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Especial

Rio Petacón

entre el poder y la corrupción

Entrega III

Una hidroeléctrica en suspenso y una población que no para de migrar

 

Criterio.hn • Emy Padilla • 25/06/2020

La población de Reitoca y Lepaterique sigue migrando en busca de nuevas oportunidades de vida

Progelsa ofreció empleos, pero la defensa del río es más fuerte que esta promesa

TEGUCIGALPA. -LA POBLACIÓN DE REITOCA ESTÁ MIGRANDO. LOS HOMBRES SE VAN PARA ESTADOS UNIDOS, UNOS SE HAN IDO EN LAS CARAVANAS Y OTROS HAN PAGADO “COYOTES” Y LAS MUJERES BUSCAN CRUZAR EL ATLÁNTICO VÍA ÁREA PARA LLEGAR A ESPAÑA.

“La gente cuando no haya nada que hacer lo que hace es emigrar para otros países, de aquí las mujeres están emigrando a España, los varones están emigrando a Estados Unidos y a Canadá”, dijo el coordinador del Consejo Indígena lenca de Reitoca, Magdaleno Flores.
Flores fue estafado en su intento por emigrar a Canadá. Madaleno, quien se dedica a la albañilería junto a sus hijos, contó que junto a varios de sus coterráneos fue timado por una compañía dirigida por un hombre a quien identificó únicamente como “Don Rubén”, quien cobra 65 mil lempiras ($2.600) para llevar a la gente. “Yo fui uno de los que cayeron en ese negocio, me engañaron. Yo pagué 130 mil lempiras para mi hijo y para que se fuera un hermano mío, y resulta que no hubo viaje y me robaron el dinero”, lamentó.

El coordinador del Consejo Indígena Lenca de Reitoca, Magdaleno Flores, dice que el conflicto generado por el Proyecto Hidroeléctrico Río Petacón de la empresa Progelsa, ha profundizado la migración durante los últimos cuatro años

Magdaleno relató que pese a que ya han pasado cuatro años de la estafa no ha existido castigo para el embaucador quien, dijo, sigue operando en su oficina en las cercanías del hospital San Felipe, en Avenida La Paz de Tegucigalpa.
Comentó que nadie interpuso la denuncia por el miedo a perder la vida y porque en Honduras no existe una correcta aplicación de la justicia que sancione a los delincuentes y criminales.
Los pobladores de Reitoca lamentan que en su municipio no existan fuentes de empleo permanentes. Existe algunos pequeños comercios dedicados a la venta de abarrotería, mercaditos, pulperías, dos pequeños restaurantes y tres hospedajes, que funcionan como hoteles.
La migración ha sido una constante en Honduras a partir de 1998, tras el paso del huracán Mitch, que provocó la pérdida de cultivos, infraestructura y otros daños colaterales a la economía. Sin embargo, el fenómeno registró un repunte desde 2009 a raíz del golpe de Estado y se acrecentó con el fraude electoral de noviembre de 2017. Desde ese entonces se organizan caravanas de personas de todas las edades, incluso familias completas.

Por estar ubicado en el corredor seco, Reitoca es severamente afectado por la falta de lluvias, lo que provoca que los campesinos migren ante la pérdida de sus cosechas.

En los últimos años la construcción inconsulta de la represa hidroeléctrica Río Petacón de la empresa Promotora de Generación de Energía Limpia S.A. (Progelsa), ha suscitado un conflicto entre pobladores de los municipios de Reitoca y Lepaterique. Los primeros que se oponen al proyecto y los segundos que, en su mayoría, son apáticos al mismo, a excepción de las autoridades municipales y de un grupo de pobladores que han sido beneficiados con empleos por parte de la empresa desarrolladora.
La migración en Reitoca siempre ha estado presente, pues se encuentra en una de las zonas con mayor afectación al cambio climático por encontrase en el corredor seco, donde todos los años se registran pérdidas de cosechas y con ello problemas de seguridad alimentaria, y por ende mayor pobreza. En Lepaterique, pese a que su territorio goza de mayor precipitación pluvial, también existen problemas de sequía en época de verano. Esto aunado a la reducción de la explotación del bosque producto de la plaga del gorgojo descortezador, lo que provoca desesperación en la gente que también está migrando.

El Censo de Población y Vivienda del Instituto Nacional de Estadísticas (INE) de 2013 establece que Reitoca tenía una población de 10,649 habitantes, de los cuales se estima que alrededor de 7,500 son de origen lenca. Lepaterique, por su parte, registraba 23,306 habitantes y el 12 % de estos se autoidentifican como lencas. El censo estableció en aquella oportunidad que el 1.31 % de la población de Reitoca había migrado y en Lepaterique esa cifra era del 1 %.

El Centro Nacional de Información del Sector Social (CENISS) establece que, en los últimos cinco años, 200 pobladores de Reitoca han sido deportados en su intento por migrar a los Estados Unidos. De los cuales 40 corresponden al año 2016, 32 al 2017, 39 al 2018, 75 al 2019 y en los primeros días de junio de 2020 ya se contabilizan 14.
En Lepaterique la deportación en los últimos cinco años ha sido de 278 personas, de las cuales 58 corresponden a 2016, 51 a 2017, 61 a 2018, 90 a 2019 y 18 en lo que va de 2020.

Jorge Montes, se aferra a su terruño, tiene una glorieta en el centro de Reitoca, donde genera empleo para dos jóvenes: Ericka y Alejandra, ellas perciben un poco de dinero para satisfacer parte de lo básico en sus hogares, pero no lo suficiente para vivir dignamente.

Para la defensora de los migrantes, Miroslava Cerpas, lo que está ocurriendo en el corredor seco hondureño es un desplazamiento forzado a causa de la implantación de industrias extractivas, energéticas y turísticas.
Cerpas recordó que durante 2018 y 2019 la Red de Organizaciones para la Protección de Personas Desplazadas demandó al Estado de Honduras que reconociera el desplazamiento que se origina en las comunidades de los pueblos originarios producto de la explotación por parte de transnacionales de los territorios ancestrales, cuyas “concesiones han sido obtenidas a través de actos de corrupción, con entes del gobierno y a veces agentes municipales”.
Apuntó que la mayoría de los dirigentes comunitarios, que han recibido amenazadas de los desarrolladores de los proyectos, terminan yéndose del país, porque si se quedan, aunque se desplacen a otro departamento son localizados por estos grupos.
La defensora lamentó que el gobierno se niegue a hacer la delimitación de los territorios ancestrales y concluyó que no lo hace porque de esa manera ya no existirá la posibilidad de hacer negociaciones ilícitas que se traducen en actos de corrupción.
En virtud de los conflictos territoriales generados en las comunidades indígenas por la implementación de proyectos turísticos y de explotación de los recursos naturales, la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), recomendó en su informe de 2019 al Estado de Honduras adoptar las medidas necesarias a efecto de demarcar, titular y sanear las tierras y territorios reivindicados por los pueblos indígenas, según corresponda.
Cerpas manifestó que debido a que los pueblos indígenas tienen arraigo cultural es muy difícil que cuando se trasladen a otras comunidades puedan vivir y adaptarse a otras costumbres por lo que al final no tienen acceso a la salud, al trabajo, a la educación y otros derechos y eso al final los obliga a migrar e incluso a irse en las caravanas junto al resto de la población.

Estas dos viviendas son el vivo reflejo de las remesas percibidas por la población de Reitoca, la principal fuente de ingresos de esta población.
Promesas de empleo

La empresa Progelsa, fundada por el empresario hondureño Jack Arévalo Fuentes y ahora en manos de capital italiano y chileno, prometió disminuir la migración mediante la generación de más de 450 empleos directos y 5 mil indirectos, en su etapa de construcción, que se encuentra paralizada por la oposición de los pobladores de Reitoca por la no consulta y los efectos adversos al medio ambiente registrados durante el proceso de construcción del embalse, que inició en abril de 2016 y que cuenta con un avance del 70 %.
La empresa proyecta, que una vez la plata eléctrica entre en funcionamiento, daría empleo a más de 80 jefes de familia y ocupación indirecta a más de mil hondureños y un derrame económico de 168 millones de lempiras durante 20 años.
Las promesas de la empresa, lejos de generar esperanza en la vida de los jóvenes, Héctor Javier Sierra y Juan Andrés Agüero, provocó que ambos migraran a Estados Unidos el 1 de septiembre de 2018, ante el temor a ser estigmatizados por los dueños de la empresa por su lucha frontal en defensa del río y en contra de la hidroeléctrica.
“Los despachamos porque nos daba miedo porque andaban en la lucha”, nos contó Dina Zelaya, madre de Héctor Javier, quien a los 19 años tomó la decisión de abandonar su casa y emprender una tortuosa ruta que no siempre resulta exitosa, pues muchos pierden la vida o son objeto de abusos por parte de grupos criminales que operan en el corredor migratorio.
Dina dice que, aunque le duele no estar junto a su hijo, prefiere tenerlo lejos, pero seguro, pues pudo haber corrido la misma suerte de su amigo Eber Ramos, quien, en un intento de desalojo del campamento, que ocupaba la población lenca opositora al proyecto hidroeléctrico, fue herido de bala el 24 de abril de 2019 por parte de elementos de la Policía Nacional y Cobras.

