Por: Redacción CRITERIO
Con el pasar de los años, se ha considerado de manera social que la conocida enfermedad VIH es la más temida y la peor sentencia que puede tener una persona si llegase a padecer de la misma.
Lo que hace que dicha enfermedad sea tan temeraria, es el hecho de que se puede contagiar de una manera muy sencilla y poco complicada, sin embargo, a pesar de las características del VIH, se ha dado con una enfermedad que es considerada peor que la misma y mucho más mortal.
Como todos sabemos, una persona puede contagiarse de VIH por medio del contacto sexual sin protección alguna, aunque se ha comprobado que incluso utilizando un condón existe un 20% de probabilidades de poder contraerla.
Se debe destacar que con esta nueva enfermedad no tiene importancia el uso del condón, ya que las probabilidades de contagiarte incluso utilizando dicha protección continúan siendo muy altas y es capaz de propagarse de manera rápida con el pasar de los años.
En términos médicos, esta enfermedad es conocida como “Virus de papiloma humano”, y socialmente también es conocida como “muerte silenciosa”, siendo causante del fallecimiento de un gran porcentaje de mujeres en la población mundial.
Debido a que no se logra reconocer los síntomas en sus inicios, sino cuando ya se encuentra en una etapa muy avanzada y se es casi imposible controlarse.
¿Pueden los preservativos prevenir la enfermedad?
Debemos destacar que el VPH (virus de papiloma humano), es muy difícil de prevenir, ya que puede encontrarse alojado en el sistema de una mujer durante muchos años, por lo tanto puede atacar en el momento menos esperado.
En una mujer puede tardar años en demostrar síntomas, sin embargo, puede darse a conocer mediante verrugas en el cuello uterino, en la vagina o incluso en los labios bucales.
Se debe tener mucha conciencia y ser prudentes a la hora de tomar decisiones, ya que el virus está conectado directamente con el cáncer de cuello uterino, causante de una gran cantidad de mujeres fallecidas al año.
Se debe tener en cuenta mantener las visitas frecuentes al ginecólogo y si se encuentra en una vida sexual activa, tener prudencia en la toma de decisiones.