Tegucigalpa, Honduras. -La participación de Rixi Moncada, aspirante presidencial por el Partido Libertad y Refundación (Libre), y su compañero en la fórmula presidencial Eduardo Enrique Reina, canciller de Honduras, en la Comisión Negociadora del Convenio con Naciones Unidas para la instalación de la Comisión Internacional contra la Corrupción e Impunidad en Honduras (CICIH), ha sido cuestionada por sociedad civil al considerar que esto podría ser utilizado con fines proselitistas.
La comisión está integrada por la aspirante a la presidencia y titular de la Secretaría de Defensa, Rixi Moncada; aspirante a designado presidencial y canciller de la República, Eduardo Enrique Reina; el procurador general, Manuel Díaz Galeas; y la exministra de Trabajo, Mayra Mejía.
Gabriela Blen, integrante de la Articulación Ciudadana por la Transparencia y la Justicia (ACTJ), enfatizó que la intención de mantener a Moncada y Reina como integrantes de la comisión negociadora es para presentarlos como abanderados de la lucha contra la corrupción y de la posible instalación de la CICIH.
En una entrevista brindada a Criterio.hn la representante de sociedad civil manifestó que los políticos utilizan como promesa de campaña la instalación de un mecanismo internacional anticorrupción para atraer los votos de la ciudadanía, que por años se ha manifestado en contra de la corrupción y la impunidad.
“Ya pasaron más de mil días desde que la presidenta Xiomara Castro tomará posesión y prometiera la instalación de la CICIH en los primeros 100 días de su administración y eso no ha sucedido”, externo.
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Asimismo, enfatizó que es parte de la promoción política que se quiere dar desde el poder, el que vaya levantando un perfil en materia de lucha contra la corrupción.
La instalación de la CICIH ha sido una de las promesas más emblemáticas del gobierno de Xiomara Castro. Sin embargo, el proceso ha estado marcado por demoras y falta de voluntad de las y los diputados para dar celeridad a las reformas legales solicitadas por la Organización de Naciones Unidas (ONU).
La ciudadanía hondureña, golpeada por años de corrupción sistémica, observa con expectativa y escepticismo las negociaciones. Movimientos sociales y académicos han advertido que la legitimidad de la CICIH dependerá de que su creación esté libre de injerencias partidarias y responda a los intereses del pueblo.
En este contexto, el papel de Moncada y Reina será clave, pero también una fuente de controversia. Mientras tanto, el país sigue esperando resultados tangibles que demuestren que la lucha contra la corrupción es un compromiso genuino y no un eslogan político.
El desarrollo de las negociaciones con la ONU y los próximos pasos hacia la instalación de la CICIH serán determinantes para definir si este esfuerzo marcará un verdadero cambio en la justicia hondureña o si, como temen algunos, será una oportunidad desperdiciada.