Dina Zelaya, madre de Héctor Javier Sierra, un joven que migró a los Estados Unidos, dice que su hijo huyó por miedo a ser criminalizado por la empresa Progelsa.

Debido a la conflictividad y pobreza por la falta de empleo, la migración de la población de Reitoca se ha profundizado en los últimos cuatro años, según el Consejo Indígena Lenca, que estima que entre 400 y 600 personas se han ido en busca de una oportunidad de vida.
La organización indígena sustenta además que el conflicto generado por el proyecto hidroeléctrico está dejando pérdidas económicas en la población porque el turismo interno que antes llegaba al pueblo a visitar el río ha disminuido, así como otras actividades económicas derivadas de la pesca, la agricultura y el comercio.
“No hay fuentes de empleo que sean permanentes, aquí no hay economía sostenible a pesar de las facilidades que tenemos por la tierra y el río”, dijo Orlando Rodas, quien ha migrado en tres ocasiones a los Estados Unidos.
Su primera experiencia fue cuando a los 17 años logró conseguir la visa. El consulado estadounidense se la extendió por tres meses y aprovechó para quedarse en la nación del norte durante tres años. La segunda vez migró de manera irregular en el 2003, atribulado porque su hijo se enfermó y no tenía cómo comprarle las medicinas. En 2010, tras el golpe de Estado que derrocó al presidente liberal Manuel Zelaya Rosales, volvió con la intención de salvar la casa y las tierras de su padre que estaban en riesgo por una hipoteca. Regresó en el 2017 y no descarta regresar nuevamente.
Orlando asume que una de las razones que impulsan la migración es la pérdida de cosechas derivado del impacto del cambio climático, en virtud que Reitoca se ubica en el corredor seco, una zona árida de prolongadas sequías debido a la ausencia de lluvias.
Producto de las remesas compró un vehículo e instaló un pequeño negocio de venta de pescado, pero en los últimos meses este proyecto de emprendedurismo ha ido en picada por las medidas judiciales impuestas en su contra luego de haber sido acusado por los delitos de usurpación y daños contra la empresa Progelsa. A Orlando no se le permite que vaya a las demás comunidades cercanas al proyecto, lo que lo limita en su actividad comercial.
Todos los viernes tiene que presentarse a firmar a los juzgados y para sostener su hogar se dedica en la actualidad a la instalación de sistemas de riego y a la siembra de plátano.

Orlando Rodas camina por una de las calles de Reitoca. Con su voz entrecortada manifestó que, aunque siga siendo atropellado por el poder, seguirá en la lucha por la defensa del río Petacón.

La situación precaria de los hondureños ha empeorado en los últimos meses producto del impacto de la pandemia del Covid-19 y sus efectos podrían complicar aún más el panorama, de hecho, estimaciones de economistas proyectan la pérdida de hasta 500 mil fuentes de empleo en los próximos meses.
Probablemente el cierre de las fronteras y las restricciones contempladas en el estado de excepción ha frenado la migración de los hondureños.
Según el Observatorio Consular y Migratorio de Honduras (Conmigho) en lo que va del año 22,597 hondureños han sido deportados. Mientras el Centro Nacional de Información del Sector Social (CENISS) registra 20,467. Según esta institución durante el 2019 se registraron 98,094, en el 2018, 73,650; en el 2017, 44,067 y en el 2016, 54,427.
Sobre Reitoca
Según el Censo de Población de 2013 del instituto Nacional de Estadísticas (INE), el índice de pobreza de Reitoca es de 77%, ocupando el lugar 28 de 28 municipios en pobreza en Francisco Morazán, y el lugar 271 de 298 municipios a nivel nacional.
De acuerdo con el Censo del INE, el 37.6% de la población obtiene el agua de una vertiente, río o arroyo; la totalidad de la población en el municipio vive en zona clasificada como rural y el 88% de la población se dedica a actividades de agricultura, ganadería, silvicultura y pesca.

La población de Reitoca y Lepaterique sigue migrando en busca de nuevas oportunidades de vida

La población de Reitoca está migrando. Los hombres se van para Estados Unidos, unos se han ido en las caravanas y otros han pagado “coyotes” y las mujeres buscan cruzar el Atlántico vía área para llegar a España.