Para la investigadora, Honduras es un territorio “desgarrado por la corrupción, el cinismo y la desvergüenza de la «clase política».
“Esta realidad supera la imaginación y la música más contestataria”, expresó recientemente en sus redes sociales la directora de Investigación Científica de la Universidad Nacional Autónoma de Honduras (UNAH), Leticia Salomón, al referirse al actual contexto social y político del país, específicamente al escándalo del Instituto Hondureño de Seguridad Social (IHSS) con la que supuestamente se utilizaron recursos para financiar la campaña del Partido Nacional, durante la candidatura del actual Presidente Juan Orlando Hernández.
La socióloga comentó sobre las protestas de los ciudadanos en las denominadas “movilizaciones de las antorchas”, en contra del gobierno de Hernández, a raíz del desfalco al IHSS, calificando como “sociales” las consignas de “Fuera JOH” o/y “Renuncia JOH”.
Un país “secuestrado”
Para la investigadora, Honduras es un territorio “desgarrado por la corrupción, el cinismo y la desvergüenza de la «clase política» (con muy pocas excepciones), permeado por una cultura del hartazgo, la frustración, la impotencia y la resignación de tener un país saqueado, robado, denigrado y envilecido por los que nos ha gobernado y nos siguen gobernando”.
“Una nación con instituciones secuestradas por los dueños de los partidos que negocian el silencio cómplice ante el saqueo del Estado, desvían la atención pública hacia temas baladíes y ni siquiera se inmutan al ver el desfile de ignominia del partido de gobierno”, acuñó la académica universitaria.
Los alcances de la corrupción
Según Salomón, para el mandatario Hernández, hubiera sido más conveniente dimitir de su cargo tras la ventilación de los actos de corrupción que según evidencias involucran su propio partido, durante la época electoral en 2012 y 2013.
“En un país serio el presidente habría renunciado desde el momento en que se señalara el financiamiento irregular de su campaña; el Congreso Nacional hubiera decretado un juicio político al presidente de la República; el Tribunal Supremo Electoral hubiera llegado hasta el fondo aplicando sanciones y el Ministerio Público hubiera evidenciado el máximo protagonismo para salir en defensa de la sociedad”, acotó la socióloga.
Asimismo, la funcionaria señaló que el motivo de las movilizaciones se debe a “tanta desvergüenza política con la corrupción y la certeza de que la manipulación partidaria de las instituciones hace imposible la lucha real contra la misma”.
“Al margen de quiénes encendieron la mecha o quiénes promovieron la toma indignada de las calles, se ha producido una movilización social tan poderosa que ya desbordó personas, organizaciones o partidos políticos y se van sumando cada vez más indignados que poseen el común denominador de la diversidad social, política e ideológica de la cual hay un antecedente inmediato en la movilización contra el golpe de Estado”, comentó.
La consigna social «Fuera JOH»
Por otro lado, la investigadora social comentó que la consigna “Fuera JOH” se ha convertido en un reclamo social más que político, y resume el rechazo ciudadano al saqueo al IHSS y a la forma desvergonzada en que negociaron con empresarios la adulteración de precios y de calidad de los medicamentos, donde se emitieron cheques para financiar la campaña electoral del Partido Nacional, que involucra directamente al entonces candidato y actual presidente Hernández.
“La aparición de cheques a nombre del partido de gobierno evidencia el “blanqueo» o «lavado» del dinero de la corrupción y en ello se escudan los corruptos para alegar inocencia, y también la comisión interventora para decir que no salió ningún cheque del seguro social a nombre del Partido oficialista, en una explicación que atenta contra la inteligencia de cualquier ciudadano”, explicó Salomón.
Movilización social y no política
Respecto a la supuesta “politización” de las marchas, la investigadora explica que debido al mencionado escándalo de corrupción, por ser una institución del Estado “ha impactado en la indefensión de los miles de usuarios de estos servicios y salieron a las calles ciudadanos seguidores y no seguidores de todos o casi todos los partidos políticos.”
La directora aseveró que la presencia de dirigentes de los partidos de oposición “provoca simpatías y antipatías” entre los indignados, lo cual abre una grieta que puede ser capitalizada por el partido de gobierno el cual comienza a «sembrar» la idea de que la corrupción tiene también otros colores partidarios, lo cual tiende a desviar la atención y retroceder un poco – justo hasta el presidente derrocado- , “aunque no mucho más porque puede llegar hasta el saqueo descarado realizado por los promotores del golpe de estado”, manifiesta la directora.
Indignación y manipulación
Salomón advirtió sobre una posible intervención de algunas instituciones políticas en las marchas y sobre una manipulación en las mismas por parte del partido oficialista.
“La movilización de los indignados posee un potencial expuesto a la intervención de los partidos de oposición, en particular ante la demanda social por la salida del presidente (…) pero también puede ser manipulada por el partido de gobierno -de hecho ya se está viendo- movilizando a sus peones mediáticos para introducir el elemento partidario en la movilización, creando divisiones y cuestionamientos que conduzcan a su fragmentación como fuerza social”, apuntó la académica.
“Por ahora, la indignación social es una clara advertencia a los políticos de todos los colores que miran el Estado como el botín al cual tienen derecho olvidando que son los recursos que salen de los impuestos que paga esa ciudadanía que acumula capacidad de indignación”, concluyó.(Tomado de Presencia Universitaria)
