces, cualquier falla técnica, retraso o falta de claridad en la transmisión de resultados activa nuevamente el mismo temor: que los problemas de ese año puedan repetirse. Por eso, hoy, frente a nuevas demoras y dificultades en el manejo de datos, una parte importante de la población vuelve a desconfiar del proceso.
La COPPPAL, advierte que no se debe repetir lo ocurrido en 2017, cuando de acuerdo con las denuncias señaladas por múltiples sectores en ese momento y citadas en el comunicado, Juan Orlando Hernández habría logrado su permanencia en el poder en medio de acusaciones de fraude y pese a que la reelección presidencial se considerada ilegal.





