Feminismo y autonomía en la búsqueda de derechos plenos para las mujeres

“Ser autónoma significa que podemos decidir sobre nuestra vida y sobre nuestros cuerpos”, Silvina Verónica Ribotta

Tegucigalpa, Honduras. El feminismo ha sido un pilar fundamental en la lucha por los derechos de las mujeres, actuando como un motor de cambio social y político a lo largo de la historia. Desde las primeras demandas de igualdad y autonomía hasta las actuales reivindicaciones por justicia y equidad, el movimiento feminista ha desafiado estructuras patriarcales, promovido la participación política y visibilizado las diversas formas de violencia que enfrentan las mujeres. 

En el marco de la conferencia «hitos del feminismo, desafíos en derechos de la mujer» auspiciado por la Universidad José Cecilio del Valle, Silvina Verónica Ribotta, reconocida académica y feminista, enfatizó que uno de los hitos más importantes es el reconocimiento de que las mujeres son seres humanos con autonomía. “Somos humanas, somos personas autónomas y podemos decidir sobre nuestra propia vida”, expresó a Criterio.hn.

Enfatizó que la participación en la política es un hito importante para las feministas. Este principio fundamental se remonta a las demandas de las sufragistas, quienes lucharon por el derecho al voto y la participación política. «Si no participamos políticamente no llegan nuestras demandas», refirió, subrayando la necesidad de integrar a las mujeres en los espacios donde se toman decisiones políticas, económicas y jurídicas

LUCHA POR LA IGUALDAD Y EL DERECHO A UNA VIDA PLENA

El empoderamiento de la mujer es un tema crucial en la actualidad, y Silvina Verónica Ribotta lo aborda con profundidad al cuestionar las estructuras patriarcales que han limitado el desarrollo pleno de las mujeres.

Ribotta analiza cómo muchas mujeres aún viven bajo mandatos sociales que limitan su capacidad para alcanzar la felicidad y la autonomía. De acuerdo con la académica estos mandatos, que a menudo se manifiestan en expectativas culturales y roles de género tradicionales, impiden que las mujeres ejerzan plenamente sus derechos y tomen decisiones sobre sus propias vidas.

A pesar de los avances en la lucha por la igualdad, persisten estructuras patriarcales que perpetúan la subordinación y la exclusión, lo que resulta en una falta de reconocimiento de sus necesidades y aspiraciones.

Ribotta enfatiza que para que las mujeres puedan disfrutar de una vida plena, es esencial desafiar estos mandatos y fomentar un entorno donde se les permita desarrollar su autonomía, lo cual incluye no sólo el acceso a derechos fundamentales, sino también el apoyo social y legal necesario para vivir libres de violencia y con dignidad.

Además, explicó que el concepto de «infelicidad generalizada» entre las mujeres, es un fenómeno que persiste a pesar de los avances sociales. A menudo, las mujeres se sienten atrapadas en roles tradicionales que no les permiten desarrollar un plan de vida propio. Esta infelicidad no es sólo un problema individual, sino una consecuencia de una cultura patriarcal que ha moldeado sus expectativas y deseos.

DESAFIANDO EL PATRIARCADO: FEMINISMO Y AUTONOMÍA

El patriarcado, como sistema de dominación que ha prevalecido a lo largo de la historia, continúa siendo un obstáculo fundamental en la lucha por los derechos de las mujeres.

Silvina Verónica Ribotta señala que el patriarcado representa un desafío significativo para los derechos de las mujeres, ya que se manifiesta no solo en formas de violencia física, sino también en estructuras sociales y culturales que perpetúan la desigualdad. Este sistema patriarcal está profundamente arraigado en la sociedad, lo que dificulta el reconocimiento de la autonomía y los derechos de las mujeres.

Muchos hombres, aunque no ejerzan violencia directa, forman parte de una red que legitima y justifica la violencia simbólica y las actitudes discriminatorias. Esta situación crea un entorno donde las mujeres son constantemente desafiadas a luchar por su reconocimiento y dignidad, lo que resulta en una lucha continua contra un sistema que se resiste a aceptar su igualdad. 

Además, Ribotta destaca que el patriarcado no es una entidad abstracta, sino que tiene «nombre y apellido», refiriéndose a individuos cercanos en la vida cotidiana de las mujeres, como compañeros, padres o jefes. Esta cercanía del patriarcado lo convierte en un obstáculo tangible y difícil de confrontar, ya que muchas veces los hombres en estas posiciones no ven el feminismo como un movimiento liberador, sino como una amenaza a sus privilegios

  • Amante de la lectura y la naturaleza, una mujer con la convicción firme que todos podemos hacer cambios significativos en la sociedad, por eso mi objetivo es exponer las injusticias que adolece la ciudadanía. Busco incidir, a través del periodismo, en la defensa y promoción de los derechos humanos, evitando caer en la complicidad de callar ante las injusticias y la corrupción. Ver todas las entradas
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