A criterio de Héctor Soto, “las elecciones no están en juego. Lo que está en juego, es la calidad de las elecciones”
El fraude electoral en Honduras, en este momento, es más una narrativa que un hecho comprobado, y esa narrativa está habilitando otros riesgos democráticos y de gobernabilidad”, expresó Héctor Soto, analista electoral.
Tegucigalpa, Honduras. – La crisis al interior del Consejo Nacional Electoral (CNE) y que mantiene en una laboriosa y publicitada discusión sobre anticipados fraudes cruzados, continuará, porque favorece la narrativa del tripartidismo en Honduras.
Así lo planteó el analista electoral Héctor Soto durante su participación en el foro “El fraude electoral en Honduras: ¿hay salidas democráticas?”, en el que también intervinieron Ligia Ramos, diputada por el Partido Salvador de Honduras (PSH); y Víctor Fernández, abogado y hasta hace poco aspirante independiente a la alcaldia de San Pedro Sula.
Soto apuntó que las elecciones generales en Honduras, desde el golpe de Estado en 2009, han estado marcadas por una fuerte polarización política y, desde 2013, bajo la constante sombra del fraude, corroyendo la insitucionalidad y la credibilidad del ente electoral.
Actualmente, la narrativa de fraude en las elecciones generales de noviembre –impulsada en un inicio por los partidos Nacional y Liberal, y luego retomada por Libertad y Refundación (Libre)– beneficia a los actores involucrados. En el caso de Libre, esta narrativa genera cohesión interna, articula su militancia y facilita la movilización en las calles. Por su parte, llamada oposición, aunque aún no logra articularse plenamente, se encuentra en una etapa de transición hacia un nuevo pacto político, explicó Soto.
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EL FRAUDE COMO UNA HERRAMIENTA NARRATIVA DE CONTROL Y MANIPULACIÓN
Héctor Soto refirió que la crisis al interior del CNE responde a la etapa de transción entre pactos políticos, donde un acuerdo es sustituido por otro. “De aquí a noviembre, ese pacto será pendular, moviéndose de un lado al otro. Cuando un actor sienta que el nuevo acuerdo no le favorece, recurrirá al discurso del fraude como mecanismo de presión”, advirtió.
Según el analista, la narrativa del fraude, no solo construye un hecho, sino que también genera un relato que sirve de justificación politica. Esta narrativa, añadió, provoca fatiga institucional y alienta a resolver la disputa en las calles, mediante movilizaciones que siembran una percepción de ilegitimidad sobre el proceso electoral.
Esta percepción, indicó, se instala progresivamente en las bases tecnológicas del sistema electoral. Actualmente, el foco está en el sistema de Transmisión de Resultados Electorales Preliminares (TREP), pero que una vez resuelta esa etapa, la desconfianza se trasladará al sistema biométrico y así sucesivamente, hasta culminar el proceso electoral el 30 de noviembre.
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“El fraude electoral en Honduras, en este momento, es más una narrativa que un hecho comprobado, y esa narrativa esta habilitando otros riesgos democráticos y de gobernabilidad”, reiteró el analista Héctor Soto.
EXCLUSIÓN DE ACTORES EMERGENTES Y SU IMPACTO DEMOCRÁTICO
Por su parte, Ligia Ramos –diputada por Francisco Morazán del Partido Salvador de Honduras (PSH), institución política que fue apartada del proceso electoral– enfocó su participación en el forol en denunciar la exclusión de los partidos de oposición emergentes y los movimientos independientes.

La oposición “somos aquellos que nos oponemos, no a un gobierno, sino a las mismas practicas de los tres partidos grandes, que concentran el poder en todos los procesos, los gobiernos y todas las decisiones que se toman en el país”, remarcó la diputada Ramos.
Ramos remarcó que la exclusión de partidos como el PSH y la no inscripción de candidaturas independientes como la de Víctor Fernández a la alcaldía de San Pedro Sula, entre otras, limita las opciones ciudadanas, obligando al electorado a elegir entre los extremos de la polarización o inclinarse por la abstención.
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Además, alertó sobre los efectos de la narrtiva del fraude anticipado, que está deteriorando la calidad del proceso electoral y promoviendo la eliminación del TREP. Esto, dijo, implicaría volver a prácticas opacas, como el uso de encuestas a boca de urna transmitidas por medios de comunicación.
“No apoyamos la repartición de los tres consejeros del CNE entre partidos políticos. Votamos en contra porque creemos que el Consejo Nacional Electoral no deber ser controlado por las fuerzas partidarias. Solo cuando los partidos salgan de las instituciones garantes de la democracia podremos tener procesos verdaderamente transparentes”, concluyó Ramos.
CIUDADANÍA AUSENTE

“Cuando se habla de reformas electorales, se consulta a la Unión Europea, los organismos de cooperación internacional, pero nunca se consulta a la gente. Es la ausencia permanente y eterna de nosotros”, denunció.
Fernández subrayó la necesidad de construir un movimiento político alternativo que surja desde la ciudadanía, supere el discurso ideológico tradicional entre izquierda y derecha, y se centre en un compromiso permanente desde los territorios y las causas sociales reales.
Concluyó, advirtiendo que las elecciones claves para el modelo de concesiones vigente no son las de este 30 de noviembre, sino las de noviembre de 2029, periodo en el que vencerán muchas de las concesiones otorgadas en los ultimos años. En ese contexto, recalcó la urgencia de preparar desde ya una alternativa política que aborde esta problemática.





