El FMI señala que tendrá una caída del 12,8% este año y prevé una recuperación posterior del 6,3% en 2021, que el déficit público llegue al 13,9% y la deuda al 124,1% del PIB.
Tomado de: publico.es
El Fondo Monetario Internacional (FMI) ha empeorado los pronósticos que hizo en abril: no es ya sólo que la emergencia sanitaria por la covid-19 haya llevado a la economía española a su mayor desplome desde la Guerra Civil, sino que además el organismo internacional augura para España la mayor contracción de las economías mundiales. España caerá este año un 12,8% este año, según el FMI, una caída solo equiparable a la de Italia.
Sin embargo, el FMI confía que la actividad económica recupere el pulso después y el PIB rebote un 6,3% durante 2021.
Esta es la previsión que recoge el FMI en su informe World Economic Outlook publicado este miércoles y se aleja del pronóstico de abril, cuando ya predecía que el PIB de España se contraería un 8% este año como consecuencia de la crisis por el Covid-19, para recuperarse un 4,3% en el 2021.
En apenas dos meses el FMI ha empeorado en casi cinco puntos su previsión a corto plazo, aunque mejora en dos puntos porcentuales la proyección para el próximo año. Bajo este escenario estima que el déficit público escalará al 13,9% para reducirse al 8,3% un año después y espera que el peso de la deuda pública suba al 123,8 y 124,1% del PIB en el bienio.
Su estimación se situaría en la horquilla media de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) que augura también en España uno de los mayores impactos de la crisis, con caídas en el PIB de entre un 11,1 y el 14,4% este año, en función de que el virus siga controlado o asistamos a un segundo brote de la pandemia, para crecer después entre el 7,5 y 5% el próximo año dependiendo del daño repercutido por la crisis.
Con una metodología similar, de dos escenarios en función de la evolución de la pandemia, el Banco de España espera una contracción de entre el 9 y 15,1% para rebotar después entre un 6,9 y 9,1%, en función de la intensidad de las restricciones. El pronóstico más optimista de los grandes organismos lo tiene la Comisión Europea con un retroceso del 9,4% este año para crecer después el 7%.
Aún, así la economía española figura entre las de peor desempeño o directamente la más perjudicada en el primer impacto de la crisis durante este año. En el informe divulgado hoy por el FMI solo Italia sufrirá tanto: una caída del 12,8% este año, para remontar un 6,3% al siguiente.
Le seguiría de cerca Francia, con una retrocesión de 12,5% y posterior recuperación del 7,3%; México, con un desplome del 10,5% y recuperación posterior del 3,3%; Reino Unido, con una caída del 10,2% para remontar después un 6,3%; o Brasil, con un retroceso del 9,1% y posterior subida del 3,6%.
En Alemania limita la caída al 7,8%, con un avance posterior del 5,4% el próximo año; que en Estados Unidos la contracción sería del 8% y un crecimiento en 2021 del 4,5%, y en Japón la caída sería del 5,8% y un avance del 2,4%. En conjunto, el FMI augura una contracción mundial del 4,9%, muy superior al 3% que auguraba ya en abril pasado; para rebotar un 5,4% durante el próximo ejercicio.
«La pandemia de Covid-19 ha tenido un impacto más negativo en la actividad en la primera mitad de 2020 de lo previsto, y se prevé que la recuperación sea más gradual de lo previsto», explica el organismo internacional, y alerta de que el impacto en los hogares de bajos ingresos «es particularmente agudo, poniendo en peligro el progreso significativo logrado en la reducción de la pobreza extrema en el mundo desde los años noventa».
A diferencia de otras crisis donde los consumidores echan mano de sus ahorros para mantener el gasto, el FMI advierte que esta vez ha disminuido notablemente por la combinación del distanciamiento social, «pérdidas de ingresos pronunciadas y una confianza del consumidor más débil».
Asimismo, constata que las empresas también han reducido la inversión cuando se enfrentan a caídas abruptas de la demanda, interrupciones en el suministro y perspectivas de ganancias futuras inciertas, y se ha producido «un golpe catastrófico en el mercado laboral mundial».
A pesar de reconocer que algunos países, especialmente en Europa, han «contenido» las consecuencias con esquemas efectivos de trabajo a corto plazo, alerta de que en el primer trimestre se perdieron en horas el equivalente a 130 millones de empleos conforme a datos de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), y ve «probable» que se superen los 300 millones en el segundo trimestre.
Un camino de la recuperación más lento
A la hora de actualizar sus previsiones con la prevención que supone no poder anticipar la evolución del Covid-19, el FMI refiere que en aquellas economías que luchan por controlar la propagación del virus, un bloqueo más prolongado «infligirá un costo adicional en la actividad».
«La pandemia de Covid-19 ha tenido un impacto más negativo en la actividad en la primera mitad de 2020 de lo previsto, y se prevé que la recuperación sea más gradual de lo previsto»
En aquellas otras con tasas de infección decrecientes justifica su menor pronóstico en que el camino de la recuperación se antoja más lento del esperado reflejo del distanciamiento social persistente, un daño potencial a la actividad «más grande de lo esperado durante el cierre en el primer y segundo trimestres de 2020»; y «un golpe» añadido a la productividad a medida que las empresas sobrevivientes aumentan sus protocolos de seguridad e higiene en el lugar de trabajo.
El organismo insta a todos los países, incluidos aquellos que aparentemente han superado los picos de infecciones, a «asegurarse de que sus sistemas de atención de salud cuenten con los recursos adecuados» y que la comunidad internacional ayude, «incluso mediante la asistencia financiera, a países con capacidad limitada de atención médica».
Cuando se requieran bloqueos, defiende también que la política económica «debe continuar amortiguando las pérdidas de ingresos de los hogares con medidas considerables y bien focalizadas» y brindar apoyo «a las empresas que sufren las consecuencias de las restricciones obligatorias sobre la actividad».
El FMI aboga por un apoyo también gradual durante la desescalada. «Las políticas –demanda– deben proporcionar un estímulo para elevar la demanda y aliviar e incentivar la reasignación de recursos fuera de los sectores que probablemente surjan persistentemente más pequeños después de la pandemia».
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Tengo algunos años de experiencia y me encanta practicar el periodismo incómodo que toque los tinglados del poder, buscando cambios en la forma de gobernar y procurar el combate a la corrupción, develando lo que el poder siempre quiere ocultar. Ver todas las entradas